Perversa recuperación
Resulta difícilmente sostenible hablar de recuperación económica en un país con una tasa de desempleo juvenil —de menores de 25 años— del 53,1%. El dato de agosto, el mismo que el del pasado mes de abril, es un porcentaje de más del doble de la media europea. Solo Grecia cuenta con una situación tan desesperante para los jóvenes. España lleva ya más de dos años en los que más de la mitad de los jóvenes no pueden acceder a un puesto de trabajo, aunque sea de las peores condiciones imaginables.
Hay más del 20% de la población juvenil de entre 15 y 29 años, que pertenece al creciente y peligroso colectivo de las tres ni: ni trabaja, ni estudia, ni sigue ningún curso de formación profesional, según la Organización Internacional de Trabajo. (OIT). En Europa, solo Bulgaria tiene una situación peor.
El Gobierno y algunos observadores insisten, no obstante, en que la recuperación ya está ahí, y sirven como principal argumento los datos de crecimiento económico de los cuatro últimos trimestres, especialmente del último, que fue del 0,6%, el mejor de la zona euro. Es cierto que existe tal crecimiento del producto interior bruto (PIB), pero teniendo en cuenta la caída de los precios, el aumento de la producción durante el primer semestre de este año ha sido solo 4.769 millones de euros mayor que el del semestre anterior, o superior en 1.333 millones respecto a los primeros seis meses de 2013.
En cualquier caso, lo determinante es ver cómo se ha repartido este crecimiento de la producción. De manera simplemente indicativa y a la vista de los resultados de la banca del primer semestre y de la evolución de los salarios, se aprecian dos realidades bien diferenciadas. Parece que tiene bastante sentido hablar de recuperación económica desde el observatorio de los banqueros, y que carece de fundamento si se piensa en los asalariados y parados. En el primer semestre de este año la banca ha declarado unos beneficios de 6.363 millones, unos 1.000 millones más que el año anterior. Está bastante claro que la banca se ha llevado una parte importante de crecimiento económico, aunque siga recortando el crédito y vuelva a aumentar la morosidad hasta el 13,16 %.
En relación con los beneficios bancarios, es sorprendente el elevado rendimiento del Santander, que paga un dividendo del 7,5% aunque la mayor parte es en nuevas acciones. La situación del banco está bajo lupa de la Reserva Federal, que acaba de prohibir a la filial estadounidense Santander Holdings pagar dividendos sin su autorización.
En cambio, desde la óptica de los trabajadores la recuperación no es perceptible, o en todo es muy frágil. Los asalariados continúan sometidos a los recortes de los sueldos y aumenta la proporción de parados sin subsidio. La OCDE estima en más del 8% la pérdida del poder adquisitivo desde 2009. Según el Banco de España, los costes laborales unitarios han caído más del 6,5% en general y más del 10, 5% en la industria desde 2010. El número de parados con cobertura ha descendido en picado desde el 78% en 2010 al 64% en 2013 y al 60% actual.
La banca se ha llevado una parte importante del crecimiento económico
Con este ritmo de nuevo empleo, harían falta 22 años para ocupar a 2,8 millones de ex afiliados
Se han despertado también una expectativas muy exageradas sobre el alcance de los últimos datos sobre creación de empleo. Teniendo en cuenta el aumento de la precariedad, la temporalidad y el trabajo a tiempo parcial, el indicador más fiable es el de trabajo equivalente a tiempo completo de la Contabilidad Nacional. Este indicador constata un crecimiento del 0,8%, por primera vez a partir del segundo trimestre. Esto supone un aumento anual de 127.000 empleos.
Este resultado significa una capacidad muy pobre para absorber los millones de desempleados que hay en España. Algunos observadores rechazan que existan 5,6 millones de parados como señala la Encuesta de Población Activa (EPA) o los 4,4 millones que registra la Seguridad Social. Pero lo que nadie puede negar es que en julio de 2007 había 19,4 millones de afiliados a la Seguridad y Social y que el pasado agosto solo se contabilizaban 16,6 millones. Para dar empleo a los 2,8 millones de trabajadores que han caído de las listas de afiliados con el ritmo de creación de empleo actual se precisarían 22 años.
El endeudamiento es otro aspecto que tiene asfixiadas a las familias. También en este aspecto hay un gran crecimiento muy desigual de la carga, según el nivel de renta de las familias. La deuda pendiente representaba el 131,7% de los ingresos anuales del hogar como mediana en 2011, frente al 107,% de 2008. Sin embargo, la deuda que tiene que devolver el 20% de la población más pobre, ha experimentado un crecimiento desde el 149,4% al 334,9% de los ingresos, en el mismo periodo. Por el contrario, para el 10% de la población con más renta, las deudas pendientes apenas han crecido desde 61,2% hasta el 71,9%, según el Banco de España
Para un amplio segmento de la población, ahogado por las deudas, con trabajos precarios o sencillamente sin empleo, puede resultar hasta ofensivo hablar de recuperación.