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El ‘boom’ del juego desata las alarmas

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Junio 2019 / 70

Peligro: La proliferación de casinos de barrio y el auge de las apuestas ‘online’ disparan los casos de ludopatía entre los jóvenes y las personas con menos renta.

El número de locales de juego no para de crecer. FOTO: ANDREA BOSCH

La calle de Bravo Murillo concentra buena parte del comercio del barrio madrileño de Tetuán, habitado mayoritariamente por personas trabajadoras, muchas de ellas inmigrantes. De un tiempo a esta parte, las zapaterías, las ferreterías y los bares tradicionales están siendo reemplazados a tremenda velocidad por pequeños casinos en los que se puede apostar a casi de todo: partidos de fútbol, carreras de caballos, ruleta, tragaperras... El fenómeno no es exclusivo de Tetuán ni de Madrid; en todas las ciudades españolas el número de locales de juego se ha multiplicado en cuestión de pocos años, sobre todo en aquellos barrios con menor renta y más afectados por el paro y la pobreza. 

Al mismo tiempo que florecían estos establecimientos de colores llamativos y anuncios luminosos, el avance de la tecnología llevaba las apuestas a los teléfonos móviles, los ordenadores personales y las tabletas, atrayendo a un público nuevo y cada vez más joven. La explosión del juego online y el boom de las casas de apuestas han sido prácticamente simultáneos y han provocado un aumento de la ludopatía y de los problemas psicológicos y familiares derivados de la adicción. Aunque con retraso, lentitud y timidez, las Administraciones han comenzado a ceder a la presión social y a tomar medidas para frenar la epidemia.  

 

LOS EFECTOS

Vecinos, ludópatas rehabilitados y profesionales de la salud mental han sido los primeros en hacer sonar las alarmas. La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), varias entidades de prevención y ayuda a las personas con ludopatía y el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid han hecho un llamamiento a los partidos políticos y a la sociedad en general para poner fin a los estragos que está causando el juego. “Nos preocupa la degradación de los barrios y la creciente ludopatía que afecta a nuestros vecinos y vecinas cada vez a más temprana edad”, afirman los impulsores de la iniciativa en un documento hecho público a finales de mayo. “Nos preocupa, y mucho, la situación de vecinos y vecinas gravemente afectados por el desempleo y por situaciones de vulnerabilidad social que se juegan lo poco que tienen en busca de una recompensa rápida”. 

 

Según cifras de la FRAVM, el número de personas con problemas de ludopatía en la Comunidad de Madrid se ha cuadruplicado en apenas cinco años, al pasar de 4.227 en 2013 a 17.735 a finales de 2017, mientras los locales dedicados al juego aumentaban en la misma proporción. Según un recuento efectuado por el Ayuntamiento de la capital, en 2017 había 73 establecimientos de ese tipo en Carabanchel, 72 en Centro, 63 en Puente de Vallecas, 61 en Tetuán y 50 en Ciudad Lineal. En distritos más acomodados como Salamanca, Chamartín y Chamberí el número de locales era significativamente inferior.

Las casas de apuestas físicas y el juego online se retroalimentan. En los locales presenciales se puede apostar a juegos tradicionales como la ruleta, las tragaperras y el bingo, pero los clientes disponen también de terminales en las que jugarse el dinero por Internet a través de las plataformas de apuestas deportivas. Muchos locales atraen a los clientes con ofertas de comida y bebida a buen precio. En el Codere de la plaza de Lavapiés, en Madrid, se puede desayunar café con churros, como si fuera un bar más del barrio, y el Casino Luckia de Bilbao —abierto de diez de la mañana  a cinco de la madrugada durante la semana y hasta las seis los fines de semana— sirve cócteles, raciones, ensaladas y bocadillos para que los jugadores no tengan que salir del establecimiento a reponer fuerzas.

 

LAS PERSONAS

La tecnología ha cambiado el perfil del ludópata español. Si antes  era una persona de 40 a 50 años con estudios básicos, autónomo o con empleo asalariado, ahora abundan las personas menores de 30 años, muchos de ellos estudiantes universitarios que nunca han trabajado. Según el informe más reciente de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), dependiente del Ministerio de Hacienda, el 85% de los jugadores españoles son hombres y más del 80% tienen entre 18 y 45 años (véanse los gráficos). 

Especialmente preocupante es el creciente número de personas que se inicia en el juego durante la adolescencia. Las casas de apuestas captan a los jugadores más jóvenes con anuncios en los medios de comunicación en los que a menudo aparecen rostros populares del deporte, la televisión y la música. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que en muchas ocasiones los menores pueden entrar en los locales y apostar sin impedimento alguno. En el caso de las apuestas por Internet, es muy difícil conocer la edad de los jugadores.

La situación es tan grave que algunos psicólogos y jugadores rehabilitados la comparan con la epidemia de heroína que arruinó la vida a muchos jóvenes en la década de 1980. Santiago Caamaño, un joven gallego que logró vencer la adicción al juego y ahora se dedica a dar charlas en colegios e institutos, explica que los ludópatas, como los heroinómanos, no dudan a la hora de robar en sus empresas o a sus padres para satisfacer su adicción. “Se están rompiendo muchas familias y muchos jóvenes están hipotecando sus vidas con las deudas del juego”, afirma. El propio Caamaño comenzó a jugar con 14 años y estuvo enganchado durante casi una década. Primero fue el póquer online, luego las tragaperras y después los salones de juego. A los 22 años pidió ayuda a la Asociación Gallega de Ludópatas Rehabilitados (AGLR) y estuvo en tratamiento de rehabilitación durante dos años. Después de varias recaídas, lleva tres años sin jugar. 

 

EL NEGOCIO

Prácticamente la mitad de la industria española del juego está bajo control público a través de Loterías y Apuestas del Estado y la ONCE, mientras que las empresas privadas se reparten el resto del negocio, ya sea en su versión presencial u online. Este último segmento es el que ha registrado los mayores ritmos de crecimiento en los últimos años, impulsado por las apuestas deportivas. Los españoles gastaron el año pasado más de 17.000 millones de euros en jugar por Internet, el 30% más que en 2017. Una vez descontados los premios, la facturación de las empresas del sector –conocida en inglés como Gross Gaming Revenue, o GGR— rozó los 700 millones de euros, un incremento del 25%. De continuar este ritmo de crecimiento, el sector alcanzará los 1.000 millones de euros en cuestión de meses.

Hay más locales en los barrios pobres que en los ricos

La ludopatía se ha multiplicado por cuatro en Madrid

Desde el año 2012, cuando se concedieron las primeras licencias de juego online, se han establecido en España 52 empresas. Las principales —Betfair, Bwin, Pokerstars, William Hill y 888— son propiedad de multinacionales extranjeras y apenas pagan impuestos en el país. La mayoría de ellas tiene su sede en paraísos fiscales como Gibraltar, Malta y la Isla de Man. Las empresas españolas optan cada vez más por Ceuta y Melilla, que ofrecen incentivos a las que se radiquen en sus respectivos territorios como una forma de revitalizar sus respectivas economías. Ambas bonifican al 50% el impuesto de actividades de juego gracias a una medida adoptada por el último ministro de Hacienda del PP, Cristóbal Montoro, y aplican un tipo superreducido del 0,5% en el IPSI —equivalente al IVA en ambos enclaves— a los servicios complementarios a las empresas del sector. Para pagar menos al fisco, Codere trasladó el año pasado la dirección fiscal de su división de juego online de Alcobendas (Madrid) a Melilla, mientras que Luckia cambió A Coruña por la misma ciudad autónoma.

El efecto de esos desplazamientos en el empleo suele ser escaso, pues las divisiones online emplean a muy pocos trabajadores y pueden mantener sus actividades comerciales o de atención al cliente en otros lugares. A diferencia de las apuestas por Internet, el juego presencial crea numerosos puestos de trabajo y genera cuantiosos ingresos fiscales. Según el Anuario del Juego en España, publicado por el Grupo Codere, el sector pagó 1.700 millones en impuestos en 2017. En este año, las empresas de operación de máquinas en hostelería, salones de juego, bingo y casinos daban empleo directo a más de 45.000 personas, y las dos grandes empresas públicas (Loterías y Apuestas del Estado y ONCE) a otras 40.000.

La tecnología ha cambiado el perfil del jugador español

Abundan los menores de 30 años, muchos universitarios

Hay similitudes con la crisis de la heroína de los años ochenta

Las apuestas concentran el 52% del sector del juego online, con cifras anuales de GGR que ya superan los 365 millones de euros. Prácticamente la mitad de esas apuestas corresponden a deportes (fútbol, sobre todo), que aumentaron un 24,69% entre 2017 y 2018 gracias, entre otros factores, al impulso del Mundial de Rusia, celebrado el verano pasado. Le siguen el casino, con el 34% de la facturación, el póquer (11,7%), el bingo (1,92%) y los concursos (0,15%).

Es en el fútbol donde las casas de apuestas han invertido más, tanto en tecnología como en publicidad. El desarrollo tecnológico hace posible apostar prácticamente en tiempo real desde casa, el bar e incluso desde el propio estadio. Esta modalidad es especialmente atractiva, pues ofrece recompensas inmediatas y no está tan estigmatizada como el juego en un casino o en las máquinas tragaperras. Además, hay miles de partidos y de posibilidades para apostar: al resultado final o en el descanso, a los goles que va a marcar un delantero, a cuántas tarjetas va a recibir un jugador...

 

LA PUBLICIDAD

Los anuncios de apuestas online protagonizados por el actor José Coronado y el presentador de televisión Carlos Sobera se han convertido en una presencia constante durante la retransmisión de partidos de fútbol. Tras recibir numerosas quejas y efectuar varias advertencias, el Comité Ejecutivo de la Asociación para Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) sancionó en abril a 888 por romper las normas de conducta en el anuncio en que Sobera aparecía apostando con su teléfono móvil mientras una voz en off decía: “entra, entra, entra, juega, juega, juega, apuesta, apuesta, apuesta”. Ocurre lo mismo en algunos carruseles deportivos de las grandes cadenas de radio, en los que los propios periodistas prestan sus voces a la publicidad. Y es que las empresas de juego online invirtieron en marketing casi 330 millones de euros el año pasado, de los cuales 168 millones de euros se destinaron a publicidad.

Todos los equipos de primera división, excepto la Real Sociedad, han firmado acuerdos publicitarios con empresas de juego. Desde Cristiano Ronaldo a Iker Casillas, pasando por Rafa Nadal, muchos deportistas célebres han prestado su imagen a las casas de apuestas en algún momento de sus carreras. “La aparición de jugadores de fútbol en los anuncios es un claro indicador de que la publicidad va cada vez más dirigida a los menores y uno de los motivos por los que la edad media de los jugadores está bajando tanto”, apunta Santiago Caamaño. Cada vez que acude a dar una charla a un instituto, el joven coruñés suele preguntar a los estudiantes si han apostado alguna vez desde su teléfono móvil o su ordenador. “El 80% levanta la mano”, señala.

Los españoles se gastaron en juego 17.000 millones en 2018

Los anuncios con futbolistas y raperos atraen a los jóvenes

Los canales públicos de Madrid y País Vasco prohíben la publicidad

Las empresas del sector han recurrido también a conocidos raperos para atraer a los más jóvenes. El Chojin y ZPU colaboraron en una campaña de Luckia en vísperas de uno de los enfrentamientos entre el Barcelona y el Real Madrid del año pasado y Arkano apareció en un anuncio de Codere junto a los jugadores madridistas Lucas Vázquez y Odriozola. El rapero alicantino pidió perdón después en su cuenta de Twitter y calificó su presencia en el vídeo como “la mayor cagada que he hecho en mi vida”.

A la proliferación de anuncios de apuestas durante los partidos contribuye el hecho de que los eventos deportivos están exentos de los límites a la publicidad del juego en horario infantil. El aumento de los problemas derivados de las apuestas llevó en marzo pasado a la Asamblea de Madrid a prohibir por unanimidad la publicidad del juego en los medios públicos de comunicación (Telemadrid y Onda Madrid). En el País Vasco, el consejo de administración de la radiotelevisión pública, EITB, hizo lo propio a principios de mayo. Y en Catalunya, TV3 y Catalunya Ràdio anunciaron días después que también retirarán la publicidad de juego y apuestas, pero solo en horario protegido para la infancia.

 

LAS REGLAS

Al contrario de lo que ocurre con el juego presencial, la laxitud de la regulación ha contribuido a la rápida expansión de las apuestas por Internet. La victoria del Partido Socialista en las elecciones de abril probablemente acabe imponiendo límites a la libertad con que las casas de apuestas se anuncian en radio y televisión. Como parte de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2019, el Gobierno de Pedro Sánchez y el grupo parlamentario de Podemos llegaron a un acuerdo en octubre para regular la publicidad de los juegos de azar y las apuestas online de ámbito estatal de manera similar a la de los productos del tabaco. El acuerdo considera necesaria la medida para “proteger a la ciudadanía frente a la adicción a las apuestas y los juegos de azar”.

En la misma línea va la campaña No te la juegues. Contra la publicidad de apuestas y juegos online, con la que la OCU pretende movilizar a la población y conseguir apoyos para lograr que los ministerios de Hacienda y Sanidad tomen cartas en el asunto. La OCU exige, entre otras cuestiones, que se prohíban los anuncios de apuestas y juego en la televisión, prensa, radio e Internet y que se adopten medidas para evitar que personajes públicos publiciten este tipo de servicios.

 

ACCIÓN

Vecinos, exadictos y expertos exigen medidas ya

Alarmados por los daños que está causando la rápida expansión de las casas de juego, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), el Colegio de Psicólogos de Madrid y varias asociaciones dedicadas a la prevención y ayuda a personas con ludopatía han presentado un conjunto de propuestas al Gobierno de la Comunidad y a los Ayuntamientos de la región, entre las que figuran las siguientes:

– Crear zonas de especial protección de población vulnerable para reducir el número de licencias de locales de apuestas y alejar de la ludopatía a personas con bajo nivel de ingresos.

– Aumentar las inspecciones para detectar y sancionar ilegalidades y hacer efectiva la prohibición de la entrada a los locales a menores y a personas inscritas en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ).

– Establecer un control de acceso similar al de bingos y casinos. Ello pasa por comprobar la documentación y la edad de cada cliente y si están inscritos en el RGIAJ. Si el local tiene bar/restaurante, este debe hallarse en el interior del local, no disponer de acceso propio y contar con las mismas restricciones que la zona de juego.

– Establecer una distancia mínima de 1.000 metros entre establecimientos para evitar su concentración en determinadas calles y una distancia mínima de 500 metros entre estos negocios y los centros educativos.

– Dotar al Servicio de Control de Juegos de Azar de un número de inspectores y agentes proporcional al ritmo de crecimiento de estos locales.

– Crear un Consejo del Juego de la Comunidad de Madrid en el que estén representadas las Administraciones, los operadores del juego y las asociaciones de afectados.

– Prohibir la publicidad de apuestas deportivas en camisetas, instalaciones y patrocinios de los equipos de todas las categorías deportivas.

– Elaborar de manera periódica informes desglosados por tipo de actividad y distrito, así como edad y sexo de los jugadores.

– Creación de nuevos espacios específicos de ocio alternativo para jóvenes y adolescentes.

– Organizar campañas de prevención y sensibilización contra la ludopatía en zonas vulnerables y centros educativos.