Eticom busca masa crítica
La cooperativa, que da servicio de móvil a un millar de usuarios, batalla por ofrecer banda ancha
Un millar de personas se han pasado a Eticom Som Connexió. FOTO: ANDREA BOSCH
Phone Coop, cooperativa británica que ofrece servicios de telecomunicaciones a 11.003 socios (528 más que el año pasado), es el referente principal de Eticom Som Connexió. Pero a la cooperativa catalana, cuya idea se urdió en la cabeza de una psicóloga y un educador emperrados en inventar una compañía propiedad de la comunidad que no se la jugase nunca a sí misma, le queda todavía un buen trecho para lograrlo. No porque no exista demanda —según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las comunicaciones lideran, superadas sólo por los servicios financieros, las reclamaciones de los ciudadanos contra empresas (37.000 en 2014 en España)— ni porque la cooperativa siga siendo un mero lindo proyecto teórico —hoy ofrece ya servicio efectivo de telefonía móvil al 90% de sus 1.300 socios—. Pero hacerse un hueco en la jungla de las telecos españolas, un mercado que vivió la transformación del antiguo monopolio de Telefónica en un oligopolio de cuatro actores, es “un reto largo y complejo”, admite el presidente de la empresa, Òscar Rando.
Casi dos años después de presentarse como proyecto, Eticom Som Connexió se encasilla en la categoría de lo que el sector conoce como Operador Móvil Virtual (OMV). El 17% de los usuarios españoles de móvil tiene un contrato con uno de esos OMV, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Se trata de empresas que dan servicio a los usuarios empleando la infraestructura de uno de los cuatro operadores que han construido red propia (Telefónica, Vodafone, Orange y Yoigo). Los operadores virtuales llevan casi dos años creciendo en España, pellizco a pellizco. En el último año, el 11% más, dice la CNMC. Pero cuidado con la estadística: dentro de los OMV no sólo hablamos de actores independientes como Pepephone o Másmóvil (con esta última opera Eticom), sino de segundas marcas adquiridas por los grandes (Jazztel, que es de Orange, u Ono, hoy parte de Vodafone).
Eticom Som Connexió nació pensando en ayudar a construir una red libre, abierta y neutral —desplegada por la propia ciudadanía, con un papel clave para los ayuntamientos y que diera acceso a todos los operadores en igualdad de condiciones—, pero, vista la cuantiosa inversión requerida para ello, mientras tanto se puede usar la tecnología de terceros para dar servicio. “No hay plazo para poder prescindir de estas empresas a fin de pasar a dar servicio nosotros directamente”, señala hoy Rando, quien considera que “el único modelo que puede lograr una liberalización real y con voluntad de dar el mejor servicio a los consumidores finales es el modelo cooperativo, que además genera empleo local, unido a un despliegue de red libre y neutral”.
LA BANDA ANCHA SE RETRASA
Eticom tenía previsto desde hace un par de meses estar ya ofreciendo servicios de telefonía fija y acceso a Internet, en un salto cuantitativo y cualitativo importante para la empresa, porque supondría captar más clientela (su crecimiento sostenido hasta 3.000 usuarios previsto para este año escalaría fácilmente a los 5.000) y pasar de una media de de 10 a 12 euros por mes y usuario (hasta 12.000 mensuales en total) a otra de 40 euros (40.000). Pero, más allá del aprendizaje y pruebas en curso (con Vodafone), la cosa se alarga. “Si nos pusiéramos ya a dar servicio a socios probablemente nos estrellaríamos”, añade el presidente. Tras dos años de experiencia, constata que “las grandes empresas del mercado tienen capacidad para responder a la demanda de Eticom, pero el modelo es tan innovador e incipiente que no saben cómo encajarla, no están preparadas para un modelo cooperativo como este y van desbordadas”.
En la recámara, por si no avanzara la prestación de servicios de banda ancha vía terceros, los gestores de la cooperativa, que emplea a seis personas y avanza asesorada por la consultora Doxa, se plantean explorar un mix de posibilidades, algunas aún no previstas y que requerirán una reflexión profunda, considerando el tamaño todavía minúsculo del proyecto: prestar servicios a redes públicas o de pequeños operadores locales; dar servicios de banda ancha como marca blanca; echar mano de la llamada opción NEBA, oferta mayorista de banda ancha aprobada por el regulador del sector hace cinco años que no ha sido desarrollada y que, según Eticom, hace que no le salga a cuenta enchufarse a la infraestructura de Telefónica; y aprovechar los tramos de red libre y neutral impulsada por los ciudadanos y regulada por Fundació guifi.net. “Hay muchas puertas para abrir”, subraya Rando.