El mundo que necesitamos // Cuestionar nuestro pensamiento
El mundo que necesitamos Donna Haraway dialoga Con Marta Segarra 84 páginas Icaria Editorial 9 euros |
Este pequeño diálogo entre Donna Haraway y Marta Segarra nos obliga a dudar de cosas que teníamos muy establecidas.
En este libro, la editorial Icaria recoge el diálogo entre Donna Haraway y Marta Segarra con el que se clausuró el ciclo de debates Después del fin del mundo, organizado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) en 2018.
Haraway es profesora emérita del Departamento de Historia de la Conciencia y de Estudios Feministas de la Universidad de California y autora de obras de referencia en ámbitos como el feminismo, la tecnociencia, la ciencia ficción, la primatología y los estudios poscoloniales. Por su parte, Marta Segarra es catedrática de Literatura Francesa y de Estudios de Género de la Universitat de Barcelona, y directora de investigación en el Laboratoire d’Études de Genre et de Sexualité del Centre National de la Recherche Scientifique de Francia. Su investigación se centra en los estudios de género y sexualidad, la biopolítica, el poshumanismo y los estudios culturales.
Futuro: Puede que el mundo que necesitemos no sea el que pensamos. Nuestra perspectiva puede ser, sin quererlo, colonialista
El diálogo profundiza algunas ideas expuestas por Haraway en su libro Seguir con el problema. Generar parentesco en el Chthuluceno. Esperaba encontrar una promesa de la editorial “cómo los feminismos han contribuido a pensar de forma diferente (...) sobre el planeta y qué papel tienen las mujeres a la hora de hacer el planeta más habitable”. Sigo sin comprender el papel de las mujeres en un “planeta más habitable” desde el punto de vista de la ecología. Sin embargo, lo interesante de esta pequeña conversación es que nos remite a pensar sobre nuestras propias convicciones. Sobre todo al final, cuando Haraway se vuelve práctica y hace referencia directa a cómo entendemos la ecología y terminamos siendo colonialistas y nada ecologistas. Pone como ejemplo las placas de energía solar fotovoltaicas, que hay que desechar después de un tiempo y que están hechas con minerales extraídos de África. La corriente del decrecimiento no podría estar más de acuerdo.