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“Los gobiernos están controlados por los bancos” // James Galbraith

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Julio 2014 / 16
Foto artículo: “Los gobiernos están controlados por los bancos” // James Galbraith

James Galbraith

Director del University of Texas Inequality Project

El economista alerta de que desigualdad e inestabilidad acaban yendo juntas

“Los gobiernos están controlados por los bancos”

 

Desayuna a deshora, en la terraza del hotel, y presa todavía del jet lag. Está de paso por Barcelona, donde en mayo participó en la presentación del programa económico de ICV-EUiA con vistas al pasado 25M, basado en su Modesta proposición para resolver la crisis de la eurozona. James Galbraith la ha elaborado junto a los también economistas Stuart Holland y Yanis Varoufakis. Su mensaje esencial: hay alternativa.

¿Qué puede hacer un país con seis millones de parados si las cosas no cambian radicalmente en Berlín?

¿Por qué empezar planteando un imposible? Es necesario que las ideas que predominan en Berlín cambien.

Empecé por un imposible porque… ¿de veras cree que algo va a cambiar en breve?

En breve, es poco probable: Pero un paso importante que deben dar los países más afectados por la crisis es el de coordinar su posición e insistir, unidos, acordar parar y no seguir dejándose arrastrar más por la política económica actual, que les ha llevado a un desastre social y a un deterioro institucional.

FOTO: ANDREA BOSCH

 

El Gobierno afirma que la crisis ha sido un trance duro, que ya empieza a terminar.

Hemos asistido a cierta demostración de poder del señor Mario Draghi [presidente del Banco Central Europeo] para apagar el incendio especulativo concertado contra la deuda soberana de algunos países y el euro. Pero ese poder adolece de una seria limitación: no poder restablecer la viabilidad económica de esos países en crisis. No puede presentarse una cosa como equivalente a la otra. Es una afirmación falsa, y mucha gente en España lo vive en sus carnes.

¿Hemos pagado un precio demasiado elevado para salvar el euro?

La alternativa de no salvarlo es incontrolada, el caos.

Mucha gente, también en la izquierda, empieza a pensar que tal vez no haya alternativa a una salida del euro.

Creo que todavía puede y debe evitarse. Puedo entender que algunas personas lo deseen, pero precisamente por ello es urgente poner sobre la mesa un paquete de medidas alternativas que mejoren la situación. La polarización llega un punto en el que se vuelve, tarde o temprano, irreversible, y el proyecto empieza a romperse. Y es difícil saber en qué momento empieza a romperse.

Tal vez influya que España ha sufrido más un aumento de la desigualdad.

Puede darse un vuelco en la desigualdad. Me disgusta la idea de que la desigualdad es un elemento inexorable del sistema capitalista: no tiene ningún sentido. La realidad es que las economías en las que vivimos tuvieron en el último siglo instrumentos efectivos para mantener la desigualdad bajo control. Las instituciones del Estado de bienestar funcionaron, y muy bien. Si en los últimos treinta años han aumentado las desigualdades es porque esos instrumentos se han debilitado. Si los reforzamos, podemos volver a poner la desigualdad bajo control. No hay misterio sobre cómo hacerlo. Se trata de sostener el empleo, los ingresos, las pensiones, la seguridad de una vivienda, disponer de seguros sociales, fijar estándares salariales mínimos, expandir el sector sin ánimo de lucro, impuestos sobre las herencias y propiedades…

“Predomina la idea de que bajar salarios atraerá inversión, pero ¿de quién y para qué?”

“Muchos pueden ganar algún dinero en negro,  no significa que tengan un buen empleo”

Cualquier plan social y alternativa a la austeridad, requiere solidaridad, dinero…

No debe darnos miedo pedir dinero. ¡Para eso está el dinero!

¿Y si la respuesta es no?

Entonces uno debe volver a pedirlo. Insistir. El foco de actuación pasa por la deuda de los Estados, la solidaridad social entre países y la necesidad de un plan de inversiones. Pero no hace falta inventarse algo radicalmente nuevo, como los Estados Unidos de Europa u otra transformación de la Constitución. Dentro del marco actual de la Unión Europea es posible dar pasos, tomar medidas prácticas, hacia la estabilización y la mejora de las condiciones sociales y económicas de los países en crisis.

¿Por ejemplo?

Esas medidas requieren de un cambio de ideas que muevan el centro de gravedad en los equilibrios de poder entre los países más afectados por la crisis y los acreedores. En las anteriores crisis de deuda vimos que en algún punto el acreedor, actuando en interés propio, acepta facilidades de pago del deudor. Lo vimos con EE UU y México, y otros en Latinoamérica a finales de los ochenta, cuando se aceptó una reestructuración razonable de la deuda. No es un cambio de ideología. Es sentido común.

¿La desigualdad frena o alienta el crecimiento?

Este asunto es para expertos en econometría y no me suscita gran interés. Para mí el crecimiento no es el principal objetivo de la política económica y social. La desigualdad debería controlarse por el bien del sistema político y social. El aumento de la desigualdad debe verse como un síntoma de inestabilidad. Suele ir asociado a las expansiones del crédito, que intrínsecamente son insostenibles. De un modo u otro, existe una relación estructural entre un crash y un incremento de la desigualdad.

¿Cómo hace esa conexión entre el sistema financiero y la mayor desigualdad?

Bueno, en cualquier sociedad los banqueros figuran entre las personas más ricas de la sociedad, y siempre les va muy bien cuando hay un boom crediticio. El incremento de la desigualdad va acompañado de un aumento en la proporción de los ingresos del sector financiero y en los sectores que no deberían recibir financiación del sector financiero. En los noventa fue la tecnología de la información, luego fue el desastre de las hipotecas. Pon todos los huevos en una única cesta y tendrás un colapso.

Pese a la crisis, los bancos no han reducido su poder. ¿Por qué?

El control de los bancos es una condición necesaria para tener un sistema político económico y social estable. Nadie, salvo los banqueros, puede pensar que es algo bueno que los bancos no deban estar bajo control, que deban ser más grandes y poderosos que los gobiernos.

Los primeros G20 posteriores a la crisis parecieron tomar conciencia del problema. ¿Qué ha ocurrido?

Cuando se espera demasiado, el momentum pasa, y los bancos pueden volver a recuperar su posición de poder.

Por qué es tan difícil controlar la banca?

¿Porque la banca controla a los gobiernos? ¿Porque funcionan como subsidiarias (filiales?) No se me ocurre otra idea.

¿Qué opina sobre la aplicación de un impuesto global a la banca?

Existen distintas capas de defensa de que el sistema financiero dispone para desactivar de las medidas destinadas a controlar su operativa de modo efectivo. Una tiene que ver con la de los mayores requisitos de capital, el colchón de reservas con que hacer frente a eventuales pérdidas. El problema es que la contabilidad que hay detrás tiene que ser honesta. A raíz de la crisis bancaria se ha descubierto que la contabilidad no es honesta, porque el capital no está ahí. Por ello, algunos sectores plantean que deben gravarse algunas transacciones financieras. Hay argumentos a favor, no necesariamente es algo malo. Pero algunos creen que un impuesto global resolvería todos los problemas de la banca. Y no. El Reino Unido tiene su tasa y eso no ha evitado que haya sido el máximo exponente del laissez faire financiero.

A la vez, Londres ha denunciado el nuevo impuesto europeo sobre transacciones.

Cierto, respecto del nuevo planteamiento que hay ahora. Lo que quería decir es que un impuesto no es una condición suficiente. Lo que importa es si tenemos una regulación efectiva sobre el comportamiento de la banca.

¿Quién es?

Arrastra el ser hijo del economista John Kenneth Galbraith, uno de los economistas más destacados del siglo XX, James Galbraith es también discípulo de John Maynard Keynes. Sus ideas y su forma de expresarlas le convierten en la heterodoxia y la irreverencia académicas personificadas. Se formó en Harvard. Se doctoró en Yale. El estudio de la desigualdad le quita el sueño, desde la University of Texas Inequality Project (UTIP). Teorizó cómo sectores enteros de la economía se han forrado con negocios propios de los organismos públicos. 

 

¿En qué se ve que no la tenemos?

Un banco gigante, el HSBC, estuvo implicado en el lavado de centenares de miles de dólares procedentes del narcotráfico mexicano en Estados Unidos, y se llegó a un trato: se pagó una multa y ni un solo directivo fue declarado responsable. Si a mí me vincularan con una pequeñísima suma de los narcos, habría acabado en una celda muy poco confortable en el Estado de Texas durante un largo período de tiempo. Si dejas exento a todo un sector de las leyes y códigos de conducta ordinarios, ¿cómo va a confiar la gente en el sistema?

El FMI opina que España es el país con mayor riesgo de deflación. El Gobierno dice que incluso puede ser buena. ¿Nos ronda una amenaza?

Una deflación generalizada siempre es muy mala para los ciudadanos. Llevaría rápidamente hacia una depresión aún más profunda. Pero el problema que tengo con eso de si estamos ante una caída generalizada de los precios es que España está ya en una depresión. Así que las cosas se pueden poner arriesgadas si hay un descenso general de los precios, si se ignora que la tasa de paro es del 26% y la del paro juvenil supera el 55%. La mitad de la próxima generación no tiene ninguna perspectiva de empleo y resulta que el problema es que los precios puedan seguir bajando… ¿perdón?

En todo caso se supone que ganamos competitividad por la vía de reducción de salarios.

¡Pues buena suerte! Existe la idea de que los inversores son muy flexibles y conducen el dinero hacia donde el trabajo es más barato. Pero puede ocurrir lo contrario. Los de elevados salarios en la economía mundial son los que atraen las inversiones importantes. Veamos qué ocurre en el sector tecnológico: se paga bien. California es un estado de EE UU que ha introducido un salario mínimo más alto: 10 dólares la hora, y es posible que vuelva a subir, a 13.

"Predomina la idea de que bajar salarios atraerá inversión, pero ¿de quién y para qué?

"Muchos pueden ganar algún dinero en negro, no significa que tengan un buen empleo"

El mensaje que solemos recibir es el de que si subimos los salarios, subirá el paro.

La idea que predomina es la de que una reducción de salarios atraerá inversiones. ¿Pero qué inversiones? ¿De qué industrias? ¿Para hacer qué? ¿Serán sostenibles? Si generamos un sistema en el que la escuela no tenga buena reputación, los transportes públicos no funcionen, la sanidad no se mantenga, donde no se ayude a quien más lo necesite, ¿de verdad se espera que los sectores del futuro inviertan en él? Cualquier estrategia salarial debe pasar por reforzar los ingresos de las personas más vulnerables. Entonces, estas gastan el dinero y ayudan a activar la economía.

Muchos economistas repiten ahora que debemos reindustrializar el país. ¿Tiene sentido esta idea en Europa, con la economía globalizada, compitiendo con economías emergentes? Los empleos del futuro no vendrán de los servicios?

Plantea dos cosas distintas. Una es el plus que la industria da a un país, y uno debe tener un faro que guíe qué línea estratégica tiene que seguirse, un plan. Otro asunto es de dónde vendrá mayoritariamente el empleo. Los sectores industriales operarán cada vez con menos personal, debido a las tecnologías de la información. Pero a la vez dejan a más gente disponible para hacer otra cosa, y seguramente será en servicios: ocupándose de personas mayores, educando a los jóvenes, enriqueciendo la vida cultural. Y si las instituciones no están ahí para permitirlo, estará en el paro.

La patronal de empresarios cree que no es cierto que tengamos tanto paro, debido a la economía sumergida.

Es obvio que mucha gente puede ganarse algún dinero con la economía informal, pero no es lo mismo que tener un buen empleo. No significa que tenga una buena vida.

¿Qué opina de la unión bancaria tal como se está construyendo?

La clave es separar el problema de los bancos tóxicos e insolventes de los Estados. No creo que la unión bancaria que se está construyendo resuelva eso. Se construye sobre la base de preservar la impresión entre los votantes de países como Alemania de que no se les hará responsables de situaciones de las que no pueden escapar de ser responsables. O Alemania asume la responsabilidad de reorganizar el sector bancario, o al final sufrirá el colapso de la eurozona.

¿Ve conflicto de intereses en el BCE? Decide la política monetaria, estabiliza el sistema financiero, supervisa la banca…

Veamos la experiencia en EE UU con la Reserva Federal. Es una institución muy orientada a los intereses de los mayores bancos, de modo que tener el FDIC, corporación federal de depósitos bancarios, como institución separada, independiente, ha sido algo positivo... salvo que este organismo ha perdido terreno. La respuesta habría sido más efectiva si se hubiera dado autorización a la FDIC sobre los grandes bancos.

¿Espera sorpresas en los tests de estrés a la banca europea?

Hay que estudiar a fondo el asunto para emitir un juicio. Sí sé que quien mire con atención el proceso de examen a la banca europea será consciente de que no es transparente. Hay muchos modos de hacer que los resultados sean los que desean las autoridades, y también muchos de interpretar los resultados.

¿Entonces...?

Los tests de estrés en EE UU despejaron sobre todo cualquier duda sobre el hecho de que el Gobierno respaldaría a los bancos. No caerían, podías poner tu dinero ahí. Se convirtieron en bancos chinos, de facto dependientes del Estado. Fue una solución, para mí no del modo correcto, pero una solución. Tras la caida de Lehman Brothers, banco que se creía que estaba muy capitalizado hasta pocos días antes quebrar, hemos visto que la verdadera exposición al riesgo no se descubre hasta que ocurre algo gordo. ¿Qué podría actuar como detonante? Muchas cosas. Y una de las que me vienen a la cabeza es la parálisis en la política europea. Un cambio de política depende de si los votantes de los países en crisis están dispuestos a aguantar mucha presión.

 

Desigualdad

“El libro de Pikkety es inmaduro”

¿Por qué está tan enfadado con el libro El capitalismo del siglo XXI, de Thomas Piketty? Usted también ha investigado mucho sobre la desigualdad. A lo mejor sintió que se metió en su terreno...

Es cierto que me siento cómodo opinando sobre la desigualdad. Donde tenemos diferencias importantes es respecto hacia dónde nos conduce este asunto. También diferimos sobre cuestiones relacionadas con la teoría económica, que serían largas de... Se me pidió que hiciera una reseña de su libro. Lo hice, y no me impresionó tanto como a tantos. Preparé mi reseña antes del actual tsunami de adulación, así que no fue una reacción contra él. Solo di mi opinión sobre la debilidad de sus argumentos. En cuanto a las consecuencias políticas del libro… es una obra fundamentalmente inmadura. Por un lado, esa inviolable viciosa naturaleza del capitalismo... Me choca porque no es cierta. Creo que en el último siglo, muchos países crearon sociedades mucho mejores que las del siglo XIX, con protección social, mejores sistemas educativos y preocupación medioambiental . Ahora, para resolver el problema no puedes limitarte a crear un impuesto global anual sobre la riqueza. No es más que una distracción respecto a la seria discusión política necesaria. El pesimismo es lo contrario de lo que se necesita. Necesitamos optimismo y un enfoque pragmático. En el marco actual pueden y deben hacerse muchas cosas: salarios mínimos, protección social, programas de inversión. Además, la contribución reciente de Pikketty sobre el debate europeo, se ha alineado con un grupo de intelectuales franceses y con el Glieneker Group. Ambos propugnan cosas similares en dos vectores: grandes cambios constitucionales que los votantes rechazarían y vastos cambios políticos para reforzar más la austeridad. El problema no es tanto dar legitimidad a la troika, sino su política errónea.

 

Poderes fácticos

“España ha realizado grandes contribuciones a la justicia”

¿El problema de esta crisis es que no hay un único culpable a quien señalar?

Por favor... ¡Hay cantidad de personas a las que se puede culpar!

Sí, pero tantas que la responsabilidad parece diluirse...

Estoy totalmente en desacuerdo con lo que dice. Fijémonos, por ejemplo, en el Departamento de Justicia de Estados Unidos, cuyo personal está conformado básicamente por abogados especialistas en grandes corporaciones que no creen que los delitos relacionados con esas grandes corporaciones deban ser castigados con enormes penas cuando actúan mal. Pues tenemos un problema. Final de la historia. España ha realizado grandes contribuciones en la justicia... Hemos visto cómo determinados magistrados han tomado decisiones difíciles, valientes, sin miedo.

Bueno, algunos jueces han acabado fatal.

Sí, sí, entiendo, claro. ¿Pero quién puede no admirar a Baltasar Garzón? Lo que quiero decir es que se crea un enorme problema cuando no se tienen jueces y fiscales generales que actúen de forma efectiva, que puedan manejarse en casos complicados cuando poderes fácticos importantes están envueltos en ellos.