Cambio de era // Un mundo lleno de oportunidades (para los avispados)
El ex ministro de José María Aznar mantiene la pasión por la economía y la política.
Cambio de era
Josep Piqué
Deusto, 2013 210 páginas.
Precio: 22,50 €
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Hay en este libro hasta cuatro citas de Karl Marx y también se nos ilustra sobre la “correlación de fuerzas” con cita a los “viejos leninistas”. Pero el autor es Josep Piqué, uno de los ministros más liberales que Aznar reclutó sin importarle que de joven se hubiera formado en el comunista PSUC, donde aprendió algunas de las herramientas analíticas que, por lo que se ve, sigue empleando.
En el fondo, Piqué –ahora ya veterano curtido en mil batallas, desde el Cercle d’Economia hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores, pasando por la política de partido y altos cargos ejecutivos de empresas cotizadas– no ha cambiado tanto: sigue siendo un creyente. Lo que cree lo defiende con pasión y con el mismo optimismo con que los marxistas ortodoxos profetizaban la inevitabilidad del progreso con criterios tan científicos como los que hoy esgrimen los profetas de los mercados.
La diferencia es que en el mundo que ahora ve Piqué ha desaparecido el conflicto: ha sido sustituido por enormes oportunidades en la excitante cadena internacional de creación de valor.
Sin embargo, el libro tiene mucho interés. En primer lugar, porque está escrito a bocajarro, sin rodeos ni metáforas, y apunta muchas ideas surgidas de una mente privilegiada en ebullición y con una enorme curiosidad intelectual.
En segundo lugar, porque huye del sectarismo: no evita la autocrítica hacia cuestiones sagradas de gobiernos de los que formó parte –la guerra de Irak, las bases poco sólidas del supuesto milagro económico, etc.–, no se ensaña con José Luis Rodríguez Zapatero –es más crítico con el Banco de España que con el ex presidente– y no ahorra pullas hacia el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien reprocha falta de liberalismo.
Finalmente, es un libro interesante sobre todo porque muestra que existe otra derecha (ilustrada, europeísta, antinacionalista, racional) muy distinta a la que ha acabado imponiéndose simplemente por el mayor dominio de los entresijos para controlar el aparato. Una derecha a la que la discrepancia no le asusta: le estimula.