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Cambiar la forma de vivir

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Marzo 2016 / 4

Muchos problemas medioambientales del planeta tienen su solución en las ciudades. Es decir, están en nuestras manos, y en las de los  gobiernos que deben impulsar medidas de fomento de un cambio.

Según datos de la ONU, las ciudades son las causantes del 70% de los gases que se emiten a la atmósfera. Buena parte de este problema tiene que ver con los coches y con las fábricas. Pero no sólo. También contribuyen a empeorar el clima el modo en que están construidas las viviendas, tanto por la arquitectura como por el tipo de construcción, el origen de las fuentes de calor, el uso inapropiado de la energía, el empleo de electrodomésticos de alto consumo, el tipo de tratamiento del agua, la cantidad de productos que usamos y tiramos casi sin pensar; el modo en que limpiamos nuestras casas, y la manera en que tiramos las basuras. Gran parte de los problemas del mundo se podrían resolver si se cambiara la forma en que vivimos en las ciudades por una más amable con el medio ambiente. No sólo es posible, sino que probablemente hasta podamos sentirnos un poco mejor.

En España, muchos problemas provienen de la construcción de las viviendas, que son muy antiguas o se han edificado sin criterios de cuidados medioambientales. Según el informe de ECODES y DKV Hogares saludables, edificios sostenibles, de 2015, los edificios representan el 40% del consumo de energía final de la UE. Además, da datos concretos de España: el 58% del parque de edificios fue construido antes de 1980; por tanto, sin ninguna exigencia energética (la primera normativa con contenidos de eficiencia energética es de 1979). Más de 5 millones de viviendas, un 20%, del total de 25 millones existentes, tienen más de 50 años de antigüedad. La conservación y rehabilitación de edificios se ha efectuado sobre todo para superar la ITE (Inspección Técnica de Edificios) o en situaciones de urgencia o necesidad. Pero un porcentaje muy elevado de viviendas se encuentra en deficiente estado de conservación.


EFECTO INVERNADERO

Además, hay en España 723.043 viviendas nuevas vacías (2013) y 3,4 millones de viviendas vacías en total. El sector residencial, junto con el comercial e institucional, representa el 22% de las emisiones difusas de gases de efecto invernadero, además de una parte de las emisiones indirectas por consumo eléctrico (que se encuentran dentro de las emisiones reguladas).

Por otro lado, en España no se rehabilitan muchas viviendas. Mientras que en Europa el 41% de la actividad del sector de la edificación corresponde a actuaciones de rehabilitación, en España la cifra sólo asciende al 28%.

Algunas ciudades de vanguardia apoyan con ayudas públicas las reformas que mejoren, por ejemplo, la eficiencia energética, además de que trabajan con entidades de investigación e innovación para desarrollar este tipo de energía. Pero son las menos, y la crisis ha supuesto que las subvenciones para rehabilitación bajaran, en general, bastante. 

El informe de ECODES también recuenta cuánto costaría y qué beneficios tendría a medio plazo un programa de rehabilitación de viviendas. “El Grupo de Trabajo de Rehabilitación de Conama (Congreso Nacional de Medio Ambiente) calcula que la reforma profunda de 10 millones de viviendas hasta 2050, para reducir su gasto de calefacción en un 80% y cubrir un 60% de sus necesidades de agua caliente, podría generar más de 150.000 empleos nuevos hasta ese año, con una inversión anual de entre 2.000 y 10.000 millones de euros de fondos públicos y privados y la rehabilitación de entre 250.000 y 450.000 viviendas principales al año”, indica el informe. “Esta inversión se vería compensada en un plazo adecuado por el ahorro energético, las emisiones de CO2 evitadas, los impuestos recaudados, la reducción del desempleo y la riqueza generada”.


ELECTRICIDAD

Cada vez hay más especialistas en el tema, pero los costes finales comportan que las familias, a la hora de rehabilitar, opten por lo más económico.

El tema energético es, sin embargo, crucial. La ONU prevé que las emisiones globales de gases de efecto invernadero se eleven en un 50%, principalmente debido al incremento del 70% en las emisiones de CO2 relacionadas con la generación de energía.

El desarrollo mundial y el crecimiento de las ciudades han incrementado el acceso a la electricidad para una importante parte de la población. El 80% ya tiene acceso a ella. La concentración de la población en ciudades ha ido aumentando en los últimos cuarenta años (ya en España, el 80% de la población vive en ciudades de más de 10.000 habitantes, el 20% más que en 1960). Y una gran mayoría no consumen fuentes de energía limpia.

Una inversión estatal en reforma energética podría generar empleo, ahorro y menos emisiones de CO2

En España, el 20% de la energía se consume en los hogares. La mayoría no usa energía limpia

Además, la población mundial en sí se ha duplicado entre la década de los sesenta y el año 2000, y hoy supera los 7.300 millones de personas. El reto es grande. En menos de cuarenta años, en 2056, Naciones Unidas calcula que llegaremos a ser más de 10.000 millones de personas (seis años antes de lo que se había estimado previamente)

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirma que son muy diferentes los usos de la electricidad, según los países. Por ejemplo, una casa promedio en Estados Unidos o Canadá utiliza 20 veces más energía eléctrica que una casa típica en Nigeria, y de dos a tres veces más que una casa típica europea. En España, la OCU calcula que el 20% de la energía que se consume se gasta en los hogares. Las casas aisladas consumen el doble que los pisos y el gasto medio por habitante es de 990 euros al año. La calefacción es lo que más consume y los aparatos en stand-by superan el 2% del total.

Todo lo demás también importa: se generan gases de efecto invernadero, la basura está mal desechada, faltan políticas de reciclaje. Si se realizara una política activa, la ONU calcula que sería posible llegar a vivir sin desechos antes de 2040… Es algo que, hoy por hoy, parece una utopía.