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Tradiciones olvidadas en la academia

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Abril 2016 / 35

Estudiantes de más de 30 países piden que las facultades enseñen todas las corrientes del pensamiento económico.

Según algunos modelos que se enseñan en muchas facultades de Económicas del mundo, la crisis era prácticamente imposible. Sin embargo, casi nueve años después del hundimiento de las hipotecas subprime en EE UU, prólogo del crash, aún no hemos salido de ella: paro por encima del 20%, pobreza disparada, crecimiento anémico, peligro de deflación…

La creciente disociación entre los modelos ortodoxos, que se enseñan en las aulas como si fueran tan científicos como la Física, y la realidad se ha hecho tan evidente que algunos estudiantes empezaron a organizarse en 2014 en una red global que exige cambios en los planes de estudio para que la carrera no tenga únicamente un enfoque neoclásico, sino que incorpore también herramientas aportadas por otras corrientes del pensamiento económico. Esta rebelión en las aulas originó un manifiesto internacional y la creación de la International Student Iniciative for Pluralism in Economics, que agrupa a más de 80 organizaciones en más de 30 países, entre ellos España. Aquí la iniciativa se impulsó sobre todo a través del grupo Post-Crash, que adoptó como lema: “El mundo ha cambiado y los planes de estudio no”.

Hasta ahora, la academia ha sido muy poco permeable a la petición de cambios y pluralidad y los planes de estudio permanecen inalterables en casi todas las facultades, si acaso incluso con menos presencia alternativa porque las propias reglas universitarias refuerzan mucho el poder de los polos de investigación ya establecidos y que cuentan con líneas de financiación y el aval de revistas oficiales cuyos artículos computan para el currículo. Steve Keen, economista poskeynesiano de origen australiano que se ha convertido en uno de los referentes internacionales de la crítica con su libro La economía desenmascarada (Capitán Swing, 2015), estima que en torno al 85% de la universidad está en la órbita ortodoxa —los mercados se autorregulan, el Estado debe limitarse a mantener a raya la inflación y dar facilidades al capital para que cree riqueza, etc.— y que todas las otras corrientes juntas se reparten apenas el 15% restante, porcentaje que en realidad es menor en muchas facultades españolas .

Lo que sigue es una breve descripción de corrientes críticas, sin ninguna pretensión de ser exhaustiva o científica. En la práctica existe mucho mestizaje entre algunas de ellas, especialmente en España, donde las Jornadas de Economía Crítica, que se celebran desde 1987, han generado dinámicas en común.

Joseph Stiglitz FOTO:Raimond Spekking

NEOKEYNESIANOS

Una parte de los seguidores del economista británico John Maynard Keynes (1883-1946) trató de hacer casar sus teorías —centradas en la necesidad de alimentar también la demanda y de utilizar al Estado como motor durante las crisis— con las corrientes neoclásicas, de forma que formaran un corpus único y canónico, que tras las investigaciones de reputados economistas como Paul Samuelson (1915-2009) y John Hicks (1904-1989) se materializó en lo que pasó a llamarse Síntesis Neoclásica. Sin embargo, la profundidad de la crisis global desencadenada a partir de 2007 y el enroque neoliberal por la austeridad ha acentuado los componentes críticos de economistas procedentes de esta corriente hegemónica, que han acentuando los rasgos keynesianos. Los neokeynesianos serían la frontera con la economía crítica, sin llegar a formar parte de ella, e incluye a economistas tan reputados como Paul Krugman, Thomas Piketty y Joseph Stiglitz, el más aplaudido entre los críticos. En España incluiría los catedráticos Anton Costas, Joan Tugores y Antoni Castells, entre otros, así como muchos de los adheridos a Economistas Frente a la Crisis, que se nutre también de otras corrientes críticas.  

 

POSKEYNESIANOS

Agrupó a los “keynesianos de izquierdas”, que no recorrieron el camino hacia la síntesis neoclásica, sino que acentuaron los aspectos propios o lo pusieron en interrelación con corrientes heterodoxas. Entre ellas, el marxismo, pero también la línea del economista polaco Michael Kalecki (1899-1970), el italiano Piero Sraffa (1898-1983) y el estadounidense Hyman Minsky (1919-1996), entre otros. La figura clave de la corriente poskeynesiana es la británica Joan Robinson (1903-1983), discípula de Keynes. Algunos de los referentes actuales de la corriente poskeynesiana, a menudo en interacción con el marxismo, son el estadounidense James K. Galbraith, los británicos Steve Keen y Stuart Holland, el coreano Ha Joon-Chang y el griego Yanis Varoufakis. En España incluiría, entre otros, a los catedráticos  de la Universidad de Sevilla Juan Torres López y de la Pompeu Fabra, Vicens Navarro.

Joan Robinson

MARXISTAS

La tradición fundada por Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), articulada en torno a El Capital, considera central el conflicto entre capital y trabajo y los procesos por los cuales el primero engorda a costa del segundo. La tradición marxista es a su vez muy plural, con múltiples corrientes mestizas con otros troncos críticos —poskeynesiano, ecologista, feminista, del desarrollo, etc.—, y entre los académicos de referencia en España están los catedráticos Carlos Berzosa (UCM) y Miren Etxezarreta (UAB). Algunas escuelas de esta tradición con personalidad singular son la que se articuló en Nueva York en torno a la revista Monthly Review, con Paul Sweezy (1910-2004) y Paul Baran (1909-1964), punto de confluencia con tradiciones ecologistas y del desarrollo, y continuada hoy, entre otros, por Samir Amin y John Bellamy Foster; y la que surge del trotskismo, con Ernest Mandel (1923-1995) y ahora el francés Michel Husson y el paquistaní Anwar Shaik.

ECOLOGISTAS

El elemento nuclear es la integración en el análisis de las limitaciones medioambientales, no sólo como externalidades a considerar, sino como el elemento central. Uno de los fundadores de referencia es el rumano Nicholas Georgescu-Roegen (1906-1994). Entre las líneas actuales se encuentran la estacionaria, con Herman Daly, y la del decrecimiento (Serge Latouche). Algunos catedráticos de referencia internacional de la economía ecológica son los españoles Joan Martínez Alier (UAB) y José Manuel Naredo (UCM), y, en la línea de confluencia con el marxismo, el núcleo alrededor de Jordi Roca (UB).

FEMINISTAS

La constatación de que ninguna corriente integraba como elemento central el trabajo invisible y no remunerado asociado tradicionalmente a las mujeres dio origen a una línea específica de economía feminista en la década de 1990 que coloca como elemento clave del análisis el conflicto capital-vida. La tradición se articula en torno a la International Association for Feminist Economics, que edita la revista Feminist Economics, y entre las fundadoras en España destacan Cristina Carrasco (UB) y Lina Gálvez (Pablo de Olavide), entre otras.

DEL DESARROLLO

Esta tradición, muy vinculada en sus orígenes a América Latina y la CEPAL —con Raúl Prebisch (1901-1986)—, el movimiento de los no-alineados y a menudo interrelacionada con el marxismo heterodoxo, incorpora como herramienta central la dialéctica centro-periferia, rescatada ahora en muchos análisis sobre la eurozona. Una de las referencias en España fue José Luis Sampedro (1917-2013), conectado con muchas tradiciones, y ahora Arcadi Oliveres.

INSTITUCIONALISTAS

Subrayan el papel en la economía de las instituciones y de las relaciones entre las personas sin darlas por sentadas ni limitarlas a los organismos oficiales. Las referencias críticas son, entre otros, Thorstein Veblen (1857-1929) y John K. Galbraith (1908-2006), un buen sintetizador en sí mismo de muchas de las tradiciones críticas.

 

PARA SABER MÁS

Hacia una economía más justa. Una introducción a la economía crítica. Economistas sin Fronteras. Marzo de 2016.