Expulsados de sus casas, pero no desahuciados
· La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) aumentará la presión durante los meses en que esté en trámite la Iniciativa Legislativa Popular para cambiar la Ley Hipotecaria.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, desahuciar a alguien puede significar tres cosas: “Despedir al inquilino o arrendatario mediante una acción legal”; “quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea”; o “admitir que un enfermo no tiene posibilidad de curación”.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) podrá identificarse con el primer significado, pero nunca con el segundo o con el tercero. Sus miembros se reúnen semana tras semana en cada una de las ciudades españolas, son cada vez más, y cada día ganan más fuerza. Han logrado que el PP tuviera que aceptar debatir la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra los desahucios –que firmaron 1.402.584 personas-, como consecuencia de la presión popular, pese a que siempre se había opuesto. Han conseguido que centenares de familias pacten con sus bancos el pago de las deudas a plazos más razonables. Han paralizado más de 500 desahucios, han realojado a la gente que no tenía techo, y que quedaba en situación de total vulnerabilidad. Han dado visibilidad a este problema, que afecta por lo menos a 400.000 familias. Pero no se conforman. Aseguran que no se rendirán hasta conseguir una solución real, en los términos de su ILP, para los problemas del sistema de la ejecución hipotecaria y del acceso a la vivienda.
El objetivo principal de la ILP es que quienes no puedan cumplir con la deuda de sus pisos puedan saldarla con la entrega de la vivienda. Actualmente, cuando alguien no puede pagar, la vivienda va a una subasta; si la subasta queda desierta -lo que sucede en el 90 % de los casos-, las entidades financieras pueden adjudicarse la vivienda por el 60% del valor de tasación (hasta hace poco, era el 50%). La diferencia de la deuda que no quede cubierta por este 60%, más los intereses de demora y las costas judiciales, queda como deuda para el ex propietario, que le esclaviza de por vida.
MÁS QUE DACIÓN EN PAGO
La ILP también reclama que se paralicen los desahucios pendientes, siempre que se trate de la vivienda habitual y que el impago del préstamo hipotecario sea debido a motivos ajenos a la propia voluntad. Y por último, exige que el Estado ponga en marcha un alquiler social, donde la persona que se ha quedado sin vivienda tenga derecho a seguir residiendo allí, pagando un alquiler no superior al 30% de sus ingresos mensuales por un período de cinco años.
Para calmar el gran revuelo de impopularidad que causan los desahucios, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó en 2012 un código de buenas prácticas para que las entidades financieras aplicaran la dación en pago. Pero las condiciones para que un afectado pudiera beneficiarse de ello eran tan complejas que en los primeros seis meses sólo habían conseguido sesenta daciones.
En debates de la televisión, prensa y cualquier acto público, la sociedad española podía tener la sensación de que los políticos de los grupos mayoritarios eran sensibles a las demandas sociales. Pero lo cierto es que la PAH había llevado al Congreso la proposición en cuatro ocasiones a través de partidos minoritarios, pero los mayoritarios la bloqueaban sistemáticamente.
La PAH se puso en marcha para llegar al Congreso a través de la vía ciudadana directa, que es mediante la ILP, y que el pasado 13 fue admitida a trámite. La decisión, inesperada, fue un gran éxito de la movilización. Pero ahora queda lo más difícil: que sirva realmente para cambiar la ley, que se garantice el derecho a la vivienda, y que la deuda de las familias que no puedan pagar su hipoteca no oprima sus vidas por completo.
ENTREVISTA A ADA COLAU, ACTIVISTA POR EL DERECHO A LA VIVIENDA
“España es el país europeo con más desahucios y más pisos vacíos”
Dicen que los desahucios se dan porque la gente vivió por encima de sus posibilidades, y ahora debe hacerse responsable…
Cayó todo el mundo. Cuando comenzamos las reuniones de la Plataforma pensé que me encontraría con gente enfadada. En cambio, estaban deprimidos. Hubo suicidios desde el principio, había problemas de violencia doméstica, familias desestructuradas… Se sentían culpables. Los afectados son gente como cualquier otra, que fue engañada. Todas las señales decían que había que comprarse una vivienda. Lo decía el propio Gobierno en todos los medios de comunicación. Lo decía la familia. Incluso hasta hace nada te bajaban impuestos si comprabas. Y además era fácil conseguir el crédito.
Hubo que convencerles de que el problema era otro, que se dieran cuenta de que eran miles de estafados, y no fracasados.
Quienes van en contra de la dación en pago dicen que es imposible, porque empeorarían la situación económica. ¿Qué opinas?
Los costes de la dación en pago son de entre 8.000 y 10.000 millones de euros. Con esto resolverían el problema de toda la gente afectada. Los recortes van a ser de 100.000 millones. Hay otras maneras de hacer las cosas, pensando en las personas. En Francia, por ejemplo, los desahucios se paralizan durante seis meses de invierno, y evitan la exclusión con un alquiler social. En España mucha gente se queda en la calle. Es el país europeo donde se producen más desahucios, y donde hay más pisos vacíos. Hasta 2011 había 5,5 millones de pisos sin habitar. Y ahora en 2013 saldrá el censo de 2012.