COP 24 // La ambición de París, mitigada por EEUU
En el mundo han cambiado algunas cosas en los tres años transcurridos desde que, en 2015, se pactara en París un acuerdo entre casi 200 Gobiernos para intentar impedir que el calentamiento global del planeta en curso resulte devastador, y a la vez para adoptar medidas para afrontar sus ya inevitables consecuencias. Los costes sociales de la transición energética, que se evidencian con el cierre de minas de carbón y las oleadas de malestar en Francia desatadas por la subida de los impuestos al diesel, inquietan a los Gobiernos. En el mundo salen elegidos dirigentes como Jair Bolsonaro, en Brasil, que se ha dejado notar en la negociación y se echó atrás para acoger la próxima conferencia del clima (será en Chile).
A la vez, la evidencia científica sobre la magnitud del problema se ha robustecido. El panel internacional de científicos sobre el cambio climático llamó en octubre a emprender “cambios de gran alcance sin precedentes” y a ir medio grado de temperatura más lejos en su ambición: pidió que no se conformaran con mantener el aumento de la temperatura media mundial “muy por debajo de 2 grados” respecto de 1850-1900, sino que lo limitaran a 1,5. Los planes de recortes de gases de los países participantes llevarán a un aumento de la temperatura por encima de los 3 grados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la retirada de su país del acuerdo, pero su Gobierno ha seguido participando de forma activa en las negociaciones... para frenar la ambición en la descarbonización de una economía montada sobre los combustibles fósiles llamada a dar un vuelco por sus emisiones de gases contaminantes. El acuerdo de París avanza (o no) a golpe de conferencias. En la última, la COP24 celebrada en diciembre en Polonia, la nota positiva fue la armonización de los planes de reducción de emisiones, para que sean comparables y evaluables. La mala noticia fue ver a EE UU batallando junto a Rusia, Arabia Saudí y Kuwait para que los dirigentes mundiales no tomaran en serio las advertencias de la ciencia. La UE y los pequeños países ya hoy más afectados por el cambio climático no lograron concretar cómo reducir los gases de efecto invernadero un 45% en 2030.