Defiéndete // Trampas, abusos y engaños de cada día
La información es un arma que libera al consumidor. He aquí 101 modos de maltratarlo.
Defiéndete
Rubén Sánchez
Ediciones Martínez Roca 2014
286 páginas. 17,90 €
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Ganar dinero gracias incluso a los propios perjuicios causados a los clientes no es ninguna excepción. Ocurre cada vez que una empresa advierte de que no aceptará ninguna reclamación por fax, carta o correo electrónico. La organización de consumidores FACUA denunció en 2009 a 24 compañías por remitir teléfonos con prefijos que aumentan sus ingresos, más allá de las operadoras de telefonía.
Esta es una de las 101 prácticas que desvela el periodista Rubén Sánchez, portavoz y dirigente de FACUA, en Defiéndete, un libro que vuelve al lector desconfiado de por vida. La lista de las trabas para darse de baja de un servicio, de ofertas trampa, de fraudes gubernamentales, de engaños financieros, de contratos abusivos, de garantías con truco o de penalizaciones sin fundamento da escalofríos. Hay talleres que, tras devolver un producto reparado, vuelven a cobrar si, al poco, el dueño regresa con el mismo producto y la misma avería. Muchos bancos cobran dos veces por un descubierto: una primera por el descubierto en sí, y otra por advertir al cliente de ese descubierto. Por cierto, según el libro, el récord de esta práctica —una comisión que no puede aplicarse porque la advertencia de un descubierto no es un servicio como tal— se la lleva el Santander, que llega a cobrar 53 euros: 18 por quedarse en negativo y 35 por contárselo.
La información es un arma con la que defenderse, porque, disponiendo de todos los elementos, un consumidor sería más libre de rechazar determinados productos y servicios.
El mensaje fundamental de Defiéndete es abrir los ojos a los ciudadanos sobre sus derechos como consumidores y darles orientación acerca de las distintas ventanillas en las que se puede reclamar según de qué se trate, ya sea la oficina de consumo de la comunidad autónoma donde se resida, la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones, del Ministerio de Industria, la Dirección General de Seguros, la Agencia Española de Protección de Datos y el Banco de España. Se gane o no, existen más posibilidades que si uno se queda de brazos cruzados.