La alternativa autónoma y comunitaria
El autoconsumo colectivo es una de las mejores fórmulas para salir de los canales tradicionales de suministro eléctrico.
Compartir el autonsumo eléctrico es una de las mejores alternativas, la más barata y la más eficiente para el medio ambiente. Y se espera que esta modalidad siga en aumento en los próximos años, gracias a una mayor conciencia de la población general y a las ayudas del Gobierno y los fondos europeos.
"La autoproduccion se va a hacer cada vez más visible. De aquí a dos años, será tan común como tener una televisión", dice Laura Feijóo, coordinadora de autoconsumo de Ecooo Revolución Solar. Respecto a las placas solares, Feijoo hace un paralelismo con el sistema de tarifas horarias que existe actualmente: "Es como si le añadiéramos un periodo que es a coste cero: las horas de sol".
Sin embargo, no es exactamente a coste cero, porque hay que hacer una inversión inicial.
En una casa unifamiliar, de unas cuatro personas, un sistema de energía fotovoltaica puede salir por unos 5.000 euros, que se amortizan en un periodo de 7 a 10 años, para una vida útil de 30.
Lo que hace todavía más barato el sistema es el autoconsumo colectivo en una comunidad de vecinos, en un edificio o en un pueblo pequeño. En esos casos, el precio de la instalación podría bajar a unos 3.000 euros por hogar e incluso menos.
Estas instalaciones consiguen ahorrar en la factura entre el 30% y el 50%.
Para financiarlas, hay varias opciones. Desde financiación bancaria al uso, con bancas éticas, como microcréditos de Fiare o Triodos Bank. Y hay de tipo renting, en el que la empresa es dueña de la instalación y se establece un acuerdo por una cantidad al mes.
Las placas fotovoltaicas se amortizan entre los 7 y los 10 años
También se pueden utilizar instalaciones minieólicas o minihidráulicas
La instalación podrá salir todavía más barata si se aprovechan las ayudas del Estado. El plan de recuperación ya tiene convocadas subvenciones para instalaciones de autoconsumo eléctrico. Este plan está gestionado por cada comunidad autónoma, y las entidades relacionadas con el sector calculan que puede llegar a implicar entre el 40% y el 50% de la inversión para las familias, lo que ayudará a dar un último empujón.
España, uno de los países con más sol de toda Europa, está muy por detrás de Alemania, con mucho menos sol, en energías fotovoltaicas. Pero las instalaciones crecen a paso agigantado. El último año subieron ya el 20%.
Con todo, la energía fotovoltaica no es la única fuente de energías renovables que se puede colocar en casa. De hecho, no siempre es la mejor. Y hay un problema de suministro, pues las mismas placas tienen minerales poco abundantes en el planeta y no renovables. Además, existen denuncias por violaciones de derechos humanos en China, donde se producen el 45% de las placas solares.
Más opciones
Para reducir la cantidad de materiales no renovables, y también para reducir los costes, organizaciones como la Xarxa per la Sobirania Energètica (XSE) abogan por consumir lo menos posible, en primer lugar. Por hacer un uso racional de los electrodomésticos y la electricidad. Y por consumir colectivamente, y si es posible, con otras tecnologías como la minieólica o la minihidráulica.
Guifré Bombilà, trabajador del equipo técnico de Som Energia y socio de la Xarxa per la Sobirania Energètica (XSE), explica que cualquier grupo de vecinos puede formar una comunidad de consumo y hacer una compra colectiva, que será más barata."Hay unos 40 grupos locales formados por socias activas de Som Energia en el Estado español. La mayoría están dinamizando compras colectivas de autoproducción. Lo hacen abriendo concursos, para conseguir la mejor oferta de las empresas instaladoras, siempre que incluyan baremos sociales como que sean empresas de economía social, serias y comprometidas. Al ser packs de como mínimo 50 kits facilita que el precio sea rebajado. Y, además, hay un acompañamiento en todo el proceso. Todas las personas socias del territorio pueden participar de la compra".
Por otro lado, no todos tienen que tener placas solares. Si en el lugar hay poco sol pero mucho viento, se pueden instalar minieólicas, que aunque son más caras, utilizan menos minerales escasos. O si se vive al lado de un río, y hay más agua que sol, como sucede en lugares como Asturias y Galicia, se puede instalar una minihidráulica para autoconsumo o para consumo de pequeñas comunidades.
Estas instalaciones se pueden colocar en el propio tejado o espacio propio, o en el compartido con vecinos. La instalación también puede hacerse en empresas, industrias o en el sector agroganadero, así como en edificios públicos, como colegios, polideportivos o en los mismos ayuntamientos.
De hecho, hay algunas experiencias, especialmente en Navarra, en donde los mismos ayuntamientos se involucran en el autoconsumo de las personas que viven en el pueblo. Y no solo ayudan rebajando impuestos, sino que utilizan sus tejados para producir la energía propia de sus instalaciones y dar energía a los vecinos , que es lo que sucede, por ejemplo, en Esparza de Galar.
Algunos ayuntamientos se comprometen con el autoconsumo colectivo
En Som Energia hay grupos que organizan compras colectivas
"El concejo de Galar puso placas solares en la propia casa concejil", cuenta Borja Barredo Prieto", miembro del consejo rector de Som Energia y uno de los impulsores de estos proyectos en Navarra. "El concejo cubrió toda la superficie y tiene excedentes. Cualquier persona, a menos de 500 metros, se comunica a la empresa distribuidora. No hay que conectarse. No hay que instalar, sino que llegan kilovatios a la factura".
En otros lugares, como Puente la Reina-Gares, están construyendo un proyecto de autoconsumo municipal. "Recuperaron una cubierta de un antiguo frontón, que no se podía usar porque era de amianto", continúa Barredo Prieto. "La han renovado completamente y han puesto 50 kilovatios de autoproducción solar. Lo reparten en distintos puntos municipales y es pionero en autoconsumo compartido, de una misma titularidad, que es el propio Ayuntamiento. Además, están recuperando una minicentral hidráulica, de otros 50 kilovatios, compartida con la comunidad de regantes".
Luego están los ayuntamientos que dan ayudas directas, como Avià, en Cataluña. Este Ayuntamiento invirtió 97.000 euros desde el 2017 y hasta 2020 en ayudas a la ciudadanía para potenciar el ahorro energético. Ha financiado desde el cambio de comercializadora eléctrica, para garantizar fuentes renovables, hasta la sustitución de electrodomésticos, aislamientos de ventanas y cristales, paredes y techos, el cambio de luminarias leds, la instalación de placas solares, calderas de biomasa y aparatos para ahorrar consumo de agua y de aerotérmica.