El espejismo de la tan deseada recuperación
SALIDA EN FALSO DE LA CRISIS: Del PIB a la vida cotidiana. Las familias sobreendeudadas se enfrentan con menor renta y sin créditos a un entorno económico muy frágil.
Todo el mundo pregunta lo mismo: ¿de verdad estamos saliendo de la crisis? Si quieren una pizca de alegría (que no venga del Gobierno), se la pueden plantear a los inversores que buscan ganancias en la Bolsa. Es un terreno con algo de margen para el optimismo: el Íbex 35, que reúne a las empresas con mayor peso específico del mercado, escala entre dientes de sierra niveles que no alcanzaba desde agosto del año 2011 (los 10.000 puntos).
Si acudimos a las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), constataremos que el termómetro del indicador de confianza del consumidor sobre la situación actual marca una veintena de puntos más que el año pasado por estas mismas fechas, pero parece una confianza confusa y frágil. Preguntados sobre expectativas de empleo, en el último mes empeoran respecto del mes anterior.
Las famosas agencias de calificación Fitch, S&P y Moody’s, que evalúan el potencial económico de países y empresas y, sobre todo, lo arriesgado de invertir en ellos (hemos visto en el pasado hasta qué punto erróneamente), ven menos terrorífico el panorama. Ahora bien, acompañan sus análisis de serias advertencias sobre los lastres que frenarán cualquier despegue: deuda (pública y privada) y paro por las nubes, concesión de crédito a empresas y familias por los suelos y precios de la vivienda aún con recorrido a la baja. En 2010 ya salimos de una recesión y luego vino otra. Las alertas rojas que nos rodean invitan a la máxima prudencia.
Pymes que no notan la mejoría
Sabemos que recesión significa que la economía ha estado caminando hacia atrás, como los cangrejos, como mínimo dos trimestres seguidos. Los números y las décimas dan por fin un pequeño paso hacia delante. Lo hemos visto en el tercer trimestre de 2013 respecto del trimestre anterior (un 0,1%) y en comparación con hace un año (-1,1%), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Las empresas no se dan cuenta en su vida cotidiana de las mejoras de las que se habla sobre los datos macroeconómicos, igual que tardaron más en notar los datos malos ”, señala Pilar Vázquez, vicepresidenta de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad.
Este lobby de Pymes lleva movilizado desde el inicio de la crisis para intentar que clientes privados y públicos paguen a sus proveedores en los plazos que marca la ley, pues el impago está dejando un reguero de pymes muertas por el camino. “Las empresas pequeñas, además, no tenemos fuerza para negociar con la mano que nos da de comer”, añade.
El crédito por los suelos, la deuda por las nubes y las consecuencias del paro lastran un cambio
Las exportaciones, que han tirado del carro, ya han perdido fuelle en el tercer trimestre del año
Según datos de la plataforma, las grandes compañías del Íbex 35 se retrasan 215 días en cumplir con sus obligaciones de pagos, (que son en teoría de 75, y que en el caso del resto de las empresas se incumplen, de media, con 93 días). Pero las constructoras son las que quedan peor en la foto. Cobran a 136 días, pero pagan a 307. “Del negocio de la construcción no vivirán, pero del negocio financiero quizá sí”, añade Vázquez. Las administraciones, que deberían responder en 40 días, lo hacen en 141.
“Incluso si la previsión del Gobierno se cumpliera y creciéramos un 0,7% en 2014, este hecho no se traduciría en nada para el 99% de los ciudadanos”, subraya el profesor Albert Banal-Estañol, director académico del Master de Ciencias en Finanzas y Banca de la Barcelona School of Management (Universitat Pompeu Fabra), convencido de que “hacer creer que las cosas mejoran cuando no mejoran es un fenómeno de sobreoptimismo de España que no se da en países como Reino Unido o EE UU”. El también matemático advierte de que “si el empleo se destruye más despacio o la economía deja de crecer quizá es porque hay indicadores que tocan fondo, pero esto va para muy largo”.
Cuidado con el sector exterior
El economista Juan Laborda va más allá y clama que la supuesta mejora en el empleo “es una simple mentira porque la población activa cae: hay un descenso de la población y un desánimo que lleva a tirar la toalla a la hora de apuntarse a la búsqueda de empleo”.
CONSUMO En el tercer trimestre del año, el consumo ha mejorado levemente (un 0,4%), pero no está claro que marque una tendencia al alza. En 2011 y 2012 hubo que revisar el dato. FOTO: EDU BAYER
Las alegrías las han venido proporcionando las exportaciones, que se han comportado mejor que la media europea y que las de vecinos como Francia, Italia y Alemania. Tradicionalmente, cada vez que la demanda interna renqueaba y se hundían además las importaciones, las empresas españolas se abrían por fuerza al exterior, pero en cuanto aquella, componente principal del producto interior bruto (PIB) volvía a tirar, el sector exterior palidecía de nuevo.
“Hoy no podemos estar seguros de que la tendencia positiva de las exportaciones de los últimos meses vaya a consolidarse cuando crezca la demanda interna. En el tercer trimestre de 2013 ya hemos visto que las importaciones han crecido más que las exportaciones, y que estas últimas no han aumentado tanto, cuando lo que nos convendría es un patrón de crecimiento de la economía más equilibrado, menos apoyado en el consumo interno y más en el sector exterior”, indica desde Funcas la analista María Jesús Fernández.
Las exportaciones aumentaron un 2,2% entre julio y septiembre de este año. La cifra se desinfla si se compara con el 6, 5% en el que lo hicieron en términos interanuales en el mismo período de 2012, o con el 6,4% del segundo trimestre de 2013. Las importaciones han hecho un sorpasso a las ventas al exterior con el 2,8% en el tercer trimestre.
El número de empresas exportadoras ha aumentado en 22.000, según el ICEX, pero el número de las que exportan regularmente ha bajado en cerca de 2.000. Muchos se lanzan, prueban, triunfan o caen.
Otro dato alentador ha sido el de la producción industrial. En septiembre se constató una mejora del 1,4% interanual, pero Fernández tiene una explicación: en septiembre de 2012 se registró un traslado, un adelanto de actividad a agosto, como consecuencia de la subida del IVA.
CARPETA SIN CERRAR
Los peligros de la banca y su apuesta por la deuda española
Si la deuda pública española asciende a 664.000 millones, casi la mitad (299.000) está en manos de la banca española, según el Bundesbank. Un incremento del 80% en un par de años al que el banco central alemán atribuye que el crédito no fluya a familias y empresas desde las subastas del Banco Central Europeo (BCE). La banca española ha relevado a la alemana y francesa. El vínculo entre deuda soberana y banca no se ha roto, entre posibles nuevos rescates a Grecia y a punto de nuevos tests de resistencia a la banca en Europa que pueden dar nuevos sustos. “La combinación es una bomba de relojería”, avisa el economista Juan Laborda.
MOROSIDAD PARTICULAR
Cada vez más créditos no se pueden devolver
¿DESAPALANCAMIENTO?
Tumbados sobre un montón de deuda pública y privada
SIN GASOLINA
La financiación vía crédito no está mejorando, al contrario
BAJADA DE TIPOS
Ahorros que no se revalorizan
Su correo, sobre todo a partir de cierta edad, está seguramente saturado de ofertas de planes de pensiones privados. Es una de las bazas a las que juegan las entidades financieras para captar ahorros, coincidiendo con los temores generados por la reforma del sistema público de pensiones anunciada este año por el Gobierno. Pero, en paralelo, la banca no tiene buenas noticias para el ahorrador (al menos para el que, escaldado por las preferentes, no quiera arriesgarse). La bajada de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) al mínimo histórico del 0,25% como antídoto a la crisis no está sirviendo demasiado para animar el crédito ni la economía, pero sí para que los bancos ajusten a la baja las rentabilidades de sus depósitos.
REINSERSIÓN
El problemón del paro de larga duración
Si en España se cuentan 5.904.700 personas sin empleo, con un paro de 25,98%, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al tercer trimestre de 2013, casi la mitad (2.898.900) son de larga duración. Más de medio millón de desempleados superan los 54 años de edad, y 322.000 corresponden al sector más tocado por la crisis, la construcción. Las dificultades de reinserción suponen toda una bolsa de trabajadores que tienen graves dificultades para recolocarse, y más cuando el Gobierno no hace más que disminuir su apuesta por las políticas activas de empleo, año tras año.