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Un tesoro de 550.000 millones

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Mayo 2013 / 3
Opacidad España afronta el ajuste más duro de su historia sin contar con la riqueza que descansa en los paraísos fiscales.
 

Los que ven a Mariano Rajoy como un político sin ambición, deberían fijarse en los 85.000 millones de euros: el mayor recorte de la historia de España, que el presidente del Gobierno se ha propuesto acometer en solo dos años (2013-2014). Exige un esfuerzo hercúleo, con consecuencias durísimas para los ciudadanos, y se presenta como inevitable.

Pero los paraísos fiscales —agujeros negros de las finanzas internacionales donde se combina opacidad y tributación irrisoria— albergan un tesoro de al menos 550.000 millones de euros procedentes de España, según la estimación derivada de la investigación de Tax Justice Network (TJN), la más seria realizada jamás sobre estas arterias claves de la globalización financiera que en buena medida llevaron al crash de 2008.

En 2009, el G-20 prometió acabar con estas islas del tesoro —en expresión de Nicholas Shaxons—, que según TJN resguardan entre 16 y 24 billones de euros, cerca de la mitad del producto interior bruto mundial. Pero nunca se superó la fase retórica y algunos estudios apuntan a que hoy albergan más dinero que nunca.

Ahora, cuando la recesión amenaza con hacer estallar a la opinión pública europea, regresa al menos la retórica, liderada esta vez por el presidente socialista francés, François Hollande, tocado al trascender que su jefe presupuestario, Jérôme Cahuzac, tenía una cuenta en Suiza y que el tesorero de su campaña, Jean-Jacques Augier, invertía desde Islas Caimán. España también se ha sumado a la ola, dentro del grupo que promete extender el intercambio de información. Y Bruselas asegura que colocará el asunto en el centro de la agenda, pasando por alto que buena parte del circuito offshore está en la propia UE.

Los circuitos ‘offshore’ más importantes están en jurisdicciones de países de la propia UE

El dinero público ha rescatado a muchos bancos que conducen hacia paraísos fiscales 

El más importante: Reino Unido, del que dependen algunos paraísos fiscales emblemáticos: Bermudas, Islas Vírgenes, Islas Caimán, Gibraltar, Guernesey, Isla de Man…

Irlanda y Holanda se han convertido en punto de paso favorito de las multinacionales para sortear impuestos, y Luxemburgo, con una población de 525.000 habitantes, custodia fondos por valor de 3,2 billones de euros manejados desde el exterior. Su primer ministro, Jean-Claude Juncker, presidió el Eurogrupo hasta hace solo unos meses.

“Hay mucha hipocresía; ningún país tiene voluntad de acabar con los paraísos fiscales porque no interesa a sus ricos”, advierte Marc Molins, profesor de ESADE.

En la España agobiada por la deuda, contabilizar el dinero en paraísos fiscales cambiaría la fotografía, apunta Carlos Jiménez Villarejo, ex jefe de la Fiscalía Anticorrupción: “No es verdad que no haya dinero, el problema es que en los paraísos fiscales hay miles de millones sin tributar”, sostiene Jiménez Villarejo, quien admite su impotencia en Anticorrupción cada vez que los casos se le escurrían por los paraísos fiscales.

Si a los 550.000 millones de origen español que, según la estimación derivada del TJN, descansan en paraísos fiscales, se aplicara el tributo del 10% de  la amnistía fiscal del Gobierno, se obtendrían 55.000 millones. Y aplicando a intereses del 3% el impuesto del 21% de aquí, se podrían obtener casi 3.500 millones adicionales al año.

El estudio del TJN, de 2012, supuso un salto cualitativo en las estimaciones sobre los paraísos fiscales y más que triplicó los guarismos calculados por las consultoras de la banca.  Y se trata solo de riqueza financiera, sin las mansiones y yates en que suele transformarse parte del tesoro oculto.

TJN revolucionó la metodología al relacionar estadísticas del Banco Mundial, el FMI y el Banco Internacional de Pagos, analizadas por expertos con información propia extraída de la banca privada, conducto central por donde fluye el dinero hacia los paraísos fiscales, muchas veces de forma legal como “optimización fiscal”. Ahí reside la novedad: en la participación de expertos que conocen este mundo opaco desde dentro. El coordinador fue James Henry, ex economista jefe de McKinsey, consultora de referencia, y TJN está presidido por John  Christensen, ex asesor del paraíso fiscal de Jersey.

El trabajo es apenas un intento de ver en la oscuridad. Pero hasta The Economist admitió que su metodología era “razonablemente sofisticada”.

El estudio muestra que los principales clientes de los paraísos fiscales no son los dictadorzuelos, sino los ricos de Europa. “El flujo más importante que acaba en paraísos fiscales procede de Europa y el patrón no varía demasiado entre los países”, explica Henry en conversación telefónica desde Nueva York. De los 7,5 billones de euros que atribuye a Europa —entre la UE y Rusia—, a España le corresponderían un mínimo de 550.000 millones en función de su peso económico.

Además, España es uno de los países con más economía sumergida —en torno al 23% del PIB— y está a la cola en inspección fiscal, con un inspector por cada 1.928 contribuyentes, cuando en Alemania hay uno por cada 729, según el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha.

Gestha calcula que el fisco español deja de ingresar cada año 88.000 millones de euros por la evasión u optimización vinculada a los paraísos fiscales. “Si no quiebran los paraísos fiscales, quiebran los países”, concluye Miguel Ángel Mayo, de Gestha.

La paradoja es que buena parte de la banca privada tuvo que ser rescatada tras el crash. El estudio de TJN incluye una lista de los 50 principales agentes de banca privada junto a la variable que más les relaciona con los paraísos fiscales: los activos de no residentes. Nada necesariamente ilegal, pero un buen punto para orientarse.

En total, TJN estima que estos 50 bancos suman 9,5 billones de euros offshore. En el puesto número 20 está el Banco Santander, con 195.000 millones en activos de no residentes. El gran banco español gestiona fondos por un valor total de 1,4 billones.

La información que aporta motu proprio la banca española sobre sus paraísos fiscales es escasa. Siempre de acuerdo con la ley, aunque con truco: deben detallarlos, pero el concepto ha ido empequeñeciéndose en la medida en que la lista de la OCDE se ha reducido y España ha ido firmando convenios con muchos de los paraísos tradicionales: en la práctica, se les exime de informar.

El Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (OBRSC)Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (OBRSC) es la entidad que más ha estudiado aquí la relación. “En las memorias hay poca información y ha ido disminuyendo”, lamenta Orencio Vázquez, director del informe anual del OBRSC, centrado en el Ibex 35. Y añade: “Bastaría con una circular de la CNMV para tener información de verdad”.

Lluvia de filiales

El OBRSC toma como base la lista de paraísos fiscales de TJN y de la Eurocámara, más amplia que la de la OCDE. Rastreando las memorias ha detectado 70 filiales en paraísos fiscales del Banco Santander y 43 del BBVA. Son los líderes, junto a Repsol.

Algunos datos sueltos que ha ido cazando el OBRSC dan pistas sobre el BBVA: ha emitido deuda subordinada desde Islas Caimán, donde en 2008 llegó a sumar 13.500 millones en activos. Otro dato: en 2010, el 47% del total de sus activos en Uruguay pertenecía a “no residentes”.

Abrir filiales en paraísos fiscales es ya una característica del Ibex: en 2005, el 46% de sus integrantes contaba con estos vehículos. Ahora, el 92%: una evolución similar a la de las multinacionales occidentales. La similitud llega incluso al uso de la Corporate Trust Company, macroterminal en Delaware (EE UU), que en un edificio de una planta alberga a 6.500 empresas. En 2009 incluía a 13 filiales de cinco empresas españolas: Grifols, Abertis, ACS, OHL y Telefónica.

No es imprescindible contar con estas filiales para centrar el negocio offshore, como muestra Bankinter: tiene una sola filial en paraíso fiscal, según el OBRSC, pero 32 de los 39 fondos que comercializaba en 2011 estaban domiciliados en Irlanda o Luxemburgo.

Muchas de estas estructuras para reducir impuestos son legales y han sido creadas por consultoras expertas en “optimización fiscal”.  Según The Economist, la palma se la lleva las Cuatro Grandes: “La mayoría de estrategias corporativas para reducir impuestos se diseñan con el apoyo de las Big Four. Estas empresas también pasan por ser los mejores proveedores de servicios offshore”.

PwC es la líder de las cuatro, y el número dos de Hacienda, Miguel Ferre, llegó al ministerio desde PwC, del que era, además, socio del área de fiscalidad internacional, muy relacionada con la “optimización fiscal”. También procede de PwC el ministro de Economía, Luis de Guindos, que recaló en su área financiera tras la quiebra de Lehman Brothers.

Antes, en 2006, Guindos había participado en la fundación de Montoro y Asociados, la consultora que creó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y que posteriormente —ya sin Montoro y sin Guindos— se transformó en Equipo Económico. Esta consultora también ha ofrecido servicios de “optimización fiscal”, como evidenció el sumario del caso Gürtel al revelar una operación por encargo de Everland, una de las empresas investigadas.

Algunos expertos ven la cercanía entre el poder y las estructuras de “optimización fiscal” como una de las causas de que la retórica contra los paraísos fiscales no lleve a avances.

El reciente caso francés ha acrecentado esta sensación: el responsable de perseguir el fraude tenía una cuenta en Suiza. El escándalo se suma al de Grecia: cuando el ministro de Economía recibió una lista con griegos con cuentas en Suiza, la guardó en un cajón, y luego trascendió que se había limitado a borrar el nombre de sus familiares. Esta lista de presuntos defraudadores la había entregado Hervé Falciani, extrabajador del HSBC en Suiza. La lista Falciani también llegó a España junto a las cuentas de 3.000 millonarios cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero.

Nada se ha sabido oficialmente de la lista, más allá de que se inició una regularización modesta, de apenas 250 millones, aportados básicamente por la familia Botín, cuyo expediente escapó al control del Ejecutivo y acabó en la Audiencia Nacional. “La respuesta del Gobierno fue desconcertante; se limitó a enviar amables requerimientos para regularizar”, explica Francisco de la Torre, de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda.

Detrás de cada escándalo financiero suele asomar un paraíso fiscal

La relación de poderosos españoles con cuentas fuera es muy extensa 

Montoro ha acabado impulsando una amnistía fiscal que ha recaudado 1.500 millones. Pero la lista Falciani sigue bajo siete llaves y los pocos nombres que han trascendido los ha aportado una investigación de El País. Ahora que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación se ha apoderado de 70 cuentas en paraísos fiscales con origen español —incluida una de Carmen Cervera—, Hacienda ni parpadea: 15 días después de la filtración, el ministerio ni se había interesado por la nueva lista, según la organización.

La relación de españoles con cuentas en paraísos fiscales está llena de primeros espadas: El Mundo ha revelado que el rey Juan Carlos recibió en Suiza una herencia millonaria sin aclarar si los fondos siguen allí; el hijo primogénito del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha movido 32 millones en paraísos fiscales, según la Agencia Tributaria; la familia del primer banquero del país, Emilio Botín, contaba con al menos 2.000 millones en Suiza que afloraron con la lista Falciani; el primer grupo de comunicación (Prisa) tiene entre sus accionistas clave a Nicholas Berggruen, cuya matriz descansa en las Islas Vírgenes, y al HSBC; y el extesorero del PP Luis Bárcenas custodiaba en Suiza al menos 33 millones.

Corrupción

Al tesoro de Bárcenas se ha llegado por el caso Gürtel. Todos los organismos multilaterales coinciden en que la corrupción sería mucho difícil sin paraísos fiscales, que suelen asomar detrás de cada escándalo: las principales terminales de Gürtel eran Suiza y Panamá; la mafia rusa operaba en Lloret con fondos de las Seychelles, Suiza y Liechtenstein; Noos saltaba sobre todo a Luxemburgo, Suiza y Panamá; Ballena Blanca y Malaya desembocaban en Gibraltar; Andorra ha acogido mucho dinero ilícito de Cataluña…

Buena parte de la estructura de la trama Gürtel hacia los paraísos fiscales la construyó, según el sumario, Ramón Blanco Balín, exinspector de Finanzas del Estado, íntimo de José María Aznar, exvicepresidente de Repsol y respetadísimo asesor.

No importa lo lejos que estén los paraísos fiscales: la puerta de entrada suele estar en el paseo de la Castellana o en el de Gràcia.

Al paraíso se llega desde la otra esquina del infierno de los recortes.