Pocos medios para tanto trabajo de inspección
El trabajo que se amontona en la Agencia Tributaria es ingente, sobre todo si se pretende que este organismo no se limite a comprobar las declaraciones de IRPF de los asalariados. Las retenciones de las rentas del trabajo acaparan casi toda la recaudación por IRPF. Los Inspectores de Hacienda del Estado han denunciado constantemente las “deficiencias” en el seguimiento de las rentas derivadas de actividades económicas, y en especial de los grandes conglomerados empresariales, así como los eventuales casos de fraude. En este último ámbito, la falta de medios humanos se pone de manifiesto “de forma alarmante”.
Según los últimos datos comparados de la OCDE, por cada empleado de la Administración Tributaria en 2009 había 1.928 ciudadanos que cubrir. Una cuantía de efectivos que contrasta con los 860 de Francia, los 729 de Alemania, los 862 del Reino Unido y los 697 de los Países Bajos.
Los inspectores se quejan de que el cuerpo no ha ganado prácticamente efectivos cuando las bases imponibles a comprobar se han duplicado desde la creación de la Agencia Tributaria, en 1992. La falta de medios se hace notar más a medida que las empresas sofistican sus planes de ingeniería fiscal. Por ejemplo, las filiales españolas de grandes multinacionales computan de forma ficticia sus beneficios en los países donde los impuestos son más bajos. La constitución de sociedades con el objetivo exclusivo de deducir gastos en España y el seguimiento de las personas físicas con rentas de más de un millón (que solo inspecciona la Delegación Central de Contribuyentes) registran comprobaciones “insuficientes”.
Pese a sus bases de datos y la cualificación de los profesionales de la Agencia, el prestigio de ésta ha quedado tocada a raíz del caso Noos, debido a los supuestos y sonrojantes errores del organismo en relación al DNI de la infanta Cristina. A este episodio se le sumó el cese, seguido de dimisiones, de la inspectora que rechazó el recurso de la petrolera mexicana Cemex ante el acta de inspección levantado por ella.
Por empleado de la Agencia, 1.928 ciudadanos
Los inspectores piden el pago de confidentes
Los inspectores han llegado a pedir poder realizar inspecciones “de incógnito” -ahora necesitan notificar previamente que van a aparecer- e incluso el pago de confidentes y la compra de datos por parte de Hacienda para recabar información. Algo que se ha dado en países como Alemania y Estados Unidos. El objetivo es, según el colectivo que agrupa la organización IHE, lograr que la agencia se autofinancie, además de funcionar con independencia (el director piden que sea escogido no por el Gobierno, sino por el Congreso ).
Otra de sus reinvindicaciones es contar con una base de datos única compartida por todas las administraciones. La Generalitat catalana acaba de presentar una red propia de oficinas de atención al contribuyente que en el futuro aspira a recaudar y gestionar todos los impuestos.