Trabajar no es garantía de salir de la pobreza
El 13% de las personas que trabajan viven bajo el umbral de la pobreza. en colectivos específicos como el del trabajo por cuenta propia, el porcentaje asciende al 36,8%.
"Di de baja al gas de casa. No tengo calefacción. Era muy caro, no lo podía pagar, y por otro lado, ¿para qué, si estoy todo el día trabajando? Solo voy a casa a dormir”.
Quien habla se llama Adriana Zea y ni siquiera es una asalariada. Es autónoma, dueña de su propio bar, ubicado en una plaza transitada de Barcelona, pero sin suficiente clientela.
Adriana forma parte de los llamados working poors, personas que a pesar de trabajar no llegan a pagar los gastos básicos, que están en el umbral de la pobreza.
Técnicamente, la Unión Europea estableció una fórmula para calcular quiénes estaban en ese umbral, las personas que percibieran el 60% de la mediana salarial del país. “La tasa, más que la pobreza en sí, es un indicador complejo de la desigualdad”, explica Rodolfo Gutiérrez Palacios, experto en esta temática y catedrático de la Universidad de Oviedo. “Es, sin embargo, una manera de acercarse a la realidad”.
ESPAÑA, ENTRE LOS PEORES
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2012 —último dato disponible—, el riesgo de pobreza alcanzaba en España al 13,4% del total de las personas que trabajan. Es el tercer país de la Unión Europea con mayor índice de trabajadores en hogares pobres, solo superado por Rumanía y Grecia.
En Europa, en promedio, solo la mitad de las personas que están en paro y encuentran un trabajo salen de la pobreza, según el Informe Anual de Empleo y Desarrollo Social de la Comisión Europea. Y solo uno de cada tres sale de ella después de un año. En España, la situación es de las más complicadas. Siempre ha estado en la cúspide de los países con mayor riesgo de pobreza entre las personas trabajadoras de Europa, pero este índice ha aumentado un 20% con la crisis, comparado con el flamante crecimiento económico de 2004. Esto, sin tener en cuenta que como la mediana de ingresoss baja, el umbral de pobreza es cada vez más bajo. Es decir, los pobres de hoy son más pobres que los de hace cuatro años.
Pero la característica más llamativa de las personas ocupadas en España tiene que ver con gente como Adriana, que es autónoma. Entre este colectivo la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social era en 2012 del 36,8%, una cifra que prácticamente duplica la media de la Unión Europea. Otra vez, España a la cabeza, solo por detrás de Rumanía, donde esta cifra llega al 67,9%. Y otra vez, casi el doble que la media europea.
¿Cómo se explica que una persona dueña de un bar esté al límite de la pobreza?
Las razones, además de la crisis, son muchas. Una de ellas es “el hecho de que una parte no menor de empleos de autónomos sean efectivamente empleos de baja calidad, bien porque tienen una intensidad laboral baja de los propios ocupados o de los hogares, bien porque perciben rentas muy volátiles y bajas, y en una buena parte de los casos por ambas razones”, dice Gutiérrez Palacios.
La vulnerabilidad, en el caso de Adriana, está relacionada con un asunto fundamental: la deuda. Adriana apenas llega a pagar al banco para que no le suban los intereses del préstamo solicitado para una reforma que tuvo que hacer, obligada por el ayuntamiento, si quería mantener el bar abierto. Siempre había mantenido sus cuotas, pero con la crisis y la falta de clientela tuvo algunos atrasos de pago y esto hizo que la deuda se multiplicara.
AUTÓNOMOS Adriana Zea, en la puerta de su bar, cuyas ganancias apenas le dan para vivir. FOTOGRAFÍA: Andrea Bosch
Pero hay otros motivos para que las estadísticas suban tanto en general, como los falsos autónomos. “En realidad, lo que creemos que sucede es que hay mucha gente que está obligada a hacerse autónoma porque vive en la precariedad y no le ofrecen un contrato fijo”, señala Jesús Cruces, sociólogo y experto de la Fundación 1 de Mayo. Otro motivo que podría desvirtuar la estadística es la evasión fiscal.
El segundo colectivo de trabajadores donde es más alta la pobreza es entre quienes no trabajan a tiempo completo o tienen trabajos esporádicos y precarios, algo que ha aumentado en los últimos años.
El caso de Consuelo es un buen ejemplo de ello. “Desde hace tiempo mis trabajos duran poco”, dice Consuelo, una joven de 26 años que vive con su pareja en la casa de la abuela de él. “Para trabajar paso mucho tiempo teniendo que ir a formaciones y haciendo exámenes que luego no culminan en trabajos estables. Pierdo el tiempo en ello y luego me echan. He llegado a pensar que soy una inútil, que no sirvo para nada”.
Consuelo tiene un grado medio administrativo y un grado superior de integración social, pero cuando trabaja lo hace en lo que sea. Hasta entrevistarse para esta nota estaba limpiando una residencia de ancianos. Al día siguiente se había quedado sin trabajo.
La elevada temporalidad en España ha sido otro elemento diferenciador de Europa en la última década. En 2005 llegó a ser uno de los países con más temporalidad, que ocupaba el 33% de los trabajos. Esta tasa se ha reducido en los últimos años ante la destrucción de empleo.
Pero Consuelo es una chica con suerte. No tiene hijos que cuidar, no piensa tenerlos en esta situación, y no paga alquiler, gracias al apoyo familiar.
La situación puede ser mucho peor si se tienen hijos. Xavier Alcera tiene dos, de 14 y 5 años, y su esposa está en el paro. Es ingeniero y en algún momento de su vida ambos tenían trabajo, sólo él cobraba cerca de 3.000 euros al mes, y por eso tuvo hipoteca y una tarjeta Visa. Pagaba escrupulosamente sus cuentas, pero él y su mujer perdieron el empleo. Les desahuciaron y viven con los niños en casa de la suegra. Aunque él consiguió un trabajo en el que percibe 800 euros al mes, no le alcanza para vivir. Ha tenido que pedir ayuda a Cáritas.
Las encuestas realizadas por Eurostat toman en cuenta las características del hogar. Entre las personas solteras, el riesgo de pobreza llega en España al 10,9%. La peor situación la viven las personas solteras y con hijos. En 2009, la pobreza en este colectivo alcanzaba al 21%. En 2012, con la crisis, ya era el 30,7%. Le siguen los hogares pobres, como el de Xavier, formados por al menos dos adultos trabajadores, pero que tienen dos o más niños. El 15,5% de ellos son pobres.
No solo la crisis, sino también los recortes en las prestaciones sociales han agudizado la pobreza en España.
“No tengo ningún tipo de ayuda del Estado”, comenta Xavier Alcera. “El año pasado nos dieron la mitad de la beca del comedor de la escuela, este año nada. Mi mujer cobraba la ayuda familiar y se acabó. Busqué ayudas, pero no hay nada más. Por otro lado, si mi mujer se va a trabajar: ¿quién paga el comedor? Son 180 euros por niño. Ya con salarios tan bajos como los de ahora, no vale la pena”.
El 30% de las personas trabajadoras solas y con hijos están en riesgo de pobreza
Las transferencias sociales en España sólo reducen la pobreza en un 25%
Según un estudio de la OCDE citado por el profesor Rodolfo Gutiérrez en el artículo “Empleo y riesgo de pobreza”, de Gaceta Sindical, España es uno de los países donde las llamadas transferencias sociales netas y los impuestos tienen un impacto menor en la reducción de la pobreza. “Mientras que en el conjunto de 24 países las transferencias sociales reducen la pobreza en un 50% en los hogares en los que hay al menos un adulto activo, en España esa reducción no pasa del 25%; en los países con un impacto positivo más alto, como Francia o Suecia, alcanza los dos tercios de reducción”, dice el artículo. “Además, ese impacto en España es prácticamente neutral respecto al estatus laboral de los hogares, ya que ocasiona un porcentaje similar de reducción de pobreza en los hogares en que todos sus miembros están en paro y en los que hay al menos una persona ocupada”.
La reforma laboral puesta en práctica a principios de 2008 que abarata y facilita el despido, aunque bonifica la contratación, no parece haber generado más y mejor calidad de empleo. El Banco de España aseguraba, a finales de 2013, en su boletín económico, que no observaba avances apreciables en la composición de los flujos de empleo tras la reforma laboral, ya que sigue habiendo una predominancia de los contratos temporales sobre los indefinidos.
La reforma laboral se configura como un “nuevo marco de derecho laboral que permite ahondar en el riesgo de pobreza de los trabajadores y trabajadoras, sobreendeudados en un contexto de alza de los precios de los productos básicos”, concluye el informe Trabajadores pobres y empobrecimiento en España, de la Fundación 1 de Mayo.
Aunque podría mejorar la situación de las personas si mejorara la crisis económica, lo cierto es que de no cambiar las políticas, España apenas podría volver a los índices de pobreza que tenía en épocas de auge: siempre a la cabeza de toda la Unión Europea en precariedad.
Organización Internacional del Trabajo
Informe Mundial sobre salarios, 2012-2013
Organización Internacional del Trabajo.
Encuesta de Condiciones de vida
Eurostat/INE.
Empleo y riesgo de pobreza
Rodolfo Gutiérrez (Universidad de Oviedo). Gaceta Sindical, n.º 18, junio de 2012, pp. 321-338.
Trabajadores pobres y empobrecimiento en España
Colección de Estudios # 56. Fundación 1 de Mayo.
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