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Del barrio al Congreso de los Diputados

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Abril 2013 / 2

Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) El movimiento ha pasado de ser invisible a convertirse en uno de los centros del debate político

Miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en una marcha en Barcelona.

FOTO: ANDREA BOSCH

Lo primero que hacen los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) antes de comenzar una de sus reuniones semanales es dividir a las personas que llegan en dos grupos, el de la gente que asiste por primera vez y los que ya conocen cómo funciona. Son todos afectados, de cualquier color político, y están en estado de fragilidad.

Dentro del grupo de gente que llega por primera vez, lo que buscan es que les ayuden, como si la plataforma fuera una especie de bufete solidario de abogados. Y lo primero que se hace desde ella es explicar que no lo son; que no tendrán allí un abogado gratis individual, y que se trata de un proceso colectivo en el que hay que involucrarse. Gracias a esa forma de trabajar, como un movimiento social que busca un beneficio colectivo, la fuerza para ganar procesos individuales les ha resultado mucho mejor que cualquier bufete que se pueda contratar por separado. 

Así ha crecido la  PAH. Algo que comenzó en 2009 como un grupo minoritario de jóvenes y movimientos vecinales que luchaba por el derecho a la vivienda se ha transformado hoy en el símbolo de la batalla por los derechos ciudadanos más importante de España. Invisibilizada inicialmente en los medios, la PAH tiene actualmente al Parlamento en vilo. Ha logrado algo que parecía imposible: que el Partido Popular aprobara debatir la Ley Hipotecaria, con el apoyo de casi un millón y medio de firmas. Pero ha logrado mucho más que eso, y sigue en expansión. 

La plataforma cuenta con brazos en cada comunidad autónoma española; hay más de 60 grupos territoriales, y todos los meses crecen estos, formados por afectados. Además, la PAH ha logrado frenar los desahucios de más de 500 familias, ha realojado a personas que no tenían techo en edificios de bancos que estaban vacíos, ha obtenido el apoyo de jueces y magistrados, y de pequeños ayuntamientos; la solidaridad de hombres y mujeres que alojan momentáneamente a otras personas, y ha conseguido que muchas oficinas bancarias tuvieran que renegociar y llegar a pactos de refinanciación con los afectados.

En el libro Vidas hipotecadas, escrito por Ada Colau y Adrià Alemany, propulsores de la PAH desde Barcelona, se hace un resumen de toda la historia de la plataforma, de por qué los bancos han prestado a destajo y cómo ha ido creciendo la PAH. 

El movimiento de los indignados, con sus asambleas vecinales en todas las provincias españolas y que plantea problemas relacionados en general con la pérdida del Estado de bienestar, les ha dado un impulso mayor. Van a la caza de un enemigo común: los grandes bancos y los grandes poderes que  están en el eje de la crisis.

 

Escraches

"Hay vidas en juego"


Escrachar es un término argentino que significa poner en evidencia a una persona. Allí se usa para señalar a los  responsables de la dictadura ante quienes estén cerca. Es una práctica pacífica. Eso es lo que ha decidido hacer la PAH con los diputados para cambiar la Ley Hipotecaria. “Respetamos la libertad de voto de los diputados, pero consideramos que tenemos derecho como ciudadanos a informarles de las consecuencias dramáticas que va a ocasionar su decisión”, explican.