Servicios de empleo en mínimos
Fracaso: El paro de larga duración topa con políticas de reorientación y formación débiles y el embrollo de la colaboración público-privada.
España sabe mucho de paro y de parados, pero sufrir el problema no parece ayudarla a despuntar en el combate contra el desempleo. La proporción de personas sin trabajo y que son contactadas para una esperanzadora oportunidad desde los servicios públicos de empleo es la más baja de toda la Unión Europea: el 27,5% del total, frente a una media comunitaria del 48,3%. La contribución de los servicios de empleo, el SEPE, a la recolocación de personas que pierden su medio de sustento se queda en un pobre 2%, cuando en la UE, de media, el porcentaje es cinco veces superior (10%).
Son datos que la Comisión Europea incluye en su Informe España 2017 ,del llamado Semestre Europeo, que periódicamente va evaluando en qué medida avanzan las reformas que exige Bruselas y cómo evolucionan los desequilibrios del país.
El paro de larga duración es ya un problema crónico
Parados por tiempo de búsqueda de empleo
En miles de personas
¿Servicios de empleo? Más habitual es tirar de contactos
Parados según forma de búsqueda de empleo. En miles de personas
Con un récord amargo de más de 6,2 millones de parados alcanzado en 2013, según la Encuesta de Población Activa, los esfuerzos y los recursos se concentraron en las prestaciones y los subsidios para quienes se quedaron sin trabajo —aunque la cobertura ha bajado 25 puntos porcentuales—. Sin embargo, las políticas diseñadas para formar, reorientar, reconvertir a una importante bolsa de personas difíciles de reinsertar en el mercado laboral debido a su baja cualificación —lo que se denomina “políticas activas”— han sido, a tenor de las cifras y de los resultados, las grandes olvidadas.
Retroceso en políticas activas
Bruselas hace suya la estimación del economista Martin Jansen según la cual entre los años 2008 y 2013 el gasto en políticas activas por persona que deseaba trabajar disminuyó un 66%, el retroceso mayor registrado en toda la UE, mientras que menos del 1% de los parados de baja cualificación accedieron a programas de formación.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que reúne a los países más desarrollados, España incluida, acaba de golpear en el mismo sitio, pues ha llamado al Gobierno a “fortalecer las políticas activas de empleo”. Para ello ha pedido, además de una mejora de la formación profesional, que se refuercen “las capacidades y la eficiencia de los servicios públicos de empleo”.
Los recursos per cápita destinados a las políticas de empleo no alcanzan un tercio de la media de los países miembros de la organización, como indica el gráfico. La OCDE reclama igualmente una mayor coordinación en la actuación entre las distintas administraciones implicadas. Las políticas pasivas, que comprenden las prestaciones, corresponden a la Administración central, mientras que las activas están en manos de las comunidades autónomas.
“Siempre ha mandado la urgencia. Se ha dado prioridad al dinero para garantizar la supervivencia y las políticas activas han sido poco intensas o han estado mal orientadas. Ni se da suficiente orientación ni se realiza suficiente seguimiento de los parados”, reflexiona Gemma García, profesora de economia de la Universitat de Barcelona.
La interconexión informática de las ofertas de empleo existentes en cualquier autonomía fue un largo caballo de batalla. Bruselas apunta “amplias diferencias de resultados entre regiones conectadas, relacionadas, entre otros factores, con una débil cooperación con las autoridades nacionales y una focalización en los procedimientos más que en los resultados”.
Portal empléate.gob
En 2014, seis años después del estallido de la crisis, el Gobierno lanzó un nuevo portal de empleo (y autoempleo) llamado Empléate, con la idea de vehicular ofertas de distintos servicios públicos (el estatal y autonómicos), más otras procedentes de portales privados que se sumaran al proyecto, como Infoempleo, Trabajando.com. El pasado 27 de marzo, por ejemplo, una consulta en empleate.gob arrojaba 39.180 ofertas para 243.704 candidatos. En el portal hay registradas 12.605 empresas. Pese al avance, las nuevas formas de buscar trabajo, en esencia aplicaciones como Job & Talent o el pionero y portal líder Infojobs (60% del mercado de agencias privadas) , además de ferias de empleo y nuevas figuras como las lanzaderas * de empleo, se han hecho un hueco. Los datos que arrojan suenan acaparadores. Infojobs, por ejemplo, cerró el año pasado 1.205.731 contratos, el 45% más que el año anterior.
La OCDE insta a España a reforzar los servicios públicos de empleo
La primera vía de buscar trabajo aún es recurrir a los contactos
CC OO: el recorte en políticas activas de 2011 a 2016 fue del 32,1%
Pero los canales para que un puesto vacante llegue a un interesado no son evidentes. Algunos estudios estiman que el 80% de las ofertas no llegan a publicarse en procesos abiertos y transparentes. De ahí que la consultora de recolocación Lee Hecht Harrison, del Grupo Adecco, hable de “mercado oculto”. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en todo caso, corroboran que, con el paso del tiempo, las personas en paro cada vez recurren más a su red de contactos personales. Hace tres lustros, el contacto con las oficinas públicas de empleo era la vía principal.
El paro de mayores de 55 se dispara
“Tenemos larga experiencia en desempleo. Es un problema estructural. Con la crisis no hay más que ver la cronificación del paro de larga duración. Los mayores de cincuenta y cinco años en paro han aumentado un 330%. No se ha hecho un auténtico planteamiento serio de afrontar el problema”, señala Mari Carmen Barrera, secretaria de Empleo de Unión General de Trabajadores (UGT).
El sindicato fue muy crítico con los 3.500 orientadores laborales que, en dos tandas, y en línea con gobiernos autónomos como el catalán, se sacó de la manga durante la crisis el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ya que consideró que la iniciativa se quedaba corta. Transcurridos los años, Barrera piensa que “fue una medida positiva, a la que no se le dio tiempo, y que el siguiente Gobierno del Partido Popular se cargó”.
Los sindicatos claman por la falta de recursos del Servicio de Empleo Público de España (SEPE), víctima también de las amortizaciones de los puestos que desaparecen del catálogo a cada jubilación. UGT estima que por esta vía se ha evaporado medio millón de empleos públicos. “Hoy, seguimos casi igual: el desempleado no tiene a nadie que diagnostique su situación, nadie que se planteee por qué sigue en paro, por qué, si es el caso, está desfasado, nadie que le oriente o que le prepare para las entrevistas que necesita. EL SEPE no es un lugar de contacto con la empresa y sus ofertas, es un lugar donde un parado se inscribe y cobra”, añade la secretaria de Empleo de UGT.
Según un informe elaborado por Deloitte para el Ministerio de Empleo, en el Servicio Nacional de Empleo (SNE) trabajaba en el año 2016 un total de 29.821 personas. Ese año se cerró con 3,7 millones de parados registrados en las oficinas de empleo. Una mera división nos da un funcionario para 129 desempleados. Pero no es tan sencillo. De todos los trabajadores, 13.511 corresponden a las comunidades autónomas y, en cuanto a los 8.945 del servicio público estatal SEPE, el mismo informe de Deloitte indica que aquél, con sus 709 oficinas por todo el territorio, dispone de 7.193 de los funcionarios que se ocupan “directamente en áreas de gestión en prestaciones de desempleo”.
La CEOE pide “revolución”
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) estima que hay un empleado público por cada 440 parados, y que se les atiende, de media, durante diez minutos. “Las cifras comparadas de la OCDE [corresponden a 2014] indican que un funcionario atiende a 268 desempleados [frente a 36 que corresponden a Dinamarca, o a los 47 que están previstos en Alemania], pero las cifras incluyen las personas que atienden en servicios de comunidades autónomas que disponen de múltiples acuerdos con agencias de colocación. No sabemos la eficacia de lo que hacemos y por esta razón después no somos capaces de corregirlo”, critica Ana Isabel Santana Afonso, técnica de la Secretaría de Acción Sindical de Comisiones Obreras.
Uno de los problemas en los que existe cierto consenso es el hecho de que las políticas activas, hasta ahora, se han centrado en bonificar la contratación de personas de difícil inserción, y eso no se ha revelado útil.
UGT critica que el servicio de empleo tenga superávit
El Gobierno promete que un funcionario atenderá a 120 parados
CC OO: los itinerarios de inserción no llegan a los menos empleables
“La mayoría de esfuerzos se ha puesto en la bonificación. Ésta tiene sentido para determinados colectivos muy específicos, pero ahora se bonifica casi todo”, añade Ana Hernando, también de la Secretaría de Acción Sindical de CC OO, quien insiste en que los itinerarios de inserción y la formación “no llegan a las personas menos empleables”. La herramienta (la bonificación) puede convertirse entonces en una subvención a empresas que, si necesitan trabajadores, los contratarían de todos modos o que, si no encuentran los perfiles que buscan, siguen sin contratarlos.
En la patronal CEOE se apunta en otra dirección. Su presidente, Juan Rosell, ha propuesto “una revolución” que ponga el foco en formar a los funcionarios de los servicios públicos de empleo, porque “no funcionan”, con el fin de que “sepan reorientar a desempleados”. Incluso al precio de que, temporalmente, las oficinas del antiguo Inem tuvieran que cerrar durante el proceso.
Garantía Juvenil y PREPARA
Frente a la realidad del empleo que desde hace dos años largos está creciendo anualmente, y por encima del 2% (la mayoría de nuevos contratos son temporales y afectan a jóvenes sobrecualificados), coexiste otra realidad, que es la del paro de larga duración, que afecta sobre todo a mayores de cuarenta y cinco años de baja cualificación.
Bruselas fue crítica con el “lento inicio” del Programa de Garantía Juvenil destinados a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, que limitó su alcance, aunque elogia la reforma realizada en diciembre pasado con el fin de aumentar su cobertura (cualquier joven registrado como parado en los servicios de empleo a partir de 2017). Del mismo modo, la Comisión advirtió que el Programa de Activación de Empleo (PAE) y el plan de reorientación profesional de los beneficiarios del programa PREPARA (desempleados que han agotado la prestación y perciben una ayuda asistencial temporal) “no han ayudado de forma significativa”. Ahora está a la espera de los resultados del nuevo intento anunciado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En diciembre pasado, este Gobierno aprobó una apuesta de 550 millones de euros entre 2016, 2017 y 2018 específica para los destinatarios del plan PREPARA. Anunció además que cada tutor del servicio estatal de empleo encargado de la orientación a los desempleados atendería como máximo a 120 benefiarios. También se establecen objetivos en cuestiones como la formación, la evaluación y la información.
La Comisión cree, según apunta en su Informe España 2017, que el resultado dependerá de las capacidades de gestión de las distintas comunidades y “la estabilidad de su financiación”.
En los presupuestos de 2016 hubo un incremento en el dinero destinado a políticas activas ( 5.242 millones de euros), el 10,1% más que en el ejercicio anterior. Aun así, Esta cifra es un 32,1% inferior a la del año 2011, último año del Gobierno socialista, según datos del gabinete económico de CC OO.
Por lo que respecta a las prestaciones para cubrir situaciones de paro, que son una de las principales partidas a resultas de la crisis, la disminución ha sido todavía mayor: en el mismo lapso de tiempo, ha disminuido de 32.556 millones de euros a 19.539 millones; en buena parte por la reducción del paro (de 5,27 millones de desempleados a 4,23 millones); pero también por la menor tasa de cobertura (que ha bajado un 57%, 25 puntos porcentuales menos que en el año 2010).
En cualquier caso, el problema de la baja cualificación de la mano de obra no se ha desvanecido a pesar de la década transcurrida desde el pinchazo inmobiliario. En la proyección a futuro de la tasa de paro que realiza PricewaterhouseCoopers (PwC, véase el gráfico) de cara a los próximos quince años, la proporción de desempleados de baja cualificación se espera que alcance el 20% en 2020 y el 18% en 2033.
Sobre la demanda del mercado, el SEPE publica cada año en su web informes detallados y reveladores sobre los perfiles de las demandas de empleo publicadas por las empresas y los aspectos que éstas aseguran valorar más en las ofertas*.
Ante este panorama, UGT ha denunciado que el servicio de empleo presente como un éxito su superávit de 2.263 millones de euros en las cuentas de 2016, que atribuye a la baja ejecución de las partidas que permitirían mejorar la cobertura de parados y la empleabilidad de parados y ocupados. De 100 millones presupuestados para modernizar los servicios públicos de empleo, se han ejecutado 60.
DESAJUSTE
Más personas trabajan en empleos para los que están sobrecualificados
Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), el año pasado se crearon en España 413.900 empleos. Como admite Asempleo, que agrupa a las empresas de trabajo temporal y ahora también a agencias de colocación, “el debate se centra en la calidad”. Una de las variables esenciales es ver si casan la formación de los trabajadores y la oferta disponible. Y también la formación de los trabajadores y la que requiere desempeñar los puestos que terminan aceptando. El monográfico del mercado laboral de febrero pasado de Asempleo indica que desde 2013 la sobrecualificación se ha incrementado un 12%. Hoy, más de la mitad (53,3%) de todos los ocupados trabajan en una tarea que no requiere su nivel de cualificación. La proporción de infracualificados ha retrocedido un 13%.
De estos datos se deduce que una parte del paro se ha combatido mediante la aceptación de trabajos no adecuados a la capacitación de la persona. El problema es especialmente acusado entre los jóvenes menores de veinticinco años, el 68% del total. Asempleo pide medidas que impulsen la creación de empleo que aproveche el capital humano disponible.
LÉXICO
Lanzadera de empleo: grupo de personas en paro que se juntan para mejorar sus habilidades profesionales y buscar empleo coordinadamente, y todo ello, con la ayuda de un coach o un técnico que gestiona el grupo.
MÁS INFO
Observatorio de las ocupaciones. Los perfiles de la oferta de empleo 2016. SEPE: www.sepe.es/contenidos/observatorio/perfiles/pdf/Perfiles_oferta_empleo_2016.pdf