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Ellas, las siempre perjudicadas

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Noviembre 2018 / 63

Alegalidad: En España el limbo legal en el que se encuentra el tema de la prostitución no hace más que empeorar la situación de vulnerabilidad que viven las mujeres.

Presentación del sindicato Otras en  la rueda de prensa de Madrid. FOTO: SINDICATO OTRAS

Si en algo están de acuerdo las feministas es que en España la situación de alegalidad respecto a la prostitución es atroz para las mujeres. Se señala, estigmatiza y sanciona a quienes venden su cuerpo, con una doble moral, dejando a su vez bastante grado de permisividad incluso al proxenetismo.

La realidad es que la venta del uso del cuerpo de la mujer se realiza en las calles, con proxenetas, en clubes de alterne y en pisos de toda España. El proxenetismo está prohibido legalmente, pero se lleva a cabo dando vueltas legales. Amelia Tiganus, una mujer rumana que vino a España de la mano de proxenetas, por su propia voluntad, después de sufrir  una violación colectiva y ser estigmatizada en vez de tratada psicológicamente, lo explica en su página feminicidios.net: “Me escapé del proxeneta español porque pronto descubrí que se estaba aprovechando de mí y siempre me quitaba casi todo el dinero. Mis cálculos no salían después de pagar la deuda, la habitación, la manutención, el alcohol, la cocaína, la ropa, los cosméticos, las multas... Todo estaba montado para quitarnos casi todo el dinero y lo poquito que nos quedada debíamos invertirlo en seguir siendo putas y cumplir con los mandatos que los puteros exigían. Me escapé y decidí seguir persiguiendo mi sueño. Me quedé atrapada en el sistema prostitucional durante cinco años”. Todos los que siguieron fueron iguales.

¿Cómo se puede proteger a las mujeres? ¿Aboliéndolo o regulándolo? La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, dio su rotunda de opinión al decir —ante la publicación en el BOE del sindicato Otras (Organización de Trabajadoras Sexuales)— que le habían “colado un gol por la escuadra”.

“Está constituido legalmente y estamos trabajando con legalidad”, dice Concha Borrell, presidenta de Otras. “Hay una demanda en la Audiencia Nacional y nos defenderemos.  El primer congreso será próximamente. Hasta ahora no hay manera de saber ni cuánta gente está ejerciendo el trabajo sexual. Cuando los empresarios tengan que hacer los contratos, cuando nos demos de alta, tendremos datos fiables, podremos empezar a hablar. Hace 200 años que funciona el sindicalismo. ¡Nosotras somos unas revolucionarias! ¡Queremos paro, jubilación, maternidad, enfermedad, etc.!”.

El proxenetismo está prohibido y, por tanto, la relación laboral

Se multa a las mujeres pero se permiten los clubes de alterne

Desde el Ministerio de Trabajo explican que “el error es constituir un sindicato dirigido a las personas que ejercen la prostitución, pues los sindicatos, por definición, son organizaciones dirigidas a la defensa y promoción de los trabajadores por cuenta ajena y las personas que ejercen la prostitución no están ni pueden estar sujetas a relación laboral”.

El Ministerio inició el trámite para la impugnación en su momento, y ahora el tema está en manos de la Abogacía General del Estado. “El Gobierno es firme en la idea de que una organización constituida para defender los derechos laborales de las personas que se dedican a la prostitución no es un sindicato”, remarcan.

 

TRABAJAR PARA OTROS

Desde el Colectivo Hetaira, a favor de la regulación, Cristina Garaizabal opina que el derecho de sindicarse es un derecho internacional. “Ilegalizarlo es inaceptable. Hoy en día estas mujeres les ha llegado el feminismo y se organizan para que se les concedan derechos. Son mujeres invisibilizadas, que empiezan a decir que las condiciones del trabajo sexual las ponen ellas. Necesitamos que las trabajadoras se sientan respaldadas por la policía. Que esas mujeres se empoderen”.

Desde Hetaira reclaman también que desde 2004 se hayan legalizado las asociaciones de macroburdeles. Dos sentencias obligaron al Ministerio a reconocerlos como asociacones. “Si es legal constituir clubes de alterne y prostitución por cuenta propia, cómo no puede ser legal un sindicato”, reitera Garaizabal.

Charo Carracedo, portavoz de la Plataforma de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución explica: “Un sindicato es inaceptable desde el punto de vista jurídico porque implica reconocer que hay un proxeneta, una figura ilegal (...). En 2004 no se ha legalizado una patronal. Se ha legalizado una organización de clubes autónomos. Jurídicamente no es lo mismo”. 

Esta revista intentó sin éxito contactar con la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (ANELA). La organización llegó a estar tan posicionada que incluso pidió en 2002 formar parte de la CEOE. Hoy, ha desaparecido. Las agrupaciones funcionan de forma clandestina.

El periodista de investigación Joan Cantarero, autor del libro Los amos de la prostitución en España, se infiltró en ANELA durante cuatro años y relaciona estas organizaciones con mafias y dirigentes de la ultraderecha española. “En 2004 había muchísima prostitución. Hoy muchos han cerrado”, remarca Cantarero. “La organización había creado incluso un sindicato”.

 

DIFERENTES MODELOS

En el programa de Pedro Sánchez está la puesta en marcha del modelo sueco, es decir, la legalización de la venta de sexo pero la penalización de la compra. La clave del modelo sueco es asumir que la prostitución, aun y siendo consentida, es violencia”. 

“Claro que es violencia, y está relacionada con el patriarcado y con la desigualdad”, opina la economista feminista María Pazos. “Si no, ¿por qué la mayor parte de las prostitutas son pobres?”, se pregunta.

Gregoire Thery, director ejecutivo de la Coalición Internacional por la Abolición de la Prostitución, le da la razón. “En nuestros estudios vemos que el 80% de las prostitutas que ejercen la prostitución en Francia han sido violadas anteriormente”, indicaba en una conferencia sobre el tema en 2016, cuando Francia decidió aplicar en sus leyes el modelo sueco. “Esa es la primera violencia, que luego continúa durante el momento de la prostitución, y que sigue incluso después, por el estigma social (...). Entre las prostitutas hay seis veces más suicidios que en la sociedad en general”.

El Parlamento europeo se ha decantado por el modelo sueco: abolición

Para las abolicionistas aunque una mujer que viene a España vende su cuerpo por propia voluntad, en realidad sufre un“síndrome de Estocolmo”, o lo que Pazos llama “patriarcado de consentimiento”.

“Yo no creía que era víctima de trata”, explicaba en una conferencia junto a Izquierda Unida en Euskadi la rumana Amelia Tiganus. “Me llevó mucho tiempo darme cuenta que yo también estaba entre ellas”.

Las regulacionistas consideran que hay mujeres que se prostituyen porque quieren o prefieren ello a tener que estar encerradas en una casa limpiando 24 horas, también sin derechos. Además, consideran que incluso siendo minoría, merecen derechos. Es algo que las abolicionistas reprueban.

Cantarero, que estuvo infiltrado cuatro años, dice que el 100% de las mujeres que conoció durante su investigación en ANELA ejercían por tiempo limitado y para salir de su situación de pobreza.

 

AUMENTO DE LA VULNERABILIDAD

Para las regulacionistas, el modelo sueco es un fracaso, porque las cifras que da el Gobierno no están basadas en datos fiables. Ann Jordan, directora del Programa de Tráfico Humano y Forzoso de la American University, cree que la Ley sueca es “un experimento fracasado de ingeniería social”. El argumento más contundente es que lo que produce la ley es ocultar y, por tanto, hacer más vulnerables a las más vulnerables. 

Las abolicionistas responden que el modelo contrario, el alemán, totalmente libre, ha sido un desastre. Según la doctora abolicionista Ingeborg Kraus (trauma-and-prostitution.eu) “el objetivo de la ley ha fracasado estrepitosamente. Más de la mitad de las prostitutas trabajan de manera ilegal, lo que quiere decir que no tienen ni derechos sociales, ni seguridad social ni por tanto acceso a los servicios médicos alemanes”.

Dentro de la Unión Europea, parece prevalecer el modelo sueco. En febrero de 2014, el Parlamento Europeo emitió un informe en el que reconoce: “La prostitución representa una forma de esclavitud incompatible con la dignidad de la personas”; y considera que “la manera más efectiva de luchar contra el tráfico de mujeres y mujeres menores de edad con fines de explotación sexual y de mejorar la igualdad de género es el modelo aplicado en Suecia, Islandia y Noruega (el denominado modelo nórdico)”.