Resistir, una cuestión cooperativa
Las recetas de las cooperativas para aguantar los embates de la crisis tienen que ver con la corresponsabilidad, la reinversión de los beneficios y la complementariedad del equipo
SERVICIOS Una residencia gestionada por Suara en Barcelona FOTO: ANDREA BOSCH
Las turbulencias del mercado son iguales para todas las empresas. La falta de dinero circulante afecta a la economía productiva, sean cooperativas, empresas mercantiles o sociedades sin ánimo de lucro. Sin embargo, las empresas de índole colectiva, como las cooperativas, han demostrado ser más resistentes. En épocas de crisis pierden menos empleos que en otras estructuras empresariales.
“Entre 2008 y 2012 hemos perdido diez puntos menos de empleo que el resto de las empresas”, apunta Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado COCETA, y de CEPES, la organización que reúne al conjunto de la economía social. “Hay varios motivos, que están en la base de la estructura cooperativa: la corresponsabilidad junto a la flexibilidad, la democracia, la solidaridad y el apego con el entorno”.
En empresas grandes, como la Corporación Mondragón —la novena cooperativa del planeta con más de 80.000 puestos de trabajo—, casi no se ha perdido empleo. En sus estructuras como grupo formado por 256 empresas han reubicado a las personas de los negocios con pérdidas en los lugares donde ha aumentado el volumen de ventas, de modo que la merma de empleo ha sido mínima. Fuera de Euskadi, la mayor parte del tejido empresarial cooperativo español está formado por pymes que han aplicado políticas similares para sostener el empleo.
“Tenemos el afán de mantener la ocupación. Al igual que los autónomos, se trata de nuestro propio empleo”, explica Pepa Muñoz, del Grupo Cooperativo TEB, formado por seis cooperativas y una de segundo grado (1), que reúne a 618 trabajadores, de los que 450 son personas con discapacidad intelectual. “La gran diferencia con los autónomos es que nosotros pensamos y actuamos colectivamente. No es lo mismo luchar en soledad que complementando conocimientos y esfuerzos”.
En TEB han dejado de ingresar en el último año un millón de euros, pues las subvenciones por inserción de discapacitados con especial dificultad han caído en picado. Sin embargo, han logrado revertir la situación y después de dos años de lucha por mantener la ocupación, afrontan 2013 con 40 empleos más que el año pasado.
“No es algo sencillo. Nos hemos bajado el salario de manera equitativa, y ha afectado más a las categorías más altas”, añade Muñoz. “Eso sí, sabiendo que era una apuesta de todos. No se puede extender durante mucho tiempo una situación de reducción salarial, pero sabemos que el esfuerzo tendrá recompensas y saldremos fortalecidos”.
En plena crisis, en vez de estancarse TEB invirtió más. “Lo hemos hecho con nuestro dinero. Los socios, que somos los mismos trabajadores, hemos ampliado el capital obligatorio. Con ello hemos podido abrir nuevas líneas de negocio con salida comercial (productos propios de pintura infantil, limpiaolores, ahuyentadores de mosquitos, servicios de jardinería y limpieza, y cultivo ecológico, entre otros). Hemos hecho formación para esas nuevas líneas, y hemos apostado por la exportación, en algunos casos aliándonos con otras empresas o cooperativas. Ahora comenzamos a repuntar”.
Por lo general, las cooperativas que mejor han resistido la crisis son las que han ahorrado en tiempos de bonanza. Que no se repartan beneficios en favor de la capitalización de la empresa —con una obligación de fondo de garantía del 30% pero que muchas veces se amplía de manera voluntaria— ha permitido aprovechar esos ahorros para invertir cuando otros se quedaban sin financiación.
La matricera Mol Matric, cooperativa proveniente de una quiebra y recuperada por los trabajadores hace más de 30 años, lleva la resistencia en su ADN. Durante su trayectoria ha dado millones de euros en ganancias y apenas ha repartido beneficios. En esta última crisis, ha aprovechado esos fondos para nuevas inversiones, ha presentado un ERE temporal y ha llevado a cabo un sistema conocido como “banco de horas”, que en la práctica significa que cuando no hay trabajo, la empresa no deja de pagar al socio, pero le manda a casa para que recupere las horas cuando vuelva a haber pedidos. Actualmente, los socios están devolviendo las horas que debían a la cooperativa, pues los pedidos se han multiplicado.
El trabajo en red, la intercooperación, es otra arma del cooperativismo. La Xarxa Gedi es uno de los muchos ejemplos. Compuesta por 6 cooperativas y 400 socios, una de sus últimas actuaciones fue salvar de la quiebra a la cooperativa Actúa. “Vinieron a pedir ayuda y llegamos a un acuerdo de colaboración, en el que les pedimos, a cambio, estar seguros de que ellos creían en su propio proyecto. Nuestra condición fue que cada socio avalara los préstamos personalmente, por un total de 300.000 euros”, explica Xavier Gallofré, presidente de Gedi. La Xarxa les proporcionó un plan de viabilidad y el acompañamiento empresarial que permitió que en dos años Actúa sea rentable y pasara de 18 a 40 socios. La crisis también ha afectado a las empresas de Gedi, que han dejado de trabajar principalmente en el área de los servicios a las personas para reforzarse en el campo de la distribución de alimentos ecológicos y el comercio internacional, sectores en crecimiento.
Suara, la mayor cooperativa de Cataluña de trabajo y servicios como residencias o guarderías, con 2.000 personas trabajando, ha duplicado su facturación. “Lo conseguimos en primer lugar gracias a las uniones entre cooperativas”, explica su presidente, Ricard Fernández. “Eso nos ha permitido mejorar y ser más competitivos ante los concursos del Estado. Nuestra actividad depende de conciertos públicos, y la unión nos ha dado experiencia y capacidad para ganar más”. Paradójicamente, la crisis les ha favorecido, pues como han caído otras empresas del sector, ellos se han librado de potenciales competidores.
LÉXICO
1. Cooperativa de segundo grado. Es una cooperativa formada por varias empresas, que pueden ser también cooperativa o pueden no serlo.