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“Abolimos la esclavitud. Podemos acabar con los paraísos fiscales” // James Henry

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Abril 2015 / 24

Fotografía
Edu Bayer

JAMES HENRY

Experto en paraísos fiscales

Cree que el periodismo de investigación puede destapar la evasión fiscal

“Abolimos la esclavitud. Podemos acabar con los paraísos fiscales”


James Henry, experto en paraísos fiscales, economista sénior de la ONG Tax Justice Network, ex economista jefe de la consultora McKinsey y profesor de la Universidad de Columbia, recibe a Alternativas Económicas en la sede del Harvard Club de Nueva York. Rodeado de profesores y alumnos de élite, responde con opiniones contrarias a mucha gente que ha pasado por el mismo club, como el presidente norteamericano Barack Obama.

En todos los fraudes que vemos en los periódicos siempre hay detrás uno o va-rios paraísos fiscales. Sin estas jurisdicciones especiales, tendríamos unas sociedades mucho más limpias. ¿Por qué cuesta tanto cerrarlos?

Los paraísos fiscales son una super-estructura de un sistema global gobernado por algunos de los más grandes bancos y consultoras. Tienen clientes en todo el mundo, incluyendo los que quieren ocultar sus activos en el exterior. Clientes como Apple, Google, Microsoft, y también individuos, co-rruptos que sustraen dinero público, delincuentes… La industria de los paraísos es muy poderosa y opera bajo la superficie. Preferimos llamarlos “jurisdicciones secretas”, porque no es sólo una cuestión fiscal, sino de secreto.

¿Cuántos paraísos fiscales hay?

Tradicionalmente solía haber unas 15 jurisdicciones libres de impuestos, como Suiza, Mónaco, Panamá, Andorra… Estos son los más antiguos. Pero en la actualidad hay más de 80, por el aumento de la demanda del servicio. Ofrecen secreto financiero, o trusts [personas contratadas para firmar como dueños de una empresa y así ocultar el verdadero beneficiario]. Y, claro, la posibilidad de dejar allí activos de empresas, riqueza financiera, sin pagar impuestos.

Para propósitos tributarios, los ricos son personas fiscalmente de ningún lugar. Hay gente que puede tener apartamentos en Londres, en Ginebra, en la Costa Azul, en Nueva York y en Panamá. Esta gente arregla su vida de manera que, por ejemplo, no pasa más de 180 días en Estados Unidos. Si pasara más, tendría que pagar impuestos. Así, no los paga por beneficios, ni por operar en el mercado de capitales, ni sobre los intereses. Incluso los impuestos sobre inmuebles pueden reducirse mucho. Esta clase de persona usa la estructura de los paraísos fiscales. Vive prácticamente libre de impuestos. Es como en la Edad Media, en la que la gente común pagaba impuestos y los señores no.

FOTO: EDU BAYER

¿Es imposible terminar con ellos?

No. No creo que sea imposible. En muchos aspectos, las únicas causas por las que luchamos son causas imposibles. Lo que debe pasar es que la gente común se involucre y reciba información en estos asuntos, y tiene que darse cuenta de que es fundamental en una democracia que los impuestos sean justos. La gente poderosa está influyendo en la política porque puede gastar dinero en elecciones. Si los pobres y las clases medias están pagando todos los impuestos, eso no es una democracia.

Se han presentado muchas medidas contra los paraísos fiscales. Tax Justice Network tiene una lista de medidas concretas, pero no parece que se lleven a cabo de una manera correcta; que se acabe de una vez con los paraísos fiscales. ¿Qué podemos hacer como sociedad? Me refiero a algo realista, no simplemente protestas.

No se trata sólo de protestar. El periodismo de investigación tiene mucho que hacer en este asunto. Necesitamos, en primer lugar, saber lo que está pasando. En los últimos cinco años tenemos estallidos y más estallidos de escándalos de grandes compañías y personas ricas que escapan a los impuestos. Como en el escándalo del HSBC, donde se ven involucrados políticos, millonarios… Es sano tener estos escándalos.

¿Pueden muchos Falcianis hacer lo que no hacen los gobiernos?

En primer lugar, la gente tiene que conocer bien lo que es el sistema. Tenemos que hacer muchas investigaciones sobre lo que está pasando. Además, tenemos que presentar las denuncias. Lo mejor que ha pasado en los últimos diez años es que hemos pasado de una situación en la que nadie hablaba de justicia fiscal o de paraísos fiscales a una situación en la que la gente común ha comenzado a despertarse y a entender que esa situación de privilegio de gente extremadamente rica no es buena.

¿Qué pedir?

Hay peticiones específicas y prácticas que debemos hacer. Podemos, por ejemplo, pedir que se tase el 1% anual de los activos. Esto sumaría al menos 100.000 millones de euros al año, algo que podemos utilizar, por ejemplo, para combatir el cambio climático. Otra demanda básica es el intercambio de información entre autoridades de hacienda. La OCDE está trabajando en ello, pero falta mucho por hacer. Hay muchas medidas. Pensamos que hay cincuenta políticas para mejorarlo, todas ellas muy prácticas. Los informes de datos fiscales que Luxemburgo parece estar dispuesta a ofrecer darían muchos detalles. Pero ¡ojo!, debemos tener mucho cuidado cuando miramos hacia esta gente, porque en realidad ellos quieren que continúe el sistema tal cual es. Juegan con los detalles. Uno de los juegos podría acabarse con el Registro de los dueños beneficiarios, que implica decir quién es el dueño de qué compañía. Ahora mismo, éstas pueden tener dueños ficticios, abogados u otras empresas (trusts). Pero este registro apuntaría a la última persona que se beneficia de ellas.

¿Lo impondrán?

Pueden, si quieren. Es una demanda razonable. Pero los gobiernos siguen sin hacerlo. Están comprados por el capital. Tenemos que volver a empezar. En Estados Unidos hemos promovido la competencia entre países por el asunto tributario. Los países compiten para ver cuál es el que ofrece mejores condiciones fiscales para captar capital. Eso no hace a nadie más próspero.

 

¿Quién es?

Rodeado de la élite de intelectuales y catedráticos de Nueva York en el Harvard Club, James Henry (autor, entre otras cosas, del libro Banqueros de sangre) muestra su cara más humilde y una gran obsesión: acabar con los paraísos fiscales como sea. Aunque para entrar en el club hay que ser invitado y pasar por la observación de unos mayordomos en la puerta, el discurso de James rompe prejuicios. Prefiere el gasto comedido al despilfarro. El placer de las pequeñas cosas a la ambición. La equidad a la distancia. FOTO: EDU BAYER

 

¿Puede la realidad de los gobiernos, que con la crisis no tienen dinero para obras públicas, hacer que los ricos finalmente tengan que pagar impuestos?

El crecimiento económico de Europa y de Estados Unidos no es todavía estable. Muchos países aún están sufriendo. Así que este asunto de los paraísos fiscales va a continuar en el tintero.
Lo bueno de las crisis es que ayudan a que estas cosas salgan a la luz. Ahora sabemos que grandes bancos como JP Morgan, Chase, Santander, UBS, Credit Suisse, etcétera, tuvieron un papel muy importante en la crisis de las hipotecas. También fueron protagonistas en la crisis de deuda de los países pobres, y ahora, muchos han debido ser rescatados por los Estados. Las instituciones toman dinero del resto de nosotros mientras ayudan a los ricos a evadir impuestos. Pero los Estados realmente necesitan el dinero. Creo que tienen que admitir que las cosas no se hicieron bien. Sabemos qué pasó. ¿Qué es lo que va a pasar en el futuro? No lo sabemos.

¿Cuál es la diferencia entre evasión fiscal y elusión fiscal, que está permitida?

Esa es una de mis confusiones favoritas. En algunas áreas de la ley existe una línea muy difusa entre delito y comportamiento legal. En un homicidio, si pegas un tiro a alguien, incluso si se muere, puedes argumentar que no fue causado por ti, que no tenías la intención… hay diferentes niveles de culpabilidad. Hay muchas categorías de delito. Es difícil a veces distinguir la inocencia o la culpabilidad.

En cuestión de impuestos, el Internal Revenue Service (IRS), en Estados Unidos, tiene 700 páginas escritas de regulaciones para tributación corporativa. Pero la línea entre la evasión fiscal y la elusión va en función de cuánto quieres gastar en asesoría legal o contable.

¿Por ejemplo?

El caso de Luxemburgo [se refiere al LuxLeaks, prácticas de ingeniería fiscal que Luxemburgo autorizó a multinacionales para minimizar su pago de impuestos en Europa, y que luego fueron señaladas como evasión]. Empresas como Pricewaterhouse o KPNG dirían a sus clientes que la estructura financiera que iban a usar para evadir impuestos pasaría absolutamente el escrutinio legal, que, por otro lado, era absolutamente ilegal.

“La línea entre evasión y elusión fiscal va en función de cuánto gastarás en asesoría”

“La mayor parte de las veces las cuentas no son investigadas. No hay tiempo”

Estamos hablando de las posibilidades de que te cacen. La pregunta es: ¿Qué probabilidad es aceptable? Tú no darías un consejo a un cliente para que haga una jugada cuando hay un 50% de probabilidades de que encuentren que es ilegal si es investigado. Pricewaterhouse y KPNG aconsejaban a sus clientes para que desarrollaran estructuras legales de elusión de impuestos. Tenían el 20% de probabilidades de ser consideradas ile-gales si eran investigadas. Es elusión y no evasión si no te cazan en la trampa.

En este caso lo fueron.

La mayor parte de las veces las cuentas no son siquiera investigadas. Simplemente, las autoridades no tienen tanto tiempo para indagar. La línea entre legalidad e ilegalidad es de por sí muy compleja, y se le agrega el hecho de que no se investiga.

La salida sigue pareciendo difícil.

Los mayores países del mundo deberían ponerse de acuerdo para terminar con esto, como hicieron con la esclavitud. Puede pasar, si cambia la forma de pensar sobre los paraísos fiscales. Me explico: hoy no tenemos esclavitud en el mundo, ¿por qué? En el siglo XIX teníamos esclavitud, y un movimiento internacional de venta de esclavos. Llevó mucho tiempo, pero después de cierto punto llegamos a la conclusión de que el comportamiento que estábamos teniendo con los esclavos no era moral ni aceptable. También con el trabajo infantil. Impusimos la idea de que eso estaba mal. Abolimos la esclavitud. Podemos acabar con los paraísos fiscales.

Sí… y necesitamos muchas guerras y muertes…

Tenemos una historia en la que hemos hecho avances. Nuestra próxima gran batalla es extender estos derechos sobre todo a los países pobres, donde no se les respetan. Ha habido progresos. Es una lucha, podemos perder muchas batallas, pero hay que defender la justicia en asuntos impositivos.

PAGAN LOS POBRES El profesor opina que la deuda externa de los países pobres es inferior al dinero que evaden los ricos de esos países en el exterior, con la ayuda de los países ricos. FOTO: EDU BAYER

Es optimista…

No soy optimista. Es sólo que no me resigno.

¿Cuál es la relación entre la crisis de las hipotecas basura y los paraísos fiscales?

Las jurisdicciones secretas. En el período de las subprime, los bancos estaban interesados en poner fin a los límites del endeudamiento, que debían pagar si tenían su dinero en su país. Querían poder tener más endeudamiento en relación con el capital. Por eso, usaban compañías en paraísos fiscales para evadir la regulación a la que estarían sometidos. En paraísos fiscales como las Islas Caimán existían vehículos especiales para asumir los seguros de las hipotecas. Estas entidades no iban a poner límites al endeudamiento. No encontrarías allí empresas norteamericanas ganando dinero. Básicamente, lo que encontrarías en los paraísos fiscales sería regulación débil. Esto contribuyó a la crisis de las hipotecas. No fue fundamental. Fue sólo un aspecto de la crisis financiera. Los paraísos fiscales fueron el hogar donde se albergaba el dinero.

Usted ha hecho investigaciones sobre los paraísos fiscales. ¿Cuál es la cantidad de dinero negro que ha calculado que hay?

En 2010, al final del año, calculamos que había entre 21 y 23 billones de dólares. Eso ha ido creciendo a un ritmo del 15% anual. Una tercera parte de esto viene de países pobres; el resto, de los países ricos como España. Pero es más fácil hacer una estimación de países en el mundo pobre que en los países ricos, por la manera en que los datos están organizados. El Banco Mundial publica datos detallados por cada país en desarrollo, su deuda externa y sus fuentes de dinero exterior en los ingresos. Pero en el caso de Europa es mucho más difícil obtener información detallada sobre las transferencias internacionales.

¿Por qué cree que justo ahora, sólo hace unos meses, salió la información sobre el HSBC, junto al Centre for Investigative Journalism?

Creo que Falciani estaba trabajando en ello. Dejó el HSBC en 2007, anduvo escondido por Francia, España… Luego, hubo esta gran controversia sobre por qué la información de Falciani no fue obtenida por el departamento de Justicia de Estados Unidos.

En 2012, el HSBC fue sancionado por lavado de dinero del cartel mexicano, por haber tenido dinero de Irán y esas cosas, pero no sobre la cuestión de impuestos, a pesar de que tenían la información de Falciani desde 2010. No sé por qué les llevó tanto tiempo. Creo que debería haber salido a la luz mucho antes.

¿Llamaría a países como Suiza u otros paraísos fiscales “países democráticos”?

La democracia nació en Grecia. Cuando se llamaba democracia era un gran imperio. Las mujeres no podían votar… Lo que quiero decir es que históricamente ha habido mucha hipocresía cuando se habla de democracia. En Estados Unidos y en Europa hay muchos aspectos críticos. Tenemos un sistema que no representa a la gente que está afectada por nuestras decisiones. En ese sentido, no son democráticos. Muchas decisiones que tomamos aquí en Estados Unidos sobre política económica afectan a países en América Latina. Ellos no son consultados cuando decidimos cómo recoger impuestos de los residentes ricos de sus países. No tenemos que ir hacia atrás, pero nuestras democracias están muy lejos de ser llamadas democracias globales y funcionales.

 

ESTADOS UNIDOS

“Nadie fue a la cárcel”

¿Qué piensa de la actitud de Obama? ¿Está haciendo realmente algo? 

Obama causó mucho desencanto en este asunto. En primer lugar, la gente a la que llevó a su Gobierno eran banqueros. Su secretario del Tesoro era del Citibank. El consejero legal del Internal Revenue Service (IRS), un representante registrado de la banca suiza. Se hizo algo contra UBS y la banca suiza, pero nadie fue a la cárcel, se dieron muy pocos nombres de clientes, las penalizaciones fueron una parte muy pequeña de los flujos de caja, y llegaron muy tarde. En mayo de 2014, Credit Suisse se declaró culpable de ayudar a norteamericanos ricos a evadir impuestos. Pero lo que no se dijo es que 2.600 millones de dólares de multa, que es lo que le impusieron, era una parte muy pequeña de sus beneficios. 

¿Y en política hizo algo? 

Realmente no fueron contundentes. No firmaron por el Registro de dueños beneficiarios. Estuvieron de acuerdo en el informe país por país (que obliga a las multinacionales a efectuar informes contables en los países en los que opera), pero no se hará público. Periodistas de a pie no podrán acceder a la información, y lo necesitamos para saber cuáles son los juegos que juega esta gente. Obama firmó para que se hiciera un intercambio de la información automático entre países, pero es que si no tienes el registro de dueños beneficiarios, no sirve para nada.

 

DEUDA Y PARAÍSOS

“Los países pobres son dadores netos de los ricos”

Los países pobres son los más afectados por la sustracción de riqueza hacia los paraísos fiscales. Necesitan el dinero, pero ¿no hacen nada para conseguirlo?

Algunos países en particular han hecho lo que ellos llaman auditorías de deuda. La situación es extraña porque estos países endeudados son en realidad dadores netos de crédito a los países ricos. Tienen más riqueza fuera, comparada con la deuda externa. En un lugar como México, la riqueza privada de la clase más pudiente es mucho más elevada que la deuda externa. No es realmente un problema de deuda, es un problema de impuestos. México es un emisor de dinero neto hacia los países ricos. La riqueza se queda en Estados Unidos o en Europa.

¿Ha hecho algo contra esto gente como Rafael Correa, que ha dicho luchar contra el expolio?

Ecuador, en particular, ha hecho una auditoría de deuda. Pero donde necesitan nuestra ayuda es en la recaudación fiscal de los activos en el exterior. Obama, en Estados Unidos, ha perseguido a UBS y a Credit Suisse por ocultar a los estadounidenses que estaban evadiendo impuestos. Pero al mismo tiempo, los bancos norteamericanos continúan recibiendo depósitos de ricos mexicanos, brasileños y de otros lugares. No ayudan a México o a cualquiera de esos países a poder recoger sus propios impuestos. Hay mucha hipocresía. Los bancos norteamericanos no van a dejar escapar su negocio. Las leyes fiscales de Estados Unidos han sido diseñadas para atraer los capitales, así que si eres mexicano rico, puedes poner tu dinero en un banco estadounidense y no pagas impuestos.