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Economía del bien común: una puerta a un futuro sostenible

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Febrero 2018 / 55

Sentido y coherencia. Si tuviera que describir la Economía del Bien Común (EBC) con dos palabras serían estas dos, y, si se me permitiera una tercera, añadiría la palabra esperanza.

La Economía del Bien Común propone un modelo económico que da sentido a aquello que hacemos porque es coherente con las motivaciones humanas y, con ello, abre un espacio de construcción de un futuro esperanzador. Se centra en la persona y sus necesidades desde una visión global del ser humano. Bajo esta perspectiva, la economía conforma las dinámicas de los recursos, bienes y flujos monetarios que permiten satisfacer las necesidades de todas las personas, que estamos organizadas en sociedad, y que a la vez formamos parte de un sistema ecológico. Desde esta posición, la persona en el centro e interrelacionada con todos los seres humanos y con la naturaleza, los valores que deben guiar nuestras acciones son la justicia social, la dignidad humana, la sostenibilidad ecológica y la participación democrática. 

Como personas, actuar desde estos valores nos invita al autoconocimiento, a cuidar el bien común, a consumir de manera consciente y responsable y a participar desde la comunidad para construir un modo de vida justo y sostenible.

Como empresas, a medir la contribución al bien común utilizando la herramienta del Balance del Bien Común (BBC). Sea cual sea la forma jurídica o punto de partida de cada empresa, el BBC permite analizar cómo se están aplicando estos valores en la relación diaria entre la empresa y los diferentes grupos de interés (proveedores, financiadores, empleados, clientes y la sociedad), se identifican evidencias, indicadores y, a través de un proceso participativo, se establecen áreas de mejora para avanzar en la contribución al bien común. Todo ello supone cambiar la competencia dominante por una actuación basada en la cooperación y entender el beneficio financiero, el dinero, como un medio para lograr el bien común y no como un fin en sí mismo. El resultado del BBC se traduce en un sello que la empresa puede comunicar en sus productos o servicios y que permite a las personas consumidoras ejercer su derecho a consumir de forma responsable premiando a quienes actúan de forma ética y cuidan el bien común.

 

MERCADO ÉTICO EUROPEO

Las administraciones públicas, como generadoras de políticas sociales y económicas, son las responsables de facilitar estos comportamientos, por ejemplo, a través de ventajas fiscales o preferencias en la compra pública. En este sentido, son especialmente destacables los pronunciamientos de la Unión Europea respecto a la EBC. En septiembre de 2015, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) publicó una opinión favorable respecto a la EBC como modelo adecuado para la creación de un mercado ético europeo y, a finales de 2017, esta vez por encargo de la Comisión Europea, se establece la EBC como modelo alternativo nuevo y se crea un grupo de trabajo para encontrar la manera de encauzar los diferentes movimientos económicos alternativos.

La EBC propone un modelo que da sentido a lo que hacemos

La propuesta se centra  en la persona y sus necesidades

El dinero es un medio para lograr el bien común, no un fin 

La EBC se suma a los movimientos con voluntad de transformación del sistema económico como, por ejemplo, la economía social y solidaria y con ellos conforma el ecosistema de las nuevas economías. Es un movimiento en constante formación y evolución desde la base, a través de los campos de energía y las asociaciones que, especialmente en Europa y Sudamérica trabajan para expandir esta manera de entender las relaciones socioeconómicas entre las personas, las empresas e instituciones y con el medioambiente. 

La EBC podría llegar a ser el enfoque holístico que como humanidad necesitamos para hacer frente al presente incierto y complejo y para asegurar un futuro digno, justo, democrático y sostenible para las nuevas generaciones, porque permite crear un nuevo relato económico inclusivo, propone una herramienta, el BBC, para la gestión empresarial y apuesta por la participación democrática real para construir el futuro. Como escribe Rebecca Solnit en su libro Esperanza en la oscuridad, “la esperanza no es una puerta, sino la sensación de que en algún momento podría haber una puerta, una salida a los problemas del presente, incluso antes que encontremos o sigamos el camino”. La EBC podría ser esta puerta.