Cooperativa: un matrimonio de muchas personas
“El problema por el que fracasan muchas empresas de economía social es que la gente se casa con cualquiera”. Estas son palabras dichas por un profesor de economía social que podrían resonar en los oídos de muchas personas cooperativistas cuando se enfrentan a los problemas de la convivencia.
Porque el día a día de una cooperativa implica tal nivel de responsabilidad y compromiso que es como un matrimonio, pero de varias personas. Se comparte cada día. Y se tiene un hijo en común, que es el proyecto. Y hay que ponerse de acuerdo en cómo criarlo. Es el mayor problema que tienen las cooperativas, la descoordinación y desavenencias del equipo humano. Si no se tiene en cuenta esto, lo más probable es que el matrimonio acabe en divorcio.
“Nosotros tuvimos muchísimos problemas, muchísimas peleas”, cuenta en una entrevista con la revista Alternativas económicas Joan Lluís Jornet, uno de los socios fundadores del Col·lectiu Ronda, la cooperativa más grande de abogacía que existe desde la década de 1980. “A veces pienso que si sobrevivimos en parte es gracias a que las reuniones muchas veces las hacíamos debajo...