Inesperados nuevos rivales para la banca
Socio director de Copperfield for Social Good
De Apple Pay a Zencap o Transferwise: innovadores e inversores presionan al sector financiero al revolucionar servicios caros y arcaicos
Web de la empresa Zencap. FOTO: EVA SANLEANDRO
¿Qué tienen hoy en común el sector del taxi y el sector financiero? Varios rasgos fundamentales. Ambos están regulados. Se necesita una licencia tanto para operar un banco como para poner un taxi en la calle (lo que no impide que haya operadores pirata en uno y en otro sector). Hasta hace muy poco han sido, en líneas generales, sectores comparativamente poco evolutivos y abiertos a la innovación, especialmente si se los compara con lo sucedido en el consumo de música, vídeos, viajes o noticias. La experiencia de pedir, usar y pagar un taxi es aún, con pocas excepciones, muy similar a la de toda la vida. En la banca al por menor, aunque el acceso por Internet haya modificado la experiencia de manejar una cuenta corriente, el número y variedad de operadores se ha reducido; las concentraciones (compras o fusiones) de instituciones venerables son mucho más frecuentes que la aparición de nuevos bancos innovadores.
Ambos sectores están hoy en el punto de mira de fenómenos de innovación disruptiva, que apuntan a descomponer y recomponer modelos de negocio y estructuras. Hoy por hoy, la disrupción es más evidente en el sector del taxi, en donde empresas como Uber esgrimen como arma la combinación de una nueva plataforma y el atractivo del discurso de la economía colaborativa. Pero también por una combinación de innovaciones tecnológicas y de presión social, se advierten síntomas de cambios similares en el sector financiero.
Forbes, una revista para el establishment inversor, considera que lo que atrae hacia la Fintech (tecnología para las finanzas) a innovadores tecnológicos y a los inversores que los respaldan es la perspectiva de participar de un flujo de dinero cuasi monopolizado por grandes instituciones poco transparentes, con sistemas arcaicos y poca tradición de servicio al cliente.
Para Accenture, una consultora igualmente poco sospechosa de posiciones antiestablisment, la Fintech promete respuestas a las demandas de los clientes que piden movilidad, transparencia, acceso instantáneo a productos competitivos, así como la capacidad de agregar información online para escoger la mejor de las ofertas disponibles.
PAGO, TRANSFERENCIA, CRÉDITO
Hay varios frentes actualmente abiertos en esta disrupción financiera. El de las alternativas a los medios de pago convencionales, con Paypal a la cabeza, es quizá el más conocido, pero también es el que afecta menos directamente al núcleo del sector financiero. Las expectativas generadas por nuevos servicios como Apple Pay, que permite pagar compras en comercios directamente desde un smartphone (teléfono inteligente) sin utilizar la tarjeta de crédito, puede ser una señal de grandes cambios en este segmento.
En 2014 se canalizaron 2.300 millones fuera del circuito financiero
Mover dinero de un lugar a otro es mover bits entre ordenadores
El eslogan de una de las nuevas firmas: “Gánale la partida a tu banco”
Otras iniciativas, respaldadas desde inversores del sector tecnológico, apuestan por competir en servicios a los que los bancos tradicionales aplican comisiones altas, como las transferencias internacionales de fondos. Hoy en día, mover dinero de un lugar a otro implica únicamente mover bits entre ordenadores, algo en lo que la industria tecnológica ha sabido aumentar la eficiencia y reducir los costes de modo mucho más radical que los bancos. Nuevas empresas como WorldRemit o TransferWise, ambas basadas en Londres, ha recibido recientemente apoyo financiero de inversores de Silicon Valley que las valoran en varios centenares de millones de dólares. Esto atraerá sin duda a nuevos entrantes y más competencia. Su objetivo, según el eslogan de una de estas firmas: “Gánale la partida a tu banco”.
‘UBER-IZAR’ EL SECTOR FINANCIERO
El enfoque de la economía colaborativa, que se apoya también en nuevas plataformas tecnológicas, plantea otro frente de competencia al sector financiero. En una intervención en el Foro de Davos de este año, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, expresaba su preocupación acerca de la vulnerabilidad del sector financiero a una Uber-ización que consideraba inminente.
Hay ya síntomas de que bien puede no tratarse de un aviso alarmista. Según un informe reciente de Nesta —una de las organizaciones de innovación social de referencia en el Reino Unido—, el sector de las finanzas alternativas, al margen de los circuitos financieros convencionales, canalizó en 2014 unos 2.300 millones de euros, más del doble que el año anterior. La expectativa es duplicar la cifra de nuevo este año. El segmento más activo es precisamente el de los préstamos e inversiones P2P, entre empresas y entre particulares conectados a través de plataformas online sin la intermediación de bancos.
Empresas como Funding Circle en el Reino Unido o Zencap en España ofrecen ya servicios de este tipo. Se orientan especialmente a prestar financiación a pymes, muchas de las cuales tienen dificultades accediendo a créditos bancarios. En un momento en que las entidades financieras restringen el grifo de los créditos mientras recomponen sus balances, los mecanismos de la economía colaborativa facilitan que afloren y se pongan en valor recursos que de otro modo estarían fuera de los mecanismos de mercado convencionales. Por ejemplo, alojamientos que se ofrecen a través de Airbnb o similares y transportes mediados por Blablacar o Uber.
Utilizando las plataformas de préstamo P2P, una pyme puede obtener un préstamo colaborativo construido a partir de los fondos aportados por empresas o particulares que prefieren dar a sus fondos excedentes este destino en lugar de un depósito convencional.
Una pyme puede hoy obtener préstamos colaborativos
El Banco de Inglaterra advierte que la banca va a ser vulnerable
Este tipo de innovaciones habrían de ser especialmente bienvenidas en España, dado el comportamiento tan poco socialmente responsable de muchas entidades financieras. No deja de ser una triste ironía que bancos que han recurrido a ayudas públicas para ser rescatados de una insolvencia imprudente eleven los requisitos de solvencia a quienes les piden crédito. Es de esperar que la nueva Ley de Financiación Empresarial, actualmente en trámite legislativo, proporcione un marco legal que facilite el crecimiento de alternativas innovadoras al sector financiero.
IDEOLOGÍA ULTRALIBERAL
Pero no seamos ingenuos. Las innovaciones, incluso las tecnológicas, tienen ideología. En muchas ocasiones, los disruptores basan su estrategia en la evidencia de que el ritmo de evolución de las tecnologías y de la adopción social de éstas es más rápido que el de las leyes, las regulaciones y las instituciones que las crean y administran. En algunos casos, como el de muchas empresas de Silicon Valley, profesan una ideología ultraliberal que aplaude la eliminación de regulaciones, la reducción de la intervención pública y la apología de una ideología de mercado vacía de valores sociales.
Lo que es realmente necesario, pero se atisba menos, es que emerja en el sector financiero un movimiento sólido de innovación social que resitúe la economía y las finanzas al servicio de la sociedad, y no al contrario. Según la Wikipedia, la creación de la Caja de Pensiones, hoy transformada en Caixabank, fue en su momento una innovación de estas características. Fue creada en un contexto de crisis social por el impulso de diversas instituciones de la sociedad civil catalana como una vía para conseguir la paz social.
La banca ética, el crowdfunding, el alma de la economía colaborativa, son buenos principios. Ojalá se encuentren con la visión, la ambición, los principios, los recursos, el alineamiento y la suerte que hagan posible construir los mejores finales.