"El ‘boom’ de las hipotecas fue una estafa masiva" // Ada Colau
Entrevista
Ada Colau
Portavoz de la plataforma de afectados por la hipoteca
La activista que ha perforado el debate oficial sostiene que sin dación en pago no se saldrá de la crisis.
"El ‘boom’ de las hipotecas fue una estafa masiva"
De repente, ustedes se han situado en el centro del debate en España. ¿Cómo lo lleva?
Lo de los medios es muy efímero siempre, pero es una muestra del éxito de la plataforma. También ha sido incómodo: cuando los dirigentes del PP se dieron cuenta de que sus propios votantes estaban más de acuerdo con nosotros que con ellos, y viendo que la presión de las entidades financieras les impedía hacer concesiones, iniciaron un acoso y derribo que incluye cosas tan increíbles como llamarnos terroristas y nazis.
Han marcado la agenda. ¿Pero ha servido de algo en la práctica?
¡Por supuesto! No medimos el éxito de la forma en que lo hace la política institucional. En tal caso, nunca hubiéramos empezado con la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) porque sus posibilidades eran nulas. Pero la campaña de concienciación ha sido extraordinaria, se ha desbaratado el relato de una crisis sin culpables, hemos tejido alianzas y el PP se vio forzado a tramitar la ILP pese a la mayoría absoluta. Se ha demostrado que la presión social puede llegar mucho más lejos de lo que se suele decir: si nos juntamos, podemos derrotar a Goliat.
¿Pero hay avances para los desahuciados?
Todos los avances de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) son avances para las víctimas. El más importante es que mucha gente ha encontrado un espacio en el que ya no vive su drama particular con vergüenza, sino que se ha juntado con otros en su misma situación y ha comprobado lo mucho que se puede hacer: hemos parado más de 600 desahucios, hemos renegociado centenares de daciones en pago y alquileres sociales, hay ayudas y servicios nuevos a nivel municipal y autonómico… También hemos logrado cambios legislativos que no resuelven la situación, pero que son importantes: cuando empezamos, los bancos se adjudicaban los pisos de los desahuciados en subastas por el 50% del precio de tasación. El PSOE lo subió al 60% y ahora el PP al 70%.
Pero no se ha logrado la dación en pago, su bandera más emblemática.
Acabaremos consiguiéndola porque de lo contrario no será posible salir de la crisis. El sistema es completamente contraproducente desde una perspectiva económica, con decenas de miles de personas expulsadas como consumidoras para toda la vida y acreedores con deudas que jamás podrán cobrar. Es absurdo. Pero, además, hoy hay muchas más daciones en pago que antes gracias a la presión social. Hemos descubierto que los bancos tienen mucho poder, pero dependen de su imagen, y cuando hemos dañado su imagen, hemos conseguido más daciones en pago.
Ello demostraría que ya existe la figura perfectamente regulada en la legislación, no?
Ya está regulada, sí, pero es voluntaria y nunca se informó a la gente, que firmó contratos con engaño y estafa. Ahí reside el problema: se ocultó lo que les podía pasar. Si se lo hubieran contado, no habrían firmado.
A nadie se le obligó a firmar.
Pero el ambiente generado por las propias autoridades te empujaba a hipotecarte, y hubo engaño masivo. ¿Le parece poco? El no conocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, pero es inaceptable que para acceder a un bien de primera necesidad se exija a los ciudadanos una cátedra en Derecho. Ni siquiera en la letra pequeña se decía que si la subasta queda desierta, el banco podía adjudicarse el piso al 50% de su valor. Solo constaba el valor de tasación que va a subasta, que coincidía con el de compra, con lo que la apariencia era que saldaba la deuda. El engaño era manifiesto.
¿Quién es? |
Esta barcelonesa de 39 años, que vive con su pareja y su hijo de dos años, es portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), pero en realidad es mucho más: se ha erigido en el símbolo de la contestación en la calle a las políticas ortodoxas de austeridad que priman el rescate del sector financiero con enormes costes para los ciudadanos. Formada en filosofía en la Universidad de Barcelona, lleva más de una década a pie de calle, vinculada a distintos movimientos sociales y al Observatori DESC, que combina la investigación académica con el activismo. |
¿Por qué insisten tanto en la dación en pago, con la que al fin y al cabo la gente pierde su casa? ¿No sería mejor una quita?
Pero no se ha logrado la dación en pago, su bandera más emblemática.
Acabaremos consiguiéndola porque de lo contrario no será posible salir de la crisis. El sistema es completamente contraproducente desde una perspectiva económica, con decenas de miles de personas expulsadas como consumidoras para toda la vida y acreedores con deudas que jamás podrán cobrar. Es absurdo. Pero, además, hoy hay muchas más daciones en pago que antes gracias a la presión social. Hemos descubierto que los bancos tienen mucho poder, pero dependen de su imagen, y cuando hemos dañado su imagen, hemos conseguido más daciones en pago.
Ello demostraría que ya existe la figura perfectamente regulada en la legislación, no?
Ya está regulada, sí, pero es voluntaria y nunca se informó a la gente, que firmó contratos con engaño y estafa. Ahí reside el problema: se ocultó lo que les podía pasar. Si se lo hubieran contado, no habrían firmado.
A nadie se le obligó a firmar.
Pero el ambiente generado por las propias autoridades te empujaba a hipotecarte, y hubo engaño masivo. ¿Le parece poco? El no conocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, pero es inaceptable que para acceder a un bien de primera necesidad se exija a los ciudadanos una cátedra en Derecho. Ni siquiera en la letra pequeña se decía que si la subasta queda desierta, el banco podía adjudicarse el piso al 50% de su valor. Solo constaba el valor de tasación que va a subasta, que coincidía con el de compra, con lo que la apariencia era que saldaba la deuda. El engaño era manifiesto.
“Ya sabemos que la dación en pago no es ningún chollo, sino una medida de mínimos”
La banca dice que la generalización de la dación en pago llevaría a la quiebra. ¿Le preocupa que quiebre la banca?
La banca ya está quebrada. La están rescatando con nuestro dinero, y a muchos pequeños negocios nadie los rescata a pesar de ser más necesarios para la economía productiva de este país que entidades financieras cuya mala gestión ha hundido la economía. Lo increíble es que se les ha rescatado sin pedirles contrapartidas sociales.
¿No le preocupa que quiebren los bancos?
A algunos habría que dejarlos caer. Pero en cualquier caso la dación en pago de las familias nunca sería el factor definitivo de la quiebra. Otra cosa es la dación en pago masiva que ya se ha hecho a los promotores inmobiliarios, que son los auténticos morosos, con solares que no valen nada, edificios a medio construir y urbanizaciones fantasma, y nadie señala responsabilidades. En cambio, cuando se habla de dar una segunda oportunidad a las familias, cuyos pisos sí suelen tener valor, parece que lo que se pone en cuestión es el Estado de derecho.
Pero la dación en pago sí aumentaría el precio de las hipotecas.
Es probable, pero bajaría el precio de la vivienda, con lo cual todos saldríamos ganando. Obligaría al banco a ser responsable en la concesión del crédito y en la tasación. Debería ser mucho más prudente y objetivo: ya no calcularía la hipoteca en la capacidad máxima de endeudamiento, sino en función de las posibilidades razonables de que se devuelva. Bajaría el precio. Pero lo que necesitamos ahora no son más hipotecas: tiene muy poco sentido con seis millones de parados, ¿no? Lo que necesitamos ahora es reconvertir el parque de viviendas hacia el alquiler u otras formas de tenencia, como cooperativas en régimen de cesión de usos.
La mayoría de ciudadanos aspira a tener su propia casa. ¿Deberían renunciar a ello?
Aspirar a disponer de una vivienda estable es un derecho muy legítimo: es necesario un espacio propio para desarrollarse personal y familiarmente. Pero la propiedad privada, que no demonizamos, no puede ser el único medio para alcanzarla. Naciones Unidas tiene muy estudiado en qué consiste una vivienda digna y adecuada, que debe incluir la estabilidad y la seguridad en la tenencia. Para mí, una de las fórmulas más interesantes son las cooperativas de gestión de uso.
¿En qué consisten?
Es una práctica muy extendida en el norte de Europa y en América Latina, y funcionan muy bien. El objetivo es dar vivienda estable y segura a los socios de la cooperativa y no los beneficios, con lo que los precios son más bajos. Con una cuota mensual, equivalente a un alquiler bajo, las personas acceden a su vivienda para toda la vida e incluso pueden ceder el derecho a sus hijos. Pero no puede especular porque la propiedad es de la cooperativa. Puedes irte cuando quieras vendiendo tu parcela a la misma cooperativa.
¿Y por qué no cuaja aquí?
Todo son pegas porque ninguna política pública lo impulsa y la fiscalidad solo beneficia a la propiedad privada. ¿De dónde sale el capital inicial si las entidades financieras no lo dan? Esperemos que el desarrollo de la banca ética lo impulse. Experiencias como Sostre Cívic van por ahí.
Las autoridades están aportando cifras que rebajarían el drama de la vivienda en España. Subrayan que lo de 400.000 desahucios es una manipulación porque incluye segundas residencias, negocios, etc.
Es vergonzoso que los que deberían aportar información y no lo han hecho critiquen a los que acuden a los únicos datos oficiales disponibles. Hasta hace poco, los únicos datos que el Estado proporcionaba eran los del Poder Judicial, que es el que da 400.000 ejecuciones hipotecarias. El Estado ni siquiera ha intentado saber cuántas eran primeras residencias. Es una cifra necesariamente a la baja porque no incluye los concursos, que es donde acaban las promociones inmobiliarias fallidas. Posteriormente, los registradores de la propiedad han calculado que solo en 2012 hubo 40.000 desahucios de primera vivienda. Es brutal: más de 100 al día, uno cada cuarto de hora. Ningún país que quiera llamarse del Primer Mundo puede soportar unas cifras así sin decretar una moratoria inmediata.
FOTO:ANDREA BOSCH
El Banco de España ha rebajado estas cifras.
Su actitud es inmoral. Durante toda la burbuja actuó como patronal bancaria y no como regulador público y han pasado cinco años antes de que aporte alguna información sobre desahucios. ¡Nada! Cuando lo hace pretende minimizar un drama brutal con cifras de la propia banca sin transparencia.
¿Se arrepiente de haber llamado criminal a un experto de la patronal bancaria en el Congreso?
En absoluto. Creo que fui muy precisa y rigurosa; incluso prudente.
¿Cree que es aplicable al conjunto del sector?
A los trabajadores, no, pero al conjunto de los directivos y a la patronal bancaria, sí. Se les puede llamar criminales por muchos motivos: estafa, desahucios sin piedad de familias con enfermos, niños o personas mayores; chantaje al país entero amenazando con hundir la economía si no se les obedece... Criminales es poco: podría hablarse de organización mafiosa.
Cuando pasan de V de Vivienda, que luchaba contra los precios de los pisos en el boom, a la PAH es ya fruto de una reflexión que concluye que el gran problema no son los precios, sino los desahucios. ¿Cómo lograron adelantarse a lo que los expertos de referencia no veían?
Lo que hay que preguntarse es si los expertos no lo veían o si mentían. ¿Cómo es posible que la ciudadanía viera lo que sucedía, mientras que todas las administraciones públicas, medios de comunicación, catedráticos y el sector inmobiliario-financiero con todo su séquito de expertos no? Hay excepciones, pero pocas. Lo más increíble es que sigan considerándose expertos de referencia a muchos de los que han estado mintiéndonos y estafando durante años.
“A algunos directivos se le puede llamar criminales; actúan como una mafia”
“Habría que explorar las cooperativas de gestión de uso como vía de acceso a la vivienda”
Usted fue portavoz a principios de la década de 2000 de plataformas antiglobalización, y la delegación del Gobierno en Barcelona visitaba entonces las redacciones de los grandes medios con una advertencia: “Cuidado, que parecen muy simpáticos, pero hay ETA por ahí”. Y ahora, de nuevo sale el asunto de ETA.
Desconocía lo de la delegación del Gobierno en Barcelona, pero es un recurso viejo, cada vez con menos credibilidad, y ahora que no hay atentados resulta patético. Ya solo faltaba que el ministro del Interior relacionara el aborto con ETA para completar el esperpento. ¡También nos han llamado nazis! La Asociación de Víctimas del Terrorismo pidió la dimisión inmediata de [la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina] Cifuentes y las víctimas del nazismo, de [la secretaria general del PP, María Dolores de] Cospedal. La gente nos conoce desde hace años y sabe que no solo no hemos utilizado la violencia, sino que la hemos evitado. Nos llega gente desesperada diciendo que va a poner una bomba, fruto de la impotencia ante situaciones brutales. Lo que hacemos es canalizarla hacia propuestas y búsqueda de soluciones.
¿La PAH es en el fondo hija del movimiento antiglobalización?
Con este movimiento empezó el ciclo de campañas ciudadanas que expresan esa intuición que luego se verifica de la falsa democracia: hay una democracia formal, pero en realidad gobiernan poderes económicos desde la sombra y sin pasar por las urnas, con falta de transparencia y sin participación ciudadana. Las campañas antiglobalización lo pusieron de manifiesto y buscaron articulaciones nuevas sin pasar por las organizaciones clásicas, más vinculadas al pasado y que demasiado a menudo entran en el juego. Estos ejes han ido saliendo desde entonces en muchos otros movimientos.
¿Y el 15M?
Es coherente con este ciclo. En nuestro caso, la PAH procede de V de Vivienda, claramente pre-15M: ahí se dan muchos elementos que cristalizaron después. El salto hacia la PAH tiene que ver sobre todo con la percepción de que la frescura sirve para movilizarse y colocar el tema en la agenda política. Pero que luego se necesita una organización –que no quiere decir clásica y vertical- con objetivos concretos a corto, medio y largo plazo. De lo contrario, todo el capital acumulado corre el riesgo de diluirse.
Política electoral
“El motor del cambio no vendrá de ningún Parlamento”
¿Cómo se define ideológicamente?
Las etiquetas sin matices no creo que sean útiles. Pero si se trata de elegir una, sería la de demócrata radical y defensora de derechos humanos.
¿Le parece que existen diferencias entre el PP y el PSOE?
En derechos y libertades civiles, sí. En materia económica, no y en formas de hacer política, tampoco demasiadas.
¿Ha militado en algún partido?
Nunca.
Ha tenido propuestas para incorporarse a listas de ICV y CUP y su nombre se repite cuando se habla de proyectos nuevos. ¿Descarta dar el paso?
No tengo ninguna vocación de hacer carrera política personal. Se está demostrando que los grandes cambios vienen más de fuera de los parlamentos y de los partidos, y creo que en algún momento habrá que abordar qué hacer ante la política institucional, pero deberá ser la última fase de una reflexión colectiva. Descarto completamente una decisión individual.
¿Le ilusionaría una fórmula como la de Syriza en Grecia?
No la conozco con detalle, pero aquí también hay efervescencia de proyectos. Pero lo relevante sería cambiar la dinámica de la vieja política desde el principio. Todo lo que empiece como una negociación entre cúpulas sobre puestos en listas va a ir mal. El asunto electoral solo puede ser la última fase.
¿No cree que desde el Parlamento tendría más posibilidades de empujar en esa dirección?
No. Ojalá algún partido inteligente lo anteponga a su actividad parlamentaria. Pero el motor no va a venir de ningún Parlamento y hace tiempo que se ve.
‘Escraches’
“Hemos abierto un debate sobre la democracia”
¿No teme que con los escraches pierdan el caudal de simpatía acumulado?
No. Creemos que la gente ha cubierto la gran manipulación del PP. La campaña ha sido un éxito. Fue una respuesta a una situación increíble, en la que el partido del Gobierno, consciente del gran apoyo popular que tienen nuestras propuestas, intentó hacer ver hasta que compartimos los planteamientos, y nos propusieron cosas tan rocambolescas como que pusiéramos nuestro título a su texto. Luego ni siquiera contestaron a la invitación de reunirse con afectados.
¿Qué han conseguido los escraches?
Han propiciado un debate sobre la democracia. ¿Democracia es votar cada cuatro años y ya está? Llevábamos propuestas avaladas por 1,5 millones de firmas y el apoyo de más del 80% en las encuestas. Las rechazan diputados elegidos en listas cerradas que votan lo que les dice el líder. El escrache ha permitido individualizar en diputados concretos sobre la responsabilidad en decisiones que afectan a miles de personas.
¿Y si es la extrema derecha empieza a escrachar?
Ha quedado muy claro que lo nuestro no era violento ni agresivo. Si se hace con violencia es obvio que no tiene nada que ver con lo que hicimos.