Los dulces y el café salvan al comercio justo español
Los productos de alimentación certificados, que se venden sobre todo en grandes superficies, han permitido aumentar las ventas del comercio justo en España. El resto cae.
Las ventas de comercio justo en España han sido muy dispares en los últimos años. Las cifras no son malas, porque el comercio justo facturó en 2012 un total de 28,3 millones de euros, el 6% más que el año anterior. Pero casi el 90% de los productos vendidos son de alimentación, la gran mayoría dulces y café. A pesar de la crisis, desde 2005 hasta hoy este sector específico ha duplicado las ventas de la mano del sello Fairtrade, que ha certificado casi el 80% de los productos vendidos.
En cambio, la artesanía, que en el año 2000 ocupaba el grueso de las ventas de comercio justo, ha ido cayendo en picado hasta llegar a ser apenas el 9,1% . En el último año se ha vendido el 24% menos.
¿Cómo afecta la merma de estas ventas en España y en los países de donde provienen las artesanías? Mercedes García de Vinuesa, presidenta de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, que presentó en septiembre los últimos datos de 2012, cree que no ha afectado específicamente a las personas que producen, aunque sí ha sufrido el pequeño comercio español.
"Es muy poco lo que representa el comercio justo de España respecto a otros países como EE UU o Japón”, explica García de Vinuesa. “De todas maneras, se ha ido diversificando la oferta a productos más útiles como tazas o bolsas de materiales reciclados. Acerca de lo que ocurre en España, supone una preocupación muy grande, ya que las pequeñas tiendas de barrio, y las importadoras que las abastecen, están sufriendo ERE y autobajadas de sueldo hasta el punto de hacer casi trabajo voluntario”.
Existe una polémica dentro del mundo del comercio justo, porque los artículos que más han aumentado sus ventas son los productos certificados de alimentación, que se venden en grandes superficies o en cadenas de cafeterías, y permiten hacer un lavado de cara ante otros productos hechos a base de explotación en los países empobrecidos.
“En la coordinadora estatal hay una pluralidad de miembros”, agrega García de Vinuesa. “Antes de dejar caer el comercio justo se ha visto que es mejor que esté en esos establecimientos. Hay gente que no es militante y no es capaz de ir hasta una tienda de comercio justo, pero sí consumiría si el producto estuviera más accesible. Es un mal menor. De todas formas, el fin último es transformar las relaciones injustas del comercio, que no solo deberían estar en las grandes tiendas, sino también en las pequeñas. E incluso deberían ser la norma, en general, y no la excepción”.
LA IMPORTANCIA DEL GOBIERNO
En España, cada persona gastó en 2012, en comercio justo, una media de 60,4 céntimos de euro, una cifra muy alejada de los 5 euros gastados en el resto de Europa, y mucho más lejos de los 28 o 29 euros de Reino Unido o Suiza.
“Si el Gobierno hiciera compras éticas, podría cambiar muchas vidas”
Las pequeñas tiendas de comercio justo trabajan casi por voluntariado
“Es muy importante la conciencia ciudadana, y en España falta mucha. Con la crisis se prima el precio; pero luego, si hay niños que han estado doce horas trabajando, no se toma en cuenta”, añade García de Vinuesa.
Las compras públicas tienen mucho que ver, y podrían cambiar por completo el mapa del comercio justo si se llevaran a cabo, un objetivo que las organizaciones de este tipo de comercio intentan alcanzar. “El 20% de las ventas en Europa es de la Administración pública. Si decidiera cambiar, por ejemplo, el papel, para garantizar que no haya tala ilegal, el comercio justo ganaría mucho. Si se decidiera que en la cafetería el café tuviera unos criterios cuya única variable no fuera el precio, sino la calidad social y la del producto, por una pequeña diferencia de 20 céntimos la taza podrían mejorar muchísimas vidas”, concluye la presidenta de la coordinadora.
www.comerciojusto.org
www.sellocomerciojusto.org
-Organización Mundial del Comercio Justo
www.wfto.com