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Esperanza contra la austeridad

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Febrero 2015 / 22

Confianza. Los griegos han dado su confianza a la nueva fuerza de la izquierda para que saque al país de la miseria en que le han sumido las políticas basadas en la austeridad.

Nuevo primer ministro El líder de Syriza, Alexis Tsipras, en Bolonia, en un mitin para Los Otros Partidos Europeos Aliados. FOTO: LORENZO GAUDENZI - CC

El triunfo de Syriza, el nuevo partido de la izquierda griega, el pasado 25 de enero, ha abierto una gran esperanza de acabar con las políticas de austeridad a ultranza impuestas por la Unión Europea y el Banco Central Europeo (BCE), que resultaron un clamoroso fracaso. Los ciudadanos griegos vencieron al miedo y las amenazas institucionales y de los mercados y dieron al partido que lidera Alexis Tsipras, una victoria más abultada de lo que habían previsto las encuestas.

Syriza, con su campaña de “poner fin a la austeridad” y “devolver la dignidad al pueblo”, cosechó el 36,34% de los votos (149 escaños, a 2 de obtener la mayoría absoluta). El partido perdedor, Nueva Democracia, encabezado por el conservador Antonis Samaras, el hombre que ejecutó las políticas de recorte drástico del gasto social que han llevado a millones de ciudadanos a la pobreza, logró el 27,8% (76 escaños). El tercer y cuarto puesto lo alcanzaron el partido neonazi Amanecer Dorado y los centristas de To Potami (el río) con 17 escaños cada uno. Siguen los comunistas del KKE con 15 diputados, y los socialistas del PASOK y el partido de la derecha Griegos Independientes, que lograron 13 escaños cada uno.

Al día siguiente de las elecciones y en un tiempo récord, Tsipras alcanzó un acuerdo para formar Gobierno con Panos Kamenos, líder de Griegos Independientes, partido con el que compartía su rechazo a las políticas de austeridad impuestas por Europa y el Fondo Monetario Internacional. Contra todo pronóstico, la victoria de Syriza no se tradujo en un cataclismo en los mercados durante la jornada siguiente a la de las elecciones. La mayoría de las bolsas europeas cerraron en positivo, incluida la española, y sólo registró una caída notable la de Atenas, de poco más del 3%.

En las semanas previas a las elecciones, los responsables políticos y económicos de Syriza habían advertido su voluntad de mantener el euro y centraban sus reivindicaciones en una renegociación de la deuda y, sobre todo, en una modificación de las duras condiciones exigidas por los organismos internacionales a cambio de las ayudas concedidas. Alexis Tsipras ha tenido la cautela de reforzar su posición en el marco de una estrategia europea. En este contexto ha propuesto la creación de una conferencia sobre la deuda europea, que en un principio captó el interés de Irlanda, un país que también tuvo que ser rescatado y cuyo nivel de deuda supera el 123% del producto interior bruto. Su ministro de Finanzas, Michael Noonan, manifestó que veía margen para aliviar el peso de la deuda alargando los plazos de forma que su pago sea asequible.

El método negociador de Tsipras ha propiciado una posición comprensiva por parte de Francia, el principal país europeo reticente con la política inflexible de la canciller alemana, Angela Merkel, que domina la política europea. El ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, se ha mostrado partidario de abordar todos los asuntos con el nuevo Gobierno griego. Su propuesta es que el diálogo que tiene que llevar a cabo la UE con las nuevas autoridades griegas es independiente del color de quien ha ganado las elecciones.

Sin embargo, el clima que encontrarán las nuevas autoridades de Atenas no será tan complaciente en la mayoría de países europeos. Alemania ya había advertido antes de las elecciones que veía posible una salida de Grecia de la moneda única si el nuevo Gobierno pedía una quita y aflojaba en su plan de reformas. Esta posición hay que situarla sin duda en el clima de amenazas lanzadas contra la nueva fuerza emergente de la izquierda. El presidente del Banco Central de Alemania, Jens Weidmann ha recordado que Grecia sigue precisando el apoyo externo, que sólo es posible si se respetan los acuerdos adoptados.

Syriza no quiere abandonar el euro bajo ningún concepto

La prioridad para el nuevo Gobierno es proteger a los pobres 

Hay que recordar que la posibilidad de que Grecia abandonara la moneda única había sido verosímil a ojos de Merkel durante los primeros años de la crisis. Sin embargo, a mediados de 2012 cambió de actitud y afirmó que “para salvar el euro íntegramente, Grecia debería permanecer en la zona de la moneda única. No había alternativa”, aseguró la canciller, según recogió Der Spiegel. Los vaivenes de Merkel sobre los principios de gobernar la moneda única revelan que las proclamas sobre principios hay que considerarlas con menos dramatismos.

En cualquier caso, los nuevos dirigentes griegos tienen una ardua tarea por delante para convencer a las autoridades comunitarias y a ciertos países sobre la conveniencia de renegociar las condiciones de la deuda y una flexibilización de las condiciones del rescate.

Una de las primeras reacciones tras la victoria de Syriza fue la del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, quien insistió en que Atenas debe pagar su deuda porque corresponde “al esfuerzo realizado por el resto de Estados miembro para ayudar a Grecia en un momento en que ellos mismos estaban en una situación complicada”.

El día siguiente al de las elecciones coincidió con una reunión del Eurogrupo, que agrupa a los 19 ministros del euro. Su presidente, el holandés Jeroen Dijsselbloem, advirtió de que “formar parte de la zona euro significa firmar los acuerdos ya firmados”. No obstante, añadió: “Sobre esta base estamos dispuestos a trabajar con ellos”.

Aunque el debate que enfrenta más frontalmente a Atenas con Bruselas y Berlín se refiere a las condiciones de una posible reestructuración de la deuda, la estrategia de Syriza es mucho más pragmática. Por una parte, ha dejado bien claro que no quiere abandonar el euro bajo ningún concepto. Al mismo tiempo, tampoco tiene una actitud de rechazo del plan de inversiones que impulsa el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, pero sí quiere reforzarlo y potenciarlo. La verdadera prioridad del nuevo Gobierno es rescatar a las familias pobres de la pobreza. En este sentido, el nuevo Gobierno está elaborando un programa con un presupuesto de unos 2.000 millones de euros para proporcionar vales de comida, billetes de transporte público gratuitos y suministro de luz gratis para las familias más necesitadas. Hay que tener en cuenta que el 90% de los parados no percibe ningún subsidio de desempleo y que las pensiones han sufrido recortes de hasta el 50%, según los casos.

 

CIFRAS 2008-2014

Producto interior bruto (PIB)

-25

en %

Es la bajada protagonizada por la economía entre 2008 y 2014, propia de una posguerra

 

Subsidios por desempleo

90

en %

Es la porción de parados griegos que no perciben ningún subsidio (-22% sólo en 2012)

 

Empleos destruidos

1.300.000

En número de personas

Se necesitarían 20 años con un crecimiento medio anual del 3,5% para recuperarlos

 

Salario mínimo

-22

En %

Se ha reducido de 751 euros brutos al mes a 580  (511 para menores de 25 años)

 

Pensiones de jubilación

950

En millones de euros

Es el dinero que necesita Grecia en el año próximo para poder pagar a sus jubilados

 

Inversiones

-59

En %

Es lo que han caído las inversiones en el país desde el inicio de la crisis.