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Ideas contra la desigualdad

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Abril 2022 / 101

A menudo, cuando se plantean retos y necesidades sociales de envergadura, aparece alguna voz de economista para exclamar: "Eso no nos lo podemos permitir". He aquí un libro que, con el mérito notable de no caer en la demagogia, alumbra una pizca de esperanza sobre la contribución que desde la academia puede hacerse para atajar la creciente desigualdad.

El profesor de Harvard Dani Rodrik, persona autorizada en comercio y globalización, además de codirector de Economía para una Prosperidad Inclusiva, y Olivier Blanchard, investigador económico del Massachussetts Institute of Technology (MIT) y exdirector del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), coordinan Combatiendo la desigualdad. Es un compendio de aportaciones de algunas de las mentes más relevantes del pensamiento económico actual, cada cual desde su especialización. No están de acuerdo en los pasos precisos que habría que dar para atacar el problema. Pero sí reconocen que va a más la brecha entre quienes disponen de los recursos para aprovechar las oportunidades de la mundialización y para reorientar en su beneficio las nuevas posibilidades tecnológicas y quienes, en cambio, ven menguar ingresos y expectativas laborales.

El consenso en el diagnóstico no es el único. Antes, ya no de la invasión rusa de Ucrania, sino de la propia pandemia que puso en valor el papel de lo público, en los discursos de los y las economistas reunidos en un congreso internacional sobre desigualdad que tuvo lugar en 2019, germen de este libro, a nadie se le ocurrió proponer que el mercado sin barreras fuera la mejor forma de reducir las desigualdades. O que lo fuera liberalizar los mercados laborales. Ni tampoco recortar los programas sociales. Como cantaría Dylan, Rodrik y Blanchard escriben que los tiempos están cambiando.

A partir de aquí, las recetas varían: ¿Por dónde atacar? ¿La prioridad está en redoblar la apuesta por la educación y la sanidad? ¿En mejorar los salarios mínimos? ¿En reorientar las inversiones hacia la innovación y la I+D? ¿En redistribuir la renta y la riqueza mediante impuestos? Hay muchos enfoques posibles. Algunos no son incompatibles, pero parten de prioridades, objetivos e incluso de principios filosóficos distintos en torno al propio concepto de desigualdad. De ahí lo interesante del planteamiento del libro, que clasifica los artículos por enfoques, empezando por el que aporta la filosofía. Y de ahí, la fiscalidad, el rumbo de los cambios tecnológicos, el comercio y las políticas laborales.

La lista de economistas que desfilan con sus reflexiones es larga. De Gabriel Zucman y Daron Acemoglu, pasando por Heidi Shierholz, Philippe Van Parijs y Caroline Freund. Lo hacen a partir del marco del problema que traza al inicio Lucas Chancel. En la mayoría de casos, acaban emergiendo en el corazón del problema el trabajo y la crisis de la clase media. También, el debilitamiento y empobrecimiento de los gobiernos. Pero ideas, haylas. Y un cambio de sensación —no es que las cosas sean así y nada pueda hacerse para remediarlo— invita ya a la lectura.