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De Marruecos a los barrios de Barcelona

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Noviembre 2018 / 64

Mujeres de cooperativas marroquíes se reúnen con grupos de costura de la capital catalana para intercambiar experiencias.

Mujeres marroquíes muestran sus tejidos en el barrio de Roquetes. FOTO: M.V.

Sauad Terraf es una mujer marroquí que ha luchado toda su vida para salir adelante. Ha cumplido su objetivo. Preside la cooperativa Aarouss Chamal, de Tánger, especializada en el tejido de productos hechos completamente a mano. Saca de una bolsa sus telas y va contando cómo las hacen, y las dificultades que han pasado hasta poder ser reconocidas, al punto de llegar a ser miembros importantes de la Comisión Nacional de Artesanía de Marruecos.

Terraf y sus compañeras de otras cooperativas de Marruecos están en la Asociación de Vecinos de Roquetes (Barcelona) sentadas en un círculo, junto a otras mujeres mayoritariamente inmigrantes, del Grupo de Costura Más con Menos. Son estudiantes de las clases de costura organizadas por el grupo de encuentro de costura, de Roquetes.

A través de la costura se mejora la economía y otros tantos problemas

Están reunidas como parte de un programa de intercambio organizado por la Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP), en el que se comparten experiencias entre mujeres miembros de cooperativas textiles de éxito del norte y este de Marruecos con mujeres de grupos locales de barrios vulnerables de Barcelona.

El taller debe terminar a las 12 pero se extiende mucho más. Las marroquíes cuentan que reciben mucha ayuda del Estado, por ejemplo, con el local en donde trabajan, que es gratuito. Pero no tienen ningún tipo de Seguridad Social, a pesar de que su trabajo es muy profesional. Si se enferman, no cobran. Es su próximo objetivo. 

Amparo Iturriaga, de la Asociación de Vecinos de Roquetes y parte de la plataforma de entidades del barrio, les cuenta sus avances. Las mujeres de Roquetes están en vías de formar una cooperativa. Por lo pronto han conseguido organizar una vez al año la Fashion Week del barrio, un desfile de moda con prendas hechas por las participantes.

 

EN RED

El tiempo corre y surgen, inevitablemente, los problemas que sufren las mujeres de ambos países. Muchas están solas, crían en soledad a sus hijos o no tienen más familia en España. Sufren, pero el sufrimiento se hace menor en ambos países cuando son escuchadas y acompañadas por sus mismas compañeras. Se crea una red de apoyo mutuo que va mucho más allá de la costura. 

“Las cooperativas de mujeres costureras marroquíes son un ejemplo en un proceso de apoderamiento y autoempleo, a través de salidas laborales vinculadas al textil y la artesanía”, explican desde ACPP.

“Estas experiencias pueden ser un ejemplo y aprendizaje para una nueva corriente comunitaria que está surgiendo en diferentes puntos del territorio catalán: grupos de mujeres que se encuentran para coser, intercambiar y construir entre todas un futuro económico digno. La “formalización” de estas iniciativas comunitarias, en mayor o menor medida se parece a los pasos que diferentes grupos locales de mujeres que cosen juntas están planteándose en este momento a barrios como Trinitat Vella, La Torrassa-Collblanc y La Verneda, entre otros. 

En ambos países encuentran que la economía social y solidaria es una aliada a sus proyectos, como modelo de desarrollo de las iniciativas, frente a la discriminación que sufren en el mercado laboral.

El ejemplo marroquí demuestra que pueden ser independientes de sus maridos económicamente, lo que implica una independencia como mujer.

Su principal desafío ahora, además de conseguir salarios con seguridad social, es la comercialización.
Las españolas han visto que es posible, y cuentan para ello con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, para continuar su crecimiento hasta convertirse en empresas de economía social y solidaria consolidadas, con canales de distribución de su trabajo y una seguridad salarial que hasta ahora no tienen.