Las paradojas de las recetas
El Estado ahorra en gasto farmacéutico gracias a los genéricos. Otra parte del ahorro lo pagan los pacientes
El gasto farmacéutico derivado de las recetas médicas estuvo totalmente descontrolado en los primeros años del siglo, creció entre 2003 y 2009 un 40%, hasta 12.500 millones de euros, y se redujo el 21,9% entre 2009 y 2012.
Se prevé que este año se sitúe a un nivel similar al de 2003, por debajo de los 9.000 millones. Esta drástica caída se debe a la introducción de medicamentos genéricos y, sobre todo, a los precios de referencia (cantidad máxima para que el fármaco sea pagado por la sanidad pública), que afectan ya a dos de cada tres recetas. Farmaindustria calcula que el 39% del gasto es en medicinas con precios controlados, aunque la escasa adquisición de genéricos (poco más del 10%) dé una imagen distorsionada del cambio que se ha producido en este mercado.
El fuerte ahorro de la sanidad pública en esta partida seguirá, pero a partir de julio de 2012 está siendo en parte a costa del bolsillo de los pacientes, debido al incremento impuesto al copago farmacéutico. Pese a que este aumento estuvo vigente solo medio año, los enfermos han tenido que desembolsar el 31% más que el año anterior, hasta 959 millones de euros.
Aunque el copago ha experimentado en cierta forma un aumento lineal del 10%, la aportación del conjunto de pacientes será de un porcentaje mucho mayor al haber sido incluidos los pensionistas, que hasta ahora no pagaban nada. Este grupo de población consume tres de cada cuatro medicinas expedidas en la farmacia, exactamente el 73,6% del total del gasto, según Portalfarma, la web de los colegios de farmacéuticos. Con la aportación de los pensionistas, los pacientes pagarán este año más de 1.100 millones de euros frente a los 730 millones de 2011. Esa cifra se sumará a los más de 2.000 millones que los españoles gastan anualmente en medicamentos al margen del Sistema Nacional de Salud.
También es a costa del paciente la compra de alguno de los 417 medicamentos excluidos de la financiación pública desde hace un año, que además han subido de precio al dejar de estar controlados. Junto a fármacos realmente inútiles hay algunos que siguen siendo interesantes para el control de síntomas frecuentes. Al margen del Sistema Nacional de Salud, los españoles gastaron el año pasado en las farmacias 2.200 millones de euros.
En contraste con los medicamentos vendidos en las farmacias, hay otra partida a cargo de la sanidad pública que sí ha seguido creciendo a pesar de la crisis: la de los fármacos de dispensación hospitalaria. Se ha duplicado entre 2005 y 2010 y ha continuado aumentando, aunque sea a un ritmo del 1% anual, en 2011 y 2012, según admite Farmaindustria. En esta partida figuran los medicamentos más innovadores y también más caros, que ahora tardan hasta dos años en llegar a los centros sanitarios desde que son autorizados por la CE, cuando antes de la crisis se tardaba seis meses.
Un incremento acelerado ha tenido también la compra de tecnologías sanitarias. De la mano de estos dos rubros, el gasto hospitalario y especializado no ha dejado de crecer hasta 2011 (no hay datos de conjunto posteriores), mientras que en atención primaria decrece desde 2009.