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Falta camino por andar

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Febrero 2020 / 77

Supermercados: Los plásticos todavía envuelven innecesariamente frutas y verduras, y también otros productos. Falta voluntad de cambio.

Recogida de plásticos en  Guardamar del Segura (Alicante). FOTO: GREENPEACE

El nivel del mar subió en la última borrasca Gloria, que azotó la costa mediterránea hasta llegar a las calles en algún que otro pueblo. Y con el temporal, devolvió a las aceras cientos de los plásticos y las basuras que no se reciclan y que terminan cada año en el agua. 

Según Greenpeace, en España solo reciclamos el 25% de los plásticos y su mayoría va a parar a los ríos y al mar (hasta 12 millones de toneladas de plástico llegan a los mares cada año). Y la fuente principal de esos plásticos está en los grandes supermercados. Por eso, la organización trabaja con ellos en la reducción de los plásticos de un solo uso, y acaba de publicar el segundo Ranking de supermercados según su huella plástica, en la que se evalúan los compromisos contra el plástico en los ocho supermercados con más cuota de mercado del país.

Lamentablemente, en estos dos años de trabajo, la conclusión de Greenpeace es desalentadora: “Lentitud y falta de ambición”, resume la organización. “A día de hoy, ninguna de las marcas evaluadas (Eroski, Lidl, Alcampo, Aldi, El Corte Inglés, Día, Mercadona y Carrefour) ha integrado las 10 medidas de mejora solicitadas”.

“Nuestro trabajo con los supermercados empezó bastante antes, pero desde 2018 trabajamos directamente en los supermercados”, explica Alba García Rodríguez, responsable de la campaña de Plásticos de Greenpeace. “Les pedimos que cambiaran muchas cosas. Los plásticos y las bolsas en la fruta y verdura son lo más evidente, y para ello hicimos la campaña Desnuda la fruta. Muchos envoltorios no tienen función alguna. Es fácil de cambiar. Y a lo largo del último año, algunos supermercados fueron avanzando. Pero hay una barrera muy grande. Y a veces se trata simplemente de un asunto de voluntad. Entendemos que las frambuesas son delicadas, pero no tiene sentido que haya mallas de cebolla o de patatas. Se podrían vender perfectamente a granel. Y también están los productos de limpieza, los cereales, los arroces, la pasta, que pueden venderse de otra forma. Los supermercados no hacen nada de economía circular, de reutilización del sistema. Están acostumbrados a usar y tirar y ya está. No hay una responsabilidad sobre dónde van esos residuos y qué hace el supermercado al respecto. Yo, como consumidora, casi no tengo alternativas”.

 

CAMBIOS INSUFICIENTES

Greenpeace llama “poco valientes” a las medidas hasta ahora adoptadas como reducir el grosor de los envases para usar menos cantidad de plástico o sustituir los plásticos de un solo uso por envases biodegradables o compostables”, agrega García. “Incluso siendo biodegradables, estos también son de un solo uso y muchos pueden seguir conteniendo plásticos”, agrega. “Hay un punto verde, que significa que los productos pagan una tasa por envase, pero no es que sean 100% reciclables. Los bricks no son reciclables, por ejemplo. Lo más importante es reducir la cantidad de usar y tirar. Y por supuesto, lo que no se pueda, que debe ser lo último, hay que reciclarlo”. 

En esta lista, Eroski se mantiene a la cabeza de los cambios, por haber implementado las mejores medidas por ahora, como aumentar sus frescos a granel e introducir las mallas reusables, explican. “Aunque el compromiso más ambicioso lo ha presentado Alcampo al comprometerse a reducir el 30% de todos sus envases plásticos para 2025 y el 50% para 2030. Mercadona, Carrefour, DIA y El Corte Inglés siguen suspendiendo en esta clasificación, al no alcanzar ni la mitad de las metas establecidas”.

Reciclar no es suficiente. Lo mejor es reutilizar primero

Hay supermercados que ya proporcionan táperes 

Como se indica en el informe que acompaña la campaña, Supermercados, eliminad vuestro maldito plástico, a pesar de que “cada vez son más los datos científicos que señalan el daño irreversible que puede ocasionar el plástico al medio ambiente y a nuestras comunidades, está previsto que aumente su producción. De hecho, el plástico podría constituir el 20% del consumo total mundial de petróleo durante la próxima década, contribuyendo, además, a la crisis climática. Mientras tanto, empresas y supermercados caminan demasiado despacio hacia lo que podrían ser soluciones al problema. Al mismo tiempo, aunque el cambio de mentalidades se empieza a vislumbrar en la sociedad que demanda alternativas, figuras políticas y Gobiernos siguen inmóviles ante esta avalancha plástica, quedándose atrapados en el reciclaje y las falsas soluciones”.

 

PROPUESTAS

Algunos países como Francia han sacado adelante leyes que obligan a los supermercados a utilizar bolsas biodegradables, y es el próximo paso que se espera que suceda en España. La legislación española ya prevé que en un año no haya más bolsas de plástico, ni en la fruta y verdura ni en la caja. Pero esto, según Greenpeace, no es suficiente, porque los requisitos para certificar estas bolsas no incluyen que no lleven plásticos en absoluto. “El problema de las bolsas biodegradables, agrega García Rodríguez, es que se descomponen a unos 70 grados, y en mucho tiempo. En diferentes pruebas en las que las utilizaban para compost industrial no les resultaba. Y aunque fuesen 100% vegetales, normalmente salen de tierras de cultivo y al final proceden de agricultura intensiva en países lejanos, con lo que tiene una huella de carbono bastante importante. Hay bolsas reutilizables de mil tipos. ¿Por qué utilizar una bolsa aunque sea biodegradable, cuando puedes reutilizar? La producción de la bolsa también tiene un impacto”.

 

LO POSITIVO

Sí que ha habido algunos avances de dos años hacia aquí, por la conciencia que existe en la sociedad general, cada vez más, sobre los problemas medioambientales. Por ejemplo, las mallas reutilizables en fruta y verdura ya son una opción. Es un pequeño paso, antes inexistente. En Carrefour, Alcampo y Eroski se puede ir con la propia fiambrera, si está limpia, para poner allí carne, embutidos, queso y pescado. Y también se puede ir con propia bolsa reutilizable para llenarla de frutas y verduras.

Desde Greenpeace han publicado otro documento, El supermercado ideal, para guiar hacia los cambios pertinentes. Da opciones que ya están funcionando con éxito en otros países.

Hay supermercados y cadenas de comida rápida que ya ofrecen envases reutilizables. En Suiza hay una empresa asociada a un gran supermercado, Coop, que en su sección de comida para llevar, da la posibilidad de llevarse el envase, y devolverlo para que se lave y se pueda volver a utilizar. Son envases que se llevan a casa a cambio de pagar un depósito, que tiene un coste económico básico, cercano a los cinco euros. Luego, se puede retornar el táper y la cadena devuelve el dinero. Una solución parecida se está implementando en los Países Bajos con los cafés para llevar. Esos envases no tienen por qué ser desechables.

 “Urgen medidas ambiciosas que cambien el rumbo de esta situación de forma drástica. De lo contrario, los supermercados seguirán participando en la destrucción de nuestro medio ambiente. Para frenar la contaminación por plásticos hace falta muchísimo más que cambiar las bolsas de caja o eliminar el envase de un par de frutas”, culmina García.

 

PARA SABER MÁS

Greenpeace invita a la ciudadanía a llamar a su supermercado para pedirle más avances, por lo que les facilitan el contacto público de cada marca: https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/consumismo/plasticos/ranking-de-supermercados-contra-el-plastico/