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A por otra economía de plataforma

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Diciembre 2019 / 75

Regulación: Las grandes ciudades exploran fórmulas para afrontar los problemas de la economía de plataforma y dar soluciones.

Momentos del encuentro en Nueva York. FOTO: Trebor Scholz

En el mismo mes, Barcelona y Nueva York atendieron el mismo tema: reflexionar, entender y  buscar una salida a la economía de plataforma de grandes empresas multinacionales y seudomonopólicas. En algunos casos, las plataformas grandes amenazan con fulminar de un plumazo los más de 150 años de luchas obreras desde que se instauró en Reino Unido por primera vez la jornada laboral de ocho horas. Otras veces, las plataformas podrían suponer una presión más a la gentrificación de las ciudades. Por otro lado, se han ido creando alternativas y proyectos sociales que han surgido desde la ciudadanía utilizando las posibilidades que puede dar Internet para mejorar la vida de las personas.

En el caso de Barcelona, el Sharing Cities Action Encounter, impulsado por el Ayuntamiento de la ciudad y el grupo de investigación Dimmons de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), tuvo lugar en un estand, entre más de mil, del Smart City Expo World Congress. Para alguien que venía de fuera era fácil perderse entre la cantidad de información, conferencias, exposiciones y demás, y entre las más de 23.000 personas que pasaban por allí. Pero lo importante de este encuentro estaba entre bambalinas. A puerta cerrada y aprovechando la participación en el congreso de más de 700 ciudades y más de 146 países, se organizaron reuniones entre las personas responsables de diseñar políticas públicas y el mundo académico para estudiar los efectos de las grandes plataformas tecnológicas en las ciudades y aunar fuerzas para concretar regulaciones. Uno de los temas principales tratados tuvo que ver con las plataformas de alquileres vacacionales o de corta estancia. El grupo de investigación Dimmons del Instituto Interdisciplinario de Internet (IN3) de la Universitat Oberta de Catalunya y el activista Murray Cox presentaron un estudio sobre este tema. En él se explica que en muchas ciudades no hay una legislación específica, lo que significa, entre otras cosas, que las plataformas no están obligadas a compartir sus datos. Por esta razón, piden un cambio legislativo que abarque toda la Unión Europea.  La mayoría de las 20 ciudades del mundo encuestadas en el estudio no han logrado los resultados deseados en las negociaciones con plataformas de alquiler de apartamentos turísticos, debido, en gran parte, a esta falta de regulación. 

La idea de estas reuniones a puerta cerrada era coordinar las Administraciones públicas para formular una respuesta común. “Hay una directiva europea de 2000 y otra de 2016 que lo ve todo muy positivo, y concluye que la economía de plataforma ofrece muchas  oportunidades”, explican desde UOC. “Pero las plataformas tienen también impacto negativo y hay que solucionarlo”. 

 

LA ECONOMÍA DIGITAL Y EL FUTURO DEL TRABAJO

El segundo eje tratado en las reuniones y también en conferencias fue el de las plataformas digitales que están afectando a las condiciones laborales. Se estudió la dimensión legal de las personas trabajadoras de las plataformas, el papel de las plataformas digitales como nuevas intermediarias con las Administraciones y las maneras de controlar sus actividades.

Se trata de favorecer plataformas con impacto positivo

La nueva economía digital debe incluir la perspectiva de género

Entre otras cosas, Ricard Espelt, investigador de la UOC, presentó el estudio que están preparando entre siete ciudades de Europa para identificar los problemas que provocan las plataformas digitales más disruptivas y para que las ciudades tengan mayor voz. “Algunos de los conflictos suceden en las ciudades, como los riders”, explica Espelt. “Pero tienen pocas competencias en temas laborales. ¿Qué pueden hacer? Por un lado, favorecer modelos de plataformas digitales que tengan un impacto positivo. En el caso de Barcelona, el Ayuntamiento ha ayudado a Riders por Derechos y a la constitución de Mensakas, una plataforma cooperativa de envíos. También puede intentar organizarse con otras ciudades para articular conjuntamente el trabajo y presionar a instancias nacionales o europeas”.

El tercer eje tratado tiene que ver con el género. “La nueva economía digital debe incluir una perspectiva de género para trabajar en la transformación hacia una mayor sostenibilidad, inclusión y diversidad, y para evitar que se perpetúan los modelos patriarcales existentes”, explican desde Sharing Cities Action.

El estand del Sharing Cities Action se perdía entre puestos de ciudades y de empresas que ofrecían servicios, y que iban desde sistemas de coches eléctricos hasta seguridad. Y este tema, la seguridad, fue otro de los aspectos tratados en el encuentro. Mientras el mundo activista lucha por cortar con la vigilancia y por preservar la intimidad de la ciudadanía, se busca que los datos sean abiertos y gobernados por el interés del conjunto de la sociedad. Piden que se garantice una vida pública en la que todos los actores económicos y sociales puedan operar. Por eso, desde Dimmons impulsan el Data Commons Manifesto, que propone acciones específicas para fomentar una sociedad orientada a un tratamiento de los datos como un bien común. 

Utilizado bien, Internet puede ser una vía para reforzar a la ciudadanía, y para consolidar la democracia.

 

NUEVA YORK

Pocos días antes del encuentro de Barcelona, Nueva York reunía a más de 150 personas exponiendo ante un público de más de 500 sobre las cooperativas de plataforma. Celebrando diez años de conferencias laborales digitales del Instituto para la Economía Cooperativa Digital en la New School de Nueva York, el evento liderado por el Consorcio Internacional de Cooperativas de Plataforma, convocó a personas del mundo de la academia y algunas fundadoras de cooperativas de plataformas.

La sociedad tiene que tratar los datos como un bien común

Internet puede ser una vía para consolidar la democracia

Durante el evento fueron mayoría las personas que se encuentran en el mundo de la academia, así como también en organizaciones de formación e impulso del cooperativismo. Los proyectos no eran muchos, puesto que todavía es muy difícil que las cooperativas de plataforma salgan adelante. Se gestan con serias dificultades para obtener apoyo financiero. Esta fue justamente una de las conclusiones de los estudios realizados sobre la temática: un investigador llegó a contabilizar 800 investigaciones y 50 proyectos de  plataformas. Sin embargo, se presentaron algunas iniciativas  interesantes. Una de ellas, Cataki, es una organización sin fines de lucro fundada por Mundano, un artista y activista callejero brasileño. En 2007, Mundano comenzó a pintar las carroças, los carros de madera y metal utilizados por los recolectores de basura en todo Brasil que transportan basura y materiales reciclables. Pintó 200 carroças y en el proceso creó Cataki una aplicación que permite conectar a los recicladores (antes mayoritariamente informales) con las personas que deben reciclar. Esta aplicación permitió duplicar las ganancias de quienes reciclan y mejorar sus vidas. Al principio, Mundano tuvo muy poco apoyo, y llegó a construir él mismo la plataforma, con sus recursos personales. Ahora cuenta con miles de seguidores, están en Brasil, Perú y Ecuador, y su aplicación ha sido galardonada con varios premios internacionales. Incluso le han querido comprar la aplicación, pero no está a la venta. Está al servicio de las personas que más lo necesitan.