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Una economía al margen de las leyes

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Octubre 2020 / 84

La pandemia es solo el último movimiento de una serie de transformaciones estructurales que, desde hace tiempo, ponen en entredicho numerosas verdades económicas consideradas incuestionables.

Los economistas van a verse obligados a revisar sus postulados… y sus manuales. La epidemia de covid-19 ha provocado unas fluctuaciones económicas inéditas y ha hecho que los discursos sobre el necesario control del déficit y de la deuda pública hayan quedado hoy obsoletos. Volver al business as usual será difícil, pues la epidemia no es sino el último movimiento de una serie de transformaciones estructurales de las economías que, desde hace mucho tiempo,  han puesto en entredicho  gran número de supuestas leyes generales, de verdades consideradas pilares de la disciplina. 

Leyes ideológicas

En primer lugar están las leyes ideológicas, las que no funcionan pero se han convertido en lugares comunes de la profesión a través del influyente predominio de unos economistas que se han nutrido del seno liberal. En su último libro, el economista keynesiano Paul Krugman reconoce abiertamente la existencia de sesgos ideológicos en su profesión: “Dado el carácter de la naturaleza humana, algunos —entre los que me encuentro— razonan en función de  las conclusiones a las que quieren llegar movidos por sus opciones políticas"(1).

Un simple vistazo estadístico muestra la escasa relación entre el aumento de la masa monetaria y el de los precios, pero el adagio según el cual la inflación es en todo tiempo y lugar un fenómeno monetario imperecedero sigue vigente. Del mismo modo, da igual la proliferación de estudios que muestran que el aumento del salario mínimo y la disminución de las cotizaciones influyen muy poco en el empleo, no se tienen en cuenta. 

Leyes básicas

Más profundo es el cuestionamiento de los resultados de la ciencia económica, pues son los razonamientos básicos de la economía los que ya no se sostienen. ¿Qué justifica desde el punto de vista económico que los prestatarios acepten dar créditos pagando por ello? Y, sin embargo, muchos países y empresas toman prestado hoy a unos tipos de interés negativos.

¿Qué justifica que los prestatarios acepten dar créditos pagando por ello?

Fomentar la actividad mediante devaluaciones competitivas ya no funciona

Se supone que las empresas tienen necesidad de financiación, pero ¡su ahorro es hoy superior al de los hogares! Y la bolsa, cuya función es suministrar capital a las empresas, retira más dinero a la economía del que aporta porque aquellas recompran sus propias acciones.

Leyes de la política económica

Finalmente, se ha trastocado la lógica más elemental de las políticas económicas. ¿Fomentar la actividad de un país bajando los precios mediante devaluaciones competitivas? Ya no funciona. ¿Tener que elegir entre menos paro y más inflación o a la inversa? Esta relación tampoco funciona pues muchos países tienen poco paro y poca inflación.

¿A qué se deben todos estos cambios? La globalización, la pérdida de poder de los asalariados y un reparto del valor añadido más favorable a las empresas y a sus accionistas, la flexibilización de los mercados laborales, la intensificación de la financiarización... todas estas dinámicas liberales que se basan en la expansión de una economía de mercado cada vez más descontrolada han dado un vuelco al funcionamiento de las economías. Ello hace más difícil la comprensión de estas últimas, más delicado el control de sus fluctuaciones y más desigualitarias las consecuencias sociales de su dinámica. Mediante sus consejos, los economistas dominantes han alentado esos cambios. Hoy, deben asumirlo: aparte de las nefastas consecuencias sociales y políticas de esas evoluciones, ¡es imposible comprender la economía!  

 

1. Contra los zombies: economía, política y la lucha por un futuro mejor (Crítica, 2020).