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Reformar los patios en cooperativa

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Septiembre 2019 / 72

‘Cohousing’: La iniciativa PAX desarrolla cooperativas de vivienda y barrios cooperativos usando casas-patio vacías en el casco histórico de Córdoba.

El equipo PAX posa para un vídeo para la Biennale de Venezia. FOTO: SERGIO FLORES (PAX)

PAX - Patios de la Axerquía es una iniciativa nacida en Córdoba para trabajar sobre regeneración urbana e innovación social impulsada por un grupo de personas del ámbito de la arquitectura y la antropología. Se trata de una estrategia de regeneración urbana a través de procesos cooperativos para la puesta en uso de las casas-patio vacías en el casco histórico de Córdoba. “El reuso de la ciudad existente, en su valor patrimonial ligado a las casas de vecinos en un barrio central objeto de gentrificación, ha sido el impulso para generar una estrategia de abajo arriba en cuanto a política de vivienda, patrimonio, regeneración urbana y cohesión social a través de la actualización del uso de los patios con procesos cooperativos”, explica Gaia Redaelli, doctora en arquitectura y una de las impulsoras del proyecto junto con Jacinta Ortiz y Carlos Anaya.

“La finalidad y unicidad de PAX — frente a otras experiencias de cooperativismo como alternativa a la propiedad y al alquiler— es que interviene en un entorno patrimonial de alto valor, actualizando la convivencia que caracteriza la ciudad mediterránea. Cada cooperativa es una casa de vecinos, y PAX se propone constituirse como cooperativa barrial; es decir, como una cooperativa de segundo grado que reúne también a las cooperativas de rehabilitación y culturales, así como las asociaciones de vecinos y Administración”, indica Redaelli. “Se trata, por tanto, de una medida de cohesión social en una ciudad que ha llegado a su cuarta declaración Unesco, entre ellas la de Patrimonio Inmaterial de los Patios en 2012”.

 

EXPERIENCIA INNOVADORA

Por su transferibilidad a otros contextos, la iniciativa ha estado en la última Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia, y ha sido reconocida por la Oficina de la Economía Social del Ayuntamiento de Madrid como buena práctica. Además, forman parte de la red de iniciativas del Consejo de Europa porque implementan la “Convención de Faro” sobre el valor social del patrimonio.
En estos momentos están trabajando con las asociaciones de vecinos del casco histórico y con varios grupos de cooperativistas en diferentes etapas de desarrollo. En enero pasado la primera cooperativa de PAX adquirió, con el apoyo de Fiare-Banca Ética, una casa de vecinos del siglo XVIII. Las dueñas de la casa tenían una oferta de un gran inversor para hacer un hotel. Pero optaron por vender a la cooperativa, puesto que les interesaba que se reforzara la cohesión vecinal, de acuerdo con lo que habían vivido de niñas allí.

Parte de lo que se quiere evitar es que el casco histórico de Córdoba termine convirtiéndose en un escaparate para turistas, donde la gente de la ciudad es relegada, por lo alto de los precios, hacia zonas más alejadas. Es una manera también de cuidar el patrimonio cultural, material e inmaterial.

 

ACTITUD POLÍTICA

Como lo explican en su página web, PAX abrió un debate sobre la especulación en el patrimonio histórico y el espacio público. “Solo la ciudadanía junto con una actitud política pueden salvar la ecología urbana y la naturaleza antropológica de nuestras ciudades”, afirman. “Después de décadas de burbuja inmobiliaria, una ocupación indiscriminada de territorio y una cultura de propiedad, PAX-Patios de la Axerquía propone una operación innovadora de gobernanza que fomenta un cambio de modelo urbano: de la especulación a la cultura de la rehabilitación”.

La idea es preservar el patrimonio histórico material e inmaterial

Para quienes promueven PAX, este es el camino de una cogestión multinivel entre la Administración pública y la economía social. “Es la base del uso de viviendas vacías y espacios públicos. Un modelo de sostenibilidad urbana a través de su sostenibilidad social. La rehabilitación de los patios en desuso con y para la ciudadanía significa restaurar el valor ambiental de la ciudad mediterránea y ver su historia en clave contemporánea”, agregan. “La actualización del valor urbano, ambiental, social y económico de la ciudad tradicional es un paso hacia la comprensión de la urbe mediterránea como un valor innegable de nuestro pasado y, al mismo tiempo, como una herramienta esencial para nuestro futuro en una Europa realmente inteligente, sostenible y inclusiva”.