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Recuperar los derechos perdidos

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Junio 2017 / 48

La aplastante victoria de Pedro Sánchez en las elecciones primarias del Partido Socialista Obrero Español, (PSOE) supone un cambio sustancial en el funcionamiento del partido, que ha devuelto el poder a los afiliados. La voluntad de los militantes se ha impuesto y reconocido el valor de quien ha resistido frente a los poderes económicos, políticos y mediáticos que han tratado de liquidarle por los medios más espurios. 

La renovación del PSOE supone una gran oportunidad especialmente para que los jóvenes puedan valorar la recuperación de los métodos democráticos de este histórico partido de la izquierda.

La cuestión de fondo de la crisis del PSOE, como la de otros partidos socialistas y socialdemócratas europeos, tiene raíces complejas y profundas como las deficiencias en la gestión de la globalización, el impacto de la revolución tecnológica o del cambio climático. Pero lo que ha alejado a los votantes de los partidos de izquierda ha sido comprobar el abandono de sus dirigentes de la defensa de los derechos e intereses de los trabajadores y de los más pobres.  Y esto empezó bastante antes de la última crisis.

Pedro Sánchez ha recibido un nuevo voto de confianza de las bases como Podemos lo recibió hace dos años de más de cinco millones de ciudadanos. Obtener la confianza de  militantes y votantes es importante, pero sólo es un pequeño paso. La tarea importante es recuperar los salarios, el empleo, los derechos sociales perdidos y reducir la desigualdad.

No es una labor fácil porque los poderes económicos y especialmente los financieros tienen una gran influencia sobre las instituciones europeas y el Gobierno, que son los principales responsables del retroceso que ha sufrido este país. El deterioro de los derechos sociales y la degradación de la situación económica es un análisis que comparten cada vez más economistas, incluidos destacados premios Nobel. Así, Jean Tirole sostiene  que el mercado laboral en España “sigue siendo muy injusto, sobre todo para los jóvenes y parados de larga duración”. Un colectivo, este último, que se ha triplicado durante la crisis. Otro laureado con el Nobel, Chris Sims, estima que “la política económica y monetaria de la UE ha sido lo peor para España”.  Estas reflexiones revelan que los científicos consideran  que existen otras políticas económicas alternativas. La experiencia de Portugal demuestra que se puede hacer políticas  sociales y con éxito. 

Una de las medidas que deberían adoptar tanto el PSOE como Podemos sería constituir equipos de trabajo para desarrollar estrategias  legales concretas para la recuperación de derechos sociales y laborales. El Congreso de los Diputados y los parlamentos autónomos deberían utilizarse de manera mucho más efectiva. En esta labor los partidos de la izquierda deben ir de la mano de los sindicatos y de las nuevas plataformas como la de Afectados por la Hipoteca (PAH) o las de perjudicados por  abusos bancarios (preferentes y cláusulas suelo), que han mostrado una mayor sensibilidad con las necesidades de los más vulnerables. Los sindicatos deberán adaptarse a la nueva organización industrial recordando que sin ellos no existiría el nivel de protección social existente.

Lo que ha resultado decepcionante para muchos trabajadores es comprobar que muchos derechos laborales que se lograron en los años setenta y ochenta, como la estabilidad en el empleo, se han perdido. El empleo abusivo de las ETT (empresas de trabajo temporal), por ejemplo, ha provocado un fuerte aumento de temporalidad y drástica reducción de los salarios que afecta  seriamente a los jóvenes. Más de dos millones de trabajadores de entre dieciséis y veintinueve años han perdido el empleo, entre 2007 y 2016.

Las deplorables condiciones laborales han llevado a la Comisión Europea a exigir numerosos cambios al Gobierno  para que corrija sus deficiencias. Los problemas graves se centran en la elevada temporalidad (72% en el caso de los jóvenes); la existencia de trabajadores con un salario que no les saca de la pobreza (13%) y a replantear el funcionamiento de los servicios de colocación de empleo, completamente inútiles. 

Las medidas económicas que ha elaborado el equipo de Pedro Sánchez para el debate de las primarias sintonizan con las necesidades más urgentes del país. Entre éstas destacan el aumento del salario mínimo a 1.000 euros para 2020 (en Francia y Alemania está hoy próximo a los 1.500 euros); eliminación de las deducciones fiscales que benefician a las multinacionales; freno a la concentración bancaria; acabar con el oligopolio energético y un plan de inversiones públicas.

Otras medias legislativas urgentes como las referentes al derecho a la vivienda y los abusos bancarios vinculados a ella, deberían ser más fáciles de implementar, pues en muchos casos derivan de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En este campo tan sensible en un país en que los desahucios todavía se cuentan por decenas de miles anuales,  es necesario el firme apoyo de los partidos de la izquierda a la propuesta legislativa presentada por la PAH en el Congreso de los Diputados para derogar las injustas normas que están destruyendo a miles de familias.

El PSOE y Podemos tienen una gran  responsabilidad en lograr la recuperación efectiva de los derechos sociales perdidos.