Alencop, por una nueva vida
Inserción: El Ayuntamiento de Barcelona impulsa el modelo cooperativo para ayudar a personas vulnerables mediante la economía circular.
Miembros de Alencop en la nave del barrio de Bon Pastor. FOTO: M.V.
Se puede dar una segunda vida a los aparatos eléctricos, y también ayudar a quienes más lo necesitan, resolviendo dos problemas de una vez. Eso es lo que ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona, al promover la cooperativa Alencop, de recogida gratuita en domicilio de electrodomésticos y chatarra.
“Es un proyecto que hemos creado dentro de la economía circular, intentando ayudar a personas que recogían chatarra en la calle para que se conviertan en gestores de residuos. Pasar de buscar en la calle a hacerlo, con todos los cuidados necesarios, directamente en los domicilios”, explica Emilia Pallàs, subdirectora general de Políticas Laborales para la Diversidad de Barcelona Activa. “La idea era construir un proyecto que tuviera un beneficio para la sociedad, dignificando los derechos de la ciudadanía”.
Alencop comenzó su andadura en 2015 y fue creada como cooperativa de iniciativa social y sin ánimo de lucro, para abordar de manera integral necesidades básicas de ocupación, formación y vivienda de personas en situación de vulnerabilidad, mediante un modelo cooperativo que da protagonismo a las personas socias y al territorio donde se inserta la empresa. Forma parte de la red eReuse, programa de economía circular para el fomento de la reutilización de los equipos.
En Alencop recogen gratis electrodomésticos y chatarra
El Ayuntamiento espera que puedan ser autosostenibles
Al servicio se le han sumado los traslados y vaciados
Recogen electrodomésticos y chatarra en la zona barcelonesa de Nou Barris, en el distrito de Sant Martí, Sant Andreu, en el Eixample, en Sants-Montjuïc, Ciutat Vella y Les Corts. Hacen unas 2.000 recogidas a domicilio anuales, por un total de 100 toneladas de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).
“Yo vivía en una nave ocupada con un montón de gente”, cuenta Ibrahim Barry, socio de la cooperativa, que llegó a España solo desde Mali en 2012 y que ahora tiene 23 años. “Ahora vivo en un piso de la cooperativa, he regularizado mi situación y en lo único que pienso es en traer a mi familia. En mi país la tierra no es fértil y las condiciones son muy duras”.
SIN HOGAR
Barry había deambulado sin hogar hasta que alguien le recomendó dormir en la nave ocupada. Recogía chatarra de las obras, sin ninguna seguridad, y la llevaba a las chatarrerías, por las que le pagaban un dinero. “Antes el negocio era bueno, porque te daban mucho dinero y en las obras tiraban todo. Hasta que los obreros se dieron cuenta y ya no dan nada. Lo llevan todo ellos”.
Hoy atiende a Alternativas Económicas desde la sede de Alencop, en el polígono industrial barcelonés de Bon Pastor. Como es uno de los que habla mejor castellano, el trabajo de Barry consiste en atender las llamadas y llenar los formularios para que sus compañeros recojan en bicicleta o camiones los electrodomésticos o chatarra provenientes de oficinas de la administración, casas particulares o negocios.
La cooperativa proporciona vivienda y un salario
Percibe el salario mínimo interprofesional, pagado en parte en especies, a través del alquiler de la vivienda, que comparte con algunos compañeros. Con la ayuda de la asistente social no solo ha logrado regularizar su situación (tenía más de tres años empadronado en España), sino que incluso pudo pagarse un pasaje para ir a visitar a su familia en Mali.
Cuando comenzó la cooperativa eran 28 personas socias de 10 nacionalidades distintas. Hoy son 25, de nueve nacionalidades, con nueve lenguas diferentes.
“La convivencia no siempre es fácil —reconoce Barry—, pero al final logramos estar bien”.
“Sabemos que es complicado; que es complejo —agrega Emilia Pallàs—, pero es una apuesta por un modelo con futuro y viable. Ahora ya tienen un local de 750 metros. Se ha ido trabajando la rentabilidad y la idea es que la cooperativa sea autónoma y autosostenible. La línea de negocio ha ido cambiando y estamos en el proceso de crear una red en el barrio, con otras empresas de economía social. Hemos pasado ya de subvencionar un 70% subvencionar un 40% en 2019”.
TALLERES Y OTROS
Actualmente, para aumentar la rentabilidad, se ofrecen en centros cívicos, centros de barrio, de ancianos y de jóvenes, ateneos, aulas ambientales, empresas, cooperativas y otros espacios abiertos a la ciudadanía, talleres sobre cómo reparar electrodomésticos. También hacen traslados y/o vaciado de naves, locales y pisos, y ya lo han hecho tanto para empresas como para particulares y municipios. En su flota de vehículos, tienen triciclos eléctricos, libres de emisiones y que pueden llevar hasta 200 kg de carga y camiones de 3.500 kilos o furgonetas pequeñas para volúmenes medianos. Ya han transportado material ortopédico y material entre brigadas de mantenimiento del distrito de Nou Barris.
La cooperativa dispone además de una tienda de segunda mano con los productos recogidos en su servicio de recogida a domicilio. Se pueden encontrar frigoríficos, lavadoras y otros electrodomésticos, a unos precios asequibles, aparte de ordenadores y otros equipos informáticos de segunda mano. Además, tienen una oferta diversa de elementos del hogar, decoración y objetos vintage.
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