Un banco público con acento andaluz
El Parlamento autonómico debate la creación de una entidad financiera que apoye a las pequeñas y medianas empresas
Si hay una región española que pide a gritos un nuevo modelo productivo, esa es Andalucía. El estallido de la burbuja inmobiliaria y la posterior crisis económica han devuelto a sus ocho provincias a unos niveles de paro y pobreza que hace un lustro parecían superados. Casi un millón y medio de andaluces, el 36,3% de su población activa, no encuentran empleo, y la sequía de crédito que sufren las pequeñas y medianas empresas no auguran una mejoría sustancial en este terreno durante 2014.
La coalición PSOE-IU que gobierna Andalucía ha puesto en marcha un plan para ayudar a las pymes andaluzas a financiarse. Consiste en la creación de un banco público que llene el hueco dejado por las entidades privadas y contribuya al crecimiento de la economía regional mediante la modernización de su tejido productivo. El proyecto podría ser una realidad en el plazo de un año si todo marcha según lo previsto por el Ejecutivo presidido por Susana Díaz.
El argumento de fondo de los promotores del banco público andaluz es que el actual proceso de concentración y centralización de las entidades financieras no soluciona los problemas de liquidez y solvencia del sistema bancario español. Además, llaman la atención sobre el riesgo que supone la hegemonía de unas pocas entidades dispuestas a ejercer un control oligopólico del mercado de crédito. “Es muy arriesgado depender de muy pocas y enormes entidades financieras”, señala el documento aprobado por el grupo de trabajo.
Entre los adversarios están el Gobierno y la Comisión Europea
La idea cobra vida también en otras comunidades
La idea es que el banco público arranque con un capital de 200 millones de euros. ¿De dónde saldrá el dinero? Sus impulsores citan varias fuentes: el Presupuesto de la Junta de Andalucía, dinero público que ahora se destina a otras acciones financieras , y fondos procedentes de la Unión Europea, el Gobierno español o entidades nacionales o internacionales, públicas o privadas. Una vez que se cumplan todos los requisitos para obtener la necesaria ficha bancaria, el futuro banco público andaluz podrá captar recursos en los mercados financieros.
El plan, que debe tramitarse en el Parlamento andaluz antes de convertirse en ley, tiene ante sí muchos y poderosos adversarios. La oposición del PP dice compartir sus fines, pero considera innecesario crear un banco porque, en su opinión, sería suficiente utilizar recursos que hasta ahora el Gobierno andaluz no ha usado o ha gestionado mal. El Gobierno central, la Comisión Europea y la banca tampoco ven con buenos ojos el proyecto. Temerosa de perder cuota de mercado, la banca sostiene que la existencia de una entidad de crédito de titularidad pública supondría competencia desleal. Se da la curiosa circunstancia de que la presidenta de la Junta firmó a principios de enero un acuerdo de financiación de 500 millones de euros con el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, para hacer frente a los problemas de tesorería del Gobierno andaluz.
La idea de crear una entidad pública de crédito también está cobrando vida en otras zonas del país. En Cataluña, la plataforma Desbanka está agrupando los esfuerzos para evitar que Caixa Catalunya, nacionalizada a raíz de la crisis financiera, no sea privatizada. La propuesta de Desbanka es que la caja se convierta en el embrión de un futuro banco público.