La cantera de la economía social y solidaria

La economía social y solidaria, aquella que pone el bienestar de las personas por encima del beneficio material, tiene ante sí un reto generacional ineludible: sus empresas necesitan renovarse con gente joven que contribuya al crecimiento del sector y, al mismo tiempo, busque construirse un futuro laboral.

A finales de septiembre, la Escuela de Activismo Económico inicia su cuarto curso con la voluntad de alcanzar el doble objetivo de revitalizar las entidades de la economía social y solidaria y facilitar a las personas más jóvenes el acceso a un trabajo digno y acorde con sus valores.

Dirigida a la juventud universitaria, posuniversitaria y de ciclos superiores de FP, la escuela combina la formación teórica en el aula con el activismo en cooperativas y entidades de la economía social de Madrid. El curso es completamente gratuito y eminentemente práctico. Sus organizadores se guían por la metodología aprender haciendo, que otorga especial relevancia a la interacción de los estudiantes con el entorno y con la que se pretende fomentar la “capacidad cooperativista” de los activistas. Además de sesiones teóricas mensuales y de las prácticas en las entidades y cooperativas, también se incluye la asistencia a eventos destacados del ecosistema de la economía social y solidaria. 

Modelo equitativo

La gran novedad este año es la creación de una bolsa de empleo en la que entrarán quienes participen en el curso. El objetivo es dar formación a 100 personas, en vista del buen ritmo de inscripciones registrado durante el verano. A mediados de septiembre se habían rebasado las 90 solicitudes.

Nacida al abrigo de Ecooo, una cooperativa madrileña dedicada a la instalación de placas fotovoltaicas, la Escuela de Activismo Económico es fruto de una reflexión sobre la necesidad de trasladar el activismo social y político al terreno de la economía y de respaldar proyectos de emprendimiento que practican un modelo productivo más equitativo. La escuela tiene también sede en Barcelona, gestionada por LabCoop, que al cierre de este número de la revista estaba pendiente de confirmar el inicio del curso.

El 29 de septiembre tendrá lugar un acto de bienvenida al alumnado en la sede de Ecooo, ubicada en el barrio de Lavapiés. Está previsto que el curso comience el 1 y el 2 de octubre con las sesiones teóricas para el primer grupo de estudiantes y el fin de semana siguiente para el segundo. En estas primeras clases se analizan los distintos modelos de producción y consumo, se explica en qué consiste la economía social y solidaria y se presentan las entidades colaboradoras de la escuela. 

Filtro previo

Para evitar el abandono prematuro del curso, en esta ocasión se ha aplicado un filtro previo en el proceso de selección del alumnado. Aunque la escuela va dirigida principalmente a jóvenes de entre 18 y 35 años, se han reservado cinco plazas para quienes superen esa edad.

Los alumnos y alumnas de la escuela harán prácticas de activismo en cooperativas somo Som Energía, La Corriente, Fiare Banca Ética, Supercoop y La Osa, integradas en el Mercado Social de Madrid. Una vez iniciadas las prácticas, en enero empezarán a salir las ofertas de empleo procedentes del propio Mercado Social, la Federación de Cooperativas de la Economía Social de Madrid (Fecoma) y la Asociación Madrileña de Empresas de Inserción (AMEI). La organización deja claro que no puede garantizar un puesto de trabajo a todos los participantes y que en la bolsa de trabajo solo permanecerán quieres hagan el curso completo.

El curso que comienza este otoño es el cuarto de la escuela, que cuenta con el patrocinio de Alternativas económicas y que ha superado importantes escollos desde su nacimiento. La primera edición tuvo que interrumpirse a causa de la pandemia de la covid-19; la segunda solo pudo celebrarse en la sede de Barcelona, y la de Madrid  solo recuperó parte de la normalidad en la tercera. “Esta va a ser la primera edición que podamos hacer con tranquilidad”, apunta Luis Esteban, coordinador de la sede de Madrid. “Los años de pandemia nos han servido para ganar experiencia y afinar algunas cosas”.

Otras ciudades han mostrado interés por replicar el modelo, entre ellas Bilbao, Zaragoza y Sevilla. “El mensaje que estamos trasladando es que somos la cantera de la economía social y solidaria”, afirma Luis Esteban. “Ahora mismo no hay prácticamente proyectos para jóvenes de este estilo tan enfocados a este sector. Aquí lo que estamos haciendo es dar una puerta de entrada al empleo”.