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El bienestar desigual // Un debate ineludible

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Octubre 2015 / 29

Estado de Bienestar: Una aportación que aspira a reformar el modelo social.

El bienestar desigual
Guillem López Casasnovas
Península, 2015
345 páginas. 
Precio: 17,90€

Que el Estado de bienestar precisa una puesta a punto es una evidencia que, sin embargo, a buena parte de la izquierda le cuesta asumir. Pero los viejos buenos tiempos keynesianos no volverán —la globalización financiera y la revolución tecnológica lo dificultan muchísimo— y  en el camino el modelo social europeo —y el español, claro— va deteriorándose quién sabe si hasta el punto de no retorno con que sueñan los neoliberales que aspiran a desmantelarlo.

Guillem López Casasnovas, catedrático de Economía de la UPF y consejero del Banco de España, asume que la reforma es ineludible y que, por tanto, el debate debe iniciarse cuanto antes, en serio y sin prejuicios. A partir de esta realidad y sin ninguna intención de endulzar el diagnóstico, el catedrático hace una valiosa aportación, muy centrada en la sanidad, de la que es un experto desde hace décadas, dirigida sobre todo a las resistencias de la izquierda, con la intención de desmontar supuestos tópicos, como que el gasto social en España es bajo, que la correlación entre gasto y calidad es directa o que el copago es malo per se. A su juicio, la eficiencia, la eficacia y la responsabilidad individual, por ejemplo, son elementos tan o más importantes que el gasto, y las restricciones presupuestarias pueden ser una buena forma de incorporarlos a la ecuación.

Los análisis bien documentados y solventes como éste siempre son de agradecer, se compartan o no las conclusiones, porque la reforma del Estado de bienestar es el gran asunto pendiente. Pero conviene huir de la pretensión de encontrar aquí la solución.  El autor parte de las cartas que se han repartido y de ahí surgen los escenarios inevitables. Sin embargo, siempre es posible pedir otro reparto e incluso cambiar la baraja. La reforma del Estado de bienestar no puede ser, como querría el autor, un debate técnico entre académicos fuera del pulso electoral. Al contrario: debería estar en el centro mismo de la política.