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El euro // El examen más riguroso del euro

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Noviembre 2016 / 41

Economía: La moneda única es un “edificio hermoso” al que hay que salvar.

Desde que la crisis global se convirtió en 2010 en Europa en una crisis del euro, la moneda única ha sido objeto de toda suerte de críticas. Desde entonces las incertidumbres sobre el euro no se han despejado. A juicio de los mandatarios europeos el euro es el cemento más sólido de la Unión. “Si el euro cae, Europa cae”, ha advertido reiteradamente la canciller alemana Angela Merkel. Atacar el euro era atacar Europa.

El euro
Joseph E. Stiglitz
Taurus, 2016
488 páginas
Precio: 22,90 €

El profesor norteamericano Joseph Stiglitz ha querido romper este voluntarioso vínculo entre la moneda y el proyecto de la Unión. En su último libro, El euro. Cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa, el premio Nobel de Economía distingue entre moneda única y  proyecto europeo, del que se muestra abiertamente partidario. En un lenguaje  asequible para lectores no expertos, e l profesor de la Universidad de Columbia señala que el proyecto europeo es demasiado importante para que el euro lo ponga en peligro.

La mayor parte de las críticas hacen referencia a los fallos de construcción. En su opinión, los criterios de la convergencia, en lugar de reducir las diferencias, las aumentaron. Stiglitz critica la idea de que controlando el déficit y la deuda se resolverán los problemas. Insiste en que las exigencias de austeridad han agravado los problemas y que éstos   se encuentran en la propia estructura de la moneda única.

Stiglitz ha escrito 483 páginas para persuadir a los europeos de que deben salvar su proyecto, que lo considera “un edificio hermoso”. Baraja tres soluciones  posibles:  divorcio amistoso, un euro flexible y la reforma estructural de la eurozona.  Apuesta abiertamente por la última.  En este sentido, desarrolla una larga lista de reformas necesarias, cuyo difícil cumplimiento pone de relieve las dificultades para reparar los fallos de construcción del euro.

Plantea culminar  la unión bancaria, destacando la necesidad de crear un fondo de garantía común para los bancos de la zona euro. Es la manera de evitar los pánicos bancarios cuando se sospecha que una entidad  tiene dificultades. Con un fondo de garantía común, el dinero estaría tan seguro en España como en Alemania, pero Berlín no está dispuesto a ceder en este campo. También propone la mutualización de la deuda y una verdadera política de convergencia que desaliente los superávits y propone un impuesto sobre los mismos, como sugirió  Keynes. Ambas iniciativas chocan con el discurso oficial alemán.

De todas formas, el economista estadounidense opina que la principal deficiencia de la eurozona es la ausencia en su estructura de un compromiso para lograr el pleno empleo. Y esto está claro que no importa lo mismo en España y Grecia, agobiadas por el desempleo, que en Alemania y Austria. El proceso de disgregación que sufre Europa hace muy difícil el encaje de las ideas de Stiglitz, cargadas de buenas intenciones.