Compensar la retirada de lo público
¿Qué es una empresa social? Según la visión de la Comisión Europea, en la empresa social confluyen tres dimensiones: la empresarial o económica (realizar actividades comerciales), la social (perseguir un bien común social) y la de gobernanza (disponer de una organización o un sistema de propiedad que refleje su misión).
En un informe comparativo sobre empresas sociales de 2020 (*), el Ejecutivo comunitario reconoce la situación dispar existente en los distintos países de la Unión Europea, y apunta que las empresas sociales van a ir a más.
España figura, junto con Bélgica, Francia y Luxemburgo, entre los que tienen una larga tradición, al margen de los pioneros británicos, ya fuera del club comunitario. Al igual que en Italia, sus orígenes cabe buscarlos en la solidaridad y los valores colectivistas de las organizaciones asociativas, mutualistas y cooperativas en el ámbito del trabajo, la agricultura, la salud, el comercio minorista, el crédito, la educación y las actividades recreativas. Con el tiempo, su actividad se ha expandido a la cultura, la vivienda o el medio ambiente.
Dos visiones encontradas
Existen dos visiones sobre la empresa social. La primera, que la vincula con el tercer sector, incide en su contribución a la innovación, la democratización y la mayor eficacia del sistema de bienestar. Pero hay otra más crítica: desarrollar la empresa social puede servir de excusa para que los organismos públicos justifiquen su retirada y el desmantelamiento del estado de bienestar. Es una visión que no ve estas empresas como entidades autónomas que surgen de la movilización ciudadana, sino como una plasmación de la agenda de los poderes público.
Según el informe de la Comisión, en algunos países, en los que incluye España, la economía social se desarrolla donde se detecta una "escasa prestación de servicios de bienestar por parte de los proveedores públicos" y donde tradicionalmente hay "déficits en la prestación de servicios de bienestar y un fuerte compromiso cívico".
Entre otras consideraciones, reconoce que la contratación externa de los servicios públicos para reducir gasto y la voluntad de flexibilizar el servicio tanto impulsan las empresas sociales como atraen a grandes empresas en busca de una oportundiad de negocio. Apunta, además, que es "crucial" la estrecha cooperación entre el sector y las autoridades públicas locales para conseguir desarrollar e implementar iniciativas de apoyo a empresas sociales innovadoras.
* Comisión Europea. Las empresas sociales y sus ecosistemas en Europa. Informe comparativo (2020).