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Los limbos fiscales ahogan la UE

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Octubre 2016 / 40

Evasión: La permanencia de los paraísos fiscales en la UE podría conducir a una guerra entre Estados Unidos y Europa.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. FOTO: PARLAMENTO EUROPEO

La crisis abierta por la evasión fiscal practicada por importantes multinacionales estadounidenses (Apple, Starbucks, y Amazon) y el grupo italoestadounidense Fiat podría culminar en una abierta guerra fiscal entre Washington y Bruselas. La decisión de las autoridades de Estados Unidos de imponer severas sanciones a Volkswagen (15.000 millones de dólares) por falsificar la emisión real de gases tóxicos y la reciente propuesta de sanción a Deutsche Bank de 12.500 millones de dólares por la comercialización engañosa de productos financieros se ha interpretado con escaso fundamento como una represalia del Gobierno de Washington.

La realidad es que el conflicto es más complejo. Por una parte, existe una clara responsabilidad por parte de las multinacionales estadounidenses. Como señaló la comisaria de Competencia, la social liberal danesa Margrethe Vestager, al afirmar que cuando una compañía “sólo paga el 0,005%  de impuestos sobre beneficios en 2014, lo que significa menos de 50 euros por cada millón de beneficios, tiene difícil justificación económica”. Pero por otra parte existe un evidente problema de deslealtad fiscal por parte de varios países de la UE con sus socios comunitarios. Varios países eu-ropeos —por ejemplo, Luxemburgo, Holanda, Irlanda y Bélgica— mantienen unos regímenes especiales que son auténticos limbos fiscales, aprovechados por compañías extranjeras. Existe por tanto un problema previo de deslealtad por parte de estos países europeos. 

Si la Unión Europea no hubiera permitido la existencia de estos limbos fiscales en su territorio, este problema no se habría suscitado. Hay que recordar, por otra parte, que la Unión Europea sólo pudo acabar con el secreto bancario gracias a una ley estadounidense, el FACTA (Foreing Accounts Tax Compliance Act), que forzó a Austria y Luxemburgo a entregar la información sobre las cuentas bancarias de los ciudadanos no residentes.

Por otra parte, la iniciativa de investigar el trato fiscal privilegiado que disfrutaban muchas compañías internacionales en Irlanda, Luxemburgo, Holanda y Bélgica no ha sido una decisión reciente. La investigación fue iniciada por el comisario de Competencia Joaquín Almunia en 2014. En junio de ese año se abrió el expediente a Apple, Starbucks y Fiat y en octubre del mismo año, a Amazon.

Los asuntos relacionados con la fiscalidad en la Unión Europea requieren la unanimidad de los Estados, lo cual supone un serio obstáculo para avanzar, aunque sea a pequeños pasos. Ante las dificultades de progresar en la armonización fiscal del impuesto de sociedades en la UE, debido a esta exigencia de unanimidad, Almunia optó por utilizar la vía de ayudas de Estado como forma de acabar con los privilegios fiscales concedidos a las multinacionales. “La investigación se centra en si las grandes multinacionales pagan en impuestos lo que les corresponde en Europa”, señaló Almunia en junio de 2014, y precisó que “en estos tiempos de estrecheces presupuestarias resulta especialmente importante que las grandes multinacionales paguen los impuestos que les corresponden”. 

Existe una deslealtad de varios países europeos con sus socios

La investigación la inició el comisario Almunia en 2014

La labor iniciada por Almunia fue continuada por su sucesora en Competencia, la comisaria Margrethe Vestager, quien a finales del pasado agosto finalizó la investigación de Apple reclamando a la multinacional estadounidense el pago de 13.000 millones de euros más intereses al Gobierno irlandés por considerar que los beneficios fiscales concedidos entre 2003 y 2014 “eran ilegales”. Hay que tener en cuenta que el montaje fiscal urdido por Apple no afecta sólo a Irlanda. La trama organizada por la multinacional estadounidense implica que todos los beneficios generados en los distintos países europeos donde actúa afloran en Irlanda, donde la cuantía de impuestos pagados es ridícula. El perjuicio es a los sistemas de bienestar de todos los países europeos afectados.Esta afirmación de Almunia va al núcleo del problema. Europa ha convivido con un sistema fiscal que ha permitido a las grandes corporaciones eludir el pago de impuestos, lo que se traduce en que el esfuerzo fiscal recaiga cada vez más sobre las espaldas de los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas. Esta situación impide la recaudación de recursos suficientes para mantener el Estado de bienestar y todo el modelo social europeo cada vez más amenazado por la falta de ingresos. 

 

Desigualdad de la globalización

El economista irlandés Paul Sweeney ha señalado que es un hecho admitido que los beneficios de la globalización no se están distribuyendo igualmente. En su opinión, “el Gobierno irlandés, que se ha encontrado con unos 13.000 millones de euros caídos del cielo, parece haberse puesto del lado de la más grande y más rentable compañía en contra del bienestar de sus ciudadanos”.  Sweeney recuerda que “el iPhone de Apple en concreto tiene varias características que fueron inventadas en laboratorios públicos financiados con impuestos”.

El futuro del Estado de bienestar exige acabar con los limbos fiscales

Estados Unidos puso fin al secreto bancario en la Unión Europea

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, no ha podido detener estas investigaciones, porque cinco días después de su nombramiento como presidente de esa institución, el 1 de noviembre de 2014, estalló el escándalo de LuxLeaks, en que su país —Luxemburgo— apareció como el centro de un sistema de evasión fiscal en Europa. Este masivo fraude, organizado mediante acuerdos secretos que permitió evadir impuestos a más de 300 grandes empresas, había contado con la colaboración del propio Juncker, por lo que no tuvo más remedio que permitir la continuación de la investigación.

El problema fiscal de Europa no es tan sólo la existencia de los territorios que operan como paraísos fiscales, como son Andorra, Mónaco, Liechtenstein y la isla de Guernsey, dependiente del Reino Unido. Resultan mucho más perjudiciales para las arcas públicas los entramados de sociedades establecidos en Bélgica, Irlanda, Holanda y Luxemburgo que han creado verdaderos limbos fiscales para facilitar la evasión de impuestos a las multinacionales. 

La viabilidad del Estado de bienestar está directamente ligada a la eliminación de los paraísos y limbos fiscales. Según Gabriel Zucman, autor de La riqueza oculta de las naciones, los capitales ocultos en los paraísos fiscales no cesan de crecer y ascienden a 5,8 billones de euros. Como dato comparativo, esto representa casi seis veces la deuda pública española. Estudios divulgados por Tax Justice Network estiman que la riqueza acumulada en las jurisdicciones offshore supera los 30 billones de dólares.
Las recientes actuaciones de la Comisión Europea que afectan a importantes multinacionales de Estados Unidos podrían culminar con una guerra fiscal entre Washington y Bruselas. A finales del pasado agosto, el Departamento del Tesoro de EE UU respondió a las investigaciones de la UE con un White Paper en el que acusaba a Europa de apuntar excesivamente a las multinacionales estadounidenses y comportarse como una “autoridad fiscal supranacional”.  El documento también reprocha las investigaciones realizadas por la Comisión Europea porque ponen en peligro el proyecto de la OCDE/G20 de lucha contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS por sus siglas en inglés), que por otra parte está muy atascado.

 

ARMONIZACIÓN FISCAL

Europa prepara varias medidas para avanzar  contra la evasión fiscal de las multinacionales.
Para hacer frente al clima de desconfianza que han generado los escándalos de los fraudes fiscales masivos como LuxLeaks, Papeles de Panamá y  evasión fiscal de Apple, Starbucks, Amazon y  Fiat, la Comisión Europea prepara un paquete de medidas para poner fin a  estas malas prácticas.

La medida más emblemática  es la armonización del impuesto de sociedades. Se trata de establecer una base común consolidada  de este impuesto, una iniciativa ambiciosa encaminada a constituir la Unión Fiscal junto a la Unión Económica y Monetaria. 

Esta iniciativa ya fue planeada en 1997 por los Estados para fortalecer el proyecto de unión monetaria,  pero fue  abandonada posteriormente.  En 2011 se presentó otro proyecto, pero la resistencia de los Estados a  ceder competencias fiscales lo bloquearon.