Un consejo de jubilados para ayudar a las cooperativas
Ex altos cargos de cooperativas vascas, principalmente de la Corporación Mondragón, ayudan a consolidar pequeñas cooperativas.
Ex altos cargos de cooperativas de Euskadi, hoy jubilados, acompañan los procesos de crecimiento de cooperativas de su comunidad autónoma.
Es un Consejo de Sabios. Un Consejo de Ancianos. Pero ellos prefieren llamarlo Consejo de Séniores. Son principalmente ex altos cargos de la Corporación Mondragón, con amplia experiencia en dirección y gestión de empresas cooperativas, que al jubilarse asesoran gratuitamente a empresas cooperativas vascas que les solicitan ayuda.
El programa de apoyo fue creado hace ocho años por el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi. Actualmente son siete asesores, y en estos momentos están asesorando a unas once cooperativas.
“Estamos intensificando las labores de captación, y que se sepa que existe el servicio”, comenta Juan Luis Arrieta, secretario general técnico del Consejo Superior de Cooperativas. “Tenemos un criterio operativo: cada asesor, como máximo dos cooperativas. Hay que tener en cuenta que es gente que está jubilada. No queremos abusar de ellos”.
Las beneficiadas son cooperativas pequeñas, no adscritas a la Corporación, y que no necesariamente están en el sector industrial. De hecho, hay cooperativas de enseñanza, del sector de servicios a las personas, de comunicación o vinícolas, entre otras.
La colaboración es totalmente gratuita y solidaria
La ayuda es una orientación estratégica en el día a día
“Comenzamos a hacerlo porque teníamos la demanda de gente experta que quería colaborar, y la demanda de gente que quería asesorarse”, explica Arrieta. “Pensábamos que había que aprovechar toda esa sabiduría, el bagaje aprendido con tantos años de experiencia. No queremos, con esto, hacer competencia desleal a las asesorías, que para eso están, sino ayudar a definir estrategias”.
FUNCIONAMIENTO
Cada vez que llega una cooperativa pidiendo ayuda, Jesús Maiztegui, coordinador del equipo de jubilados, se reúne con la cooperativa y luego expone el problema al Consejo de Séniores, que estudia quién es la persona más idónea para ayudar, según la especialidad que cada uno tiene (finanzas, dirección, etc.).
“Es muy gratificante sentir que eres útil, y que puedes compartir todo lo que sabes”, dice Maiztegui. “Provenimos de un sistema cooperativo, solidario, que nos ha hecho quienes somos, y queremos también verter esa solidaridad recibida hacia otras personas. Cada uno de nosotros asiste a los consejos rectores, y vamos ayudando en lo que necesiten, en aquellos aspectos que preocupan en las cooperativas. Muchas veces los cooperativistas están perdidos. Muchas veces confunden lo importante con lo urgente y les ayudamos a poner un orden, a hacer evaluaciones”.
Todo lo que se hace está firmado en un convenio de colaboración formal, que da libertad para rescindir del acuerdo en cualquier momento. En ningún caso el asesor tiene poder para votar o tomar decisiones que corresponden siempre a los socios de la cooperativa.
“El Consejo de Séniores no asume responsabilidad”, continúa Arrieta. “Tiene la única obligación de no compartir aspectos relativos a datos de gestión de la cooperativa que pudieran ser objeto de protección de datos. Pero por lo general hemos tenido buenos resultados. Se han resuelto problemas y las cooperativas están contentas”.
“Para nosotras ha sido fundamental. Un bastón de apoyo”, resume Josune Betanzos, presidenta del consejo rector de la cooperativa sanitaria Oizpe, que tiene una residencia de la tercera edad.
“Veníamos del área sanitaria, pero no teníamos casi ninguna información del mundo cooperativo. Los principios han sido duros. Hemos invertido fondos personales, sin aportes de bancos, y ellos nos han asesorado en todo. Nos han ayudado a caminar desde el primer día, y nos siguen ayudando un montón. No es lo mismo que una asesoría virtual. Ellos vienen, comparten con nosotros, nos llaman, les llamamos siempre que lo necesitamos.”.
Cuando comenzaron, las socias de Oizpe sólo tenían seis residentes y no sabían ni por dónde comenzar para captar más clientes. Hoy tienen el 90% de las plazas cubiertas.
“Trabajamos mucho en equipo”, concluye Betanzos. “Estamos saliendo adelante, con ilusión y bajo los principios cooperativistas y solidarios, algo que hemos ido aprendiendo gracias a la ayuda del Consejo de Séniores. Sólo tengo palabras de elogio”.
El consejo se reúne y decide quién es el jubilado más idóneo
Las decisiones al final las toma el Consejo Rector
“Nuestro reto ahora es conseguir que lleguen más cooperativas”, agrega Arrieta. “Hemos fallado en la difusión, queremos ayudar a más gente”.
Por ahora el servicio sólo es en Euskadi. “Estamos jubilados, si tenemos que comenzar a viajar ya se nos complica el tiempo”, señala Maiztegui. “Pero esto mismo lo podría hacer gente de cooperativas en cualquier otra parte de España, o del mundo”.