Mantener una fábrica abaratando sueldos
Grupos de distribución como Mercadona e Inditex amplían plantilla. Más raro es ver nuevas plantas. Miquel y Costas ha abierto una. Nissan da carga de trabajo al lograr menos costes
Este año se pondrá en marcha la nueva planta de la papelera Miquel y Costas en La Pobla de Claramunt (Barcelona), que tiene cerca de 3.000 habitantes. La inversión directa de un proyecto anunciado en 2011 asciende a 45 millones de euros y ha supuesto la creación de 60 empleos en unas instalaciones sofisticadas en las que se fabricará papel de alto valor añadido destinado al sector del automóvil. En la comarca del Anoia, golpeada duramente por la desindustrialización, el amarre de 300 empleos indirectos encarna un salvavidas.
La construcción de nuevas plantas industriales se ha convertido casi en una anomalía en España, y las que se mantienen pagan su precio social. Nissan ha sido el caso más emblemático, tras adjudicar a su planta catalana (previo amago de una muerte lenta, literalmente) un nuevo turismo en 2014, que asegura su continuidad, 1.000 empleos más y 130 millones de euros de inversión. Los nuevos trabajadores cobrarán un 20% menos que los más antiguos. La doble escala salarial queda oficializada en la empresa.
Algunas compañías han anunciado nuevos empleos, pero como parte de una gran reorganización. Telefónica, por ejemplo, viene planteando un robustecimiento, sobre todo del área comercial, y la apertura en estos últimos meses de nuevos call centers, estrategia que supone, entre otros, 500 nuevos empleos en Galicia, 200 en Asturias y 1.000 en Canarias. Sin embargo, dichos anuncios se producen cuando aún está abierto un expediente de regulación para encoger la plantilla de la empresa en 6.500 personas entre 2011 y 2013, al que los trabajadores pueden acogerse de forma voluntaria.
La cervecera Damm y Cobega, embotelladora de Coca-Cola, rescataron Cacaolat el año pasado, y han puesto en marcha en Santa Coloma de Gramenet una nueva planta centrada en la innovación de productos y procesos, pero en todo ello la plantilla ha sufrido y está sufriendo ajustes. Globalmente, sin embargo, el grupo que dirige Enric Crous, accionista de Ebro, de la tocada Pescanova y, sobre todo, de la cadena Rodilla, ha aumentado la plantilla el 4,4% en un año, hasta 3.065 empleados.
EL EMPLEO FUERA AGUANTA EL DE AQUÍ
Aparentemente, no hay forma de saber cuáles son las empresas con nombre y apellido que han creado más empleo en España a lo largo del último año, más allá de hacerse eco del goteo de informaciones que va protagonizando cada una de ellas. Mercadona, por ejemplo, que en 2011 creó 6.500 puestos de trabajo fijos, sumó en 2012 otros 4.000 empleos. La pata logística de Inditex, el grupo de Zara y Massimo Dutti, requerirá 1.400 personas este año en Tordera, Zaragoza y Guadalajara, además de en las instalaciones centrales de Arteixo, en Galicia. Preguntado al respecto, el gabinete de estudios de la CEOE remite a un artículo de parados.es que, a su vez, deriva a un extenso reportaje del diario Expansión en el que varias empresas explicaban sus planes (Ikea, Mango, Viscofán, Vueling, Renault… y hasta 30).
La revista Fomento de la Producción permite comparar la evolución de las plantillas de las principales empresas españolas entre 2007 y 2011. El problema es que las plantillas son globales, corresponden, pues, a cada uno de los conglomerados empresariales, que pueden haber generado mucha ocupación en Brasil o en China, pero destruir empleo en España, de modo que resultaba difícil realizar comparaciones homologables con compañías poco internacionalizadas. “Debe tenerse en cuenta que crear empleo fuera ayuda a que la empresa vaya bien en su conjunto, y si va bien en su conjunto, eso ayuda a mantener el empleo en España”, enfatiza la patronal española. Numerosas empresas están haciendo las Américas, pymes del sector tecnológico, por ejemplo, y eso les permite mantener su estructura base en Europa.
Según el Directorio Central de Empresas (Dirce), del Instituto Nacional de Estadística (INE) las actividades económicas en las que se crearon más sociedades (y podría intuirse que más empleo) en 2012 respecto al año anterior son, además de las que se desarrollan en las sedes centrales, las de telecomunicaciones por satélite, la extracción de lignito, petróleo y gas natural, con sus firmas de apoyo, las de fondos de pensiones y gestoras de fondos, de seguridad privada y actividades auxiliares a la educación. Todas crecieron más del 15% en un año. Pero es un porcentaje engañoso. No cuesta mucho aumentar si en el volumen de una actividad se agrupan pocas empresas.
Ahora bien. De los 3,2 millones de grupos clasificados (más que bares y restaurantes, más que puestos de comidas, más que cualquier servicio de alojamiento o algo parecido a un hotel), aunque sigan yendo a la baja, en número baten récords, cómo no, la construcción y la promoción inmobiliaria, con más de medio millón.
