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Unos presupuestos impotentes para crear empleo

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Noviembre 2013 / 8

Drama inatendido. El proyecto presentado por el Gobierno admite que la caída del empleo, el problema número uno del país, proseguirá.

El Gobierno parece haber tirado la toalla en materia de empleo. Los presupuestos para 2014 tratan de disimular la trágica realidad social de España situando en un segundo plano la creación de puestos de trabajo, que constituye el problema número uno de este país. A diferencia del año anterior, en que el objetivo de las cuentas públicas fue "la estabilidad presupuestaria y consolidación fiscal para recuperar el crecimiento y el empleo", ahora el lema para el próximo curso es: "Un esfuerzo sostenido para la recuperación".

El proyecto de presupuestos para el próximo año pronostica una caída del empleo del 0,2%, y esto ocurre en un país que ya lleva veintidós trimestres consecutivos  destruyendo empleo y cuenta con 3,6 millones de empleados menos que antes de que estallara la crisis. Aunque la caída prevista para el próximo año es más leve que la de los anteriores, la situación del mercado de trabajo es más dramática que nunca por el agotamiento de reservas y ayudas que los desempleados han tenido hasta ahora. Los datos de la última Encuesta de Población Activa revelan que durante los últimos doce meses se han destruido en España 497.000 puestos de trabajo.

Ante este panorama, es incomprensible la escasez de recursos dedicados a las políticas de fomento del empleo en los presupuestos del próximo año.  Después de dos años de drásticos recortes, el Gobierno ha optado por aumentar la dotación de la partida para el Fomento del Empleo, que el próximo año dispondrá de 4.073 millones, el 8% más que este año, pero el 44% menos que en 2011. Además, la dotación dedicada específicamente a bonificar los contratos de trabajadores desempleados se limita a 1.222 millones, menos de la mitad que en 2012 y el 23% menos que en el presente ejercicio.

MAGNITUD. Hay 3,6 millones de empleados menos que antes de que estallara la crisis

RECURSOS. La partida de fomento del empleo crece, pero supone el 44% menos que en 2011

El impacto de estas iniciativas es tan escaso que los propios presupuestos admiten que en el próximo ejercicio la tasa de paro solamente se reducirá en siete décimas y se situará en el 25,9%.

"Hasta que la economía crezca en mayor medida será difícil ver la recuperación", señala Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera de la Universidad Complutense. Su pronóstico es que "habrá un crecimiento muy agónico, en forma de sierra durante los próximos cuatro o cinco años y seguramente el empleo que se creará será muy precario". Melle, miembro de Economistas Frente a la Crisis, añade que "en la actual situación, la gente está muy desesperada y lo más probable es que esté dispuesta a trabajar a cualquier precio". "Todo lo que estamos viendo", concluye, "es que la austeridad es una mala receta".

 

Fondo de Bruselas

En materia de empleo, la única buena noticia llega de fuera del presupuesto y procede de Bruselas. La Unión ha decidido enviar a España un paquete de 1.800 millones de euros, de un montante total de 6.000 millones para los Veintiocho, para los años 2014 y 2015, destinados a luchar contra el desempleo juvenil, que no cesa de crecer y ya ha alcanzado al 56% de la población de entre dieciséis y veinticinco años. En España hay 943.000 parados menores de veinticinco años. Se trata de la utilización de recursos disponibles al margen de las adjudicaciones regulares de los presupuestos comunitarios.

El margen de maniobra del Gobierno se ha ido estrechando porque a la profundidad de la crisis hay que añadir la política de austeridad extrema recetada por Bruselas, que condiciona toda la política económica a la consolidación fiscal; es decir, la  reducción del déficit y la deuda pública. Pero ante la imposibilidad de lograr determinados objetivos, la Comisión Europea no ha tenido otro remedio que suavizar a la fuerza las medidas.

En los presupuestos de los últimos años se recogen las modificaciones que la Comisión Europea ha tenido que realizar periódicamente. Así, en 2011, Bruselas exigió rebajar el déficit público hasta el 3% en 2013; al año siguiente concedió un año más de plazo para este objetivo, que fijó en el 2,8% para 2014, y este año ha concedido otros dos años de margen para permitir que el déficit público se sitúe en el 2,8% en 2016. Seguramente, la de este año no será la última prórroga.

Mientras, la deuda pública ha ido escalando de forma incesante desde el envidiable 36% en 2007 hasta el 98,9% previsto para el año próximo. Y con la deuda, también los intereses a pagar: aunque la caída de los tipos supondrá un cierto alivio, representan un coste de 36.590 millones, más del doble de antes de la crisis, aunque 2.000 millones menos que este año por la bajada de los tipos de interés.

El profesor de Economía Alejandro Inurrieta considera que estamos "ante unos presupuestos de ficción, que no emplean las herramientas adecuadas para reactivar la economía". "Se ha abandonado la inversión pública", añade, "que es la palanca que se debería utilizar tanto a escala española como europea".

La realidad es que los recursos presupuestarios dedicados a infraestructuras se limitan a 5.462 millones de euros, un capítulo que no ha cesado de caer ininterrumpidamente desde 2010, en que se presupuestaron 14.069 millones.

 

Economía productiva

El conjunto de recursos destinados a reactivar la economía productiva (infraestructuras, agricultura, pesca y alimentación, industria y energía, comercio y turismo,  investigación, innovación civil e investigación militar) se limitan a 28.802 millones de euros, el 26% menos que en 2009, aunque el 6,3% más que el año pasado. Este ligero aumento respecto a 2013 es debido al incremento de los recursos a industrias, que en su mayor parte se canalizan hacia el sector eléctrico. También influye en este crecimiento respecto al año pasado la subida del 39,5% de la investigación militar.

En los presupuestos de 2014 tampoco se aprecia ninguna señal para estimular el consumo privado. La congelación de los salarios de los funcionarios por cuarto año consecutivo contribuirá a mermar la capacidad adquisitiva de un colectivo integrado por 2,8 millones de personas que tienen una influencia relevante en el nivel del consumo del país.

Desde el punto de vista de los ingresos, la prórroga de las subidas fiscales del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), así como el mantenimiento de las subidas del impuesto sobre el valor añadido (IVA), sitúan la carga tributaria al nivel más alto conocido en este país.

De las relaciones financieras con Europa, por la vía del presupuesto comunitario, España recibirá 148 millones de euros, frente a los 1.357 millones de 2013. Durante el próximo ejercicio, España aportará a la Unión Europea 13.083 millones de euros y recibirá 13.231 millones. Las principales partidas receptoras son el Fondo Eu-ropeo Agrícola de Garantía (FEAGA),  con 5.960 millones; los Fondos Estructurales (FEDER), con 3.491 millones de euros; el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), con 1.100 millones de euros, y el Fondo Social Europeo (FSE), con 1.450. La principal aportación española se realiza a través del recurso de renta nacional bruta (RNB), que asciende a 9.969 millones de euros y que se distribuye entre los Estados miembros en función de su nivel de riqueza.