El sur pide la palabra // Las ruinas de la austeridad
Dos filósofos corrosivos colocan a la UE ante el espejo.
El filósofo esloveno Slavoj Zizek es una de las figuras intelectuales más interesantes de la izquierda de la izquierda, y en este ensayo, que firma a cuatro manos con su discípulo aventajado, el croata Srecko Horvat, vuelve a mostrar por qué: corrosivo, agudo, provocador, multidisciplinar… Y también muy divertido, con una capacidad excepcional para entremezclar referencias cinematográficas, teatrales y musicales (normalmente asociadas a la cultura popular), aderezadas siempre con dosis de psicoanálisis.
La combinación explosiva convierte en un placer la lectura del libro, aunque verse sobre algo tan cargante como los efectos de la austeridad en los países periféricos de la UE —particularmente, el sur— y lo que ello significa desde la perspectiva de la construcción del imaginario europeo: una catástrofe.
El sur pide la palabra.
Slavoj Zizek y Srecko Horvat
Libros del Lince, 2014
217 páginas Precio: 19 €
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Los dos autores se van pasando el relevo con capítulos cortos, independientes e inevitablemente desiguales. Alguno es obviamente prescindible, pero otros son auténticas joyas, como el dedicado a los “emprendedores del yo”, que aporta herramientas muy útiles para entender la fiebre de los impotentes gobiernos para que los ciudadanos emprendan.
El libro se abre y se cierra con Alexis Tsipras, líder de la izquierda alternativa griega y de toda la UE —primero un prólogo y luego una entrevista que le realizan los dos filósofos—, que tiene también interés sobre todo porque Tsipras, a diferencia de sus interlocutores, se muestra muy consciente de las limitaciones de la política en los tiempos de la globalización neoliberal: una enorme diferencia con su propia tradición histórica.
Tanto Zizek como Horvat recuperan muchos chistes que se hacían sobre la Unión Soviética y los aplican tal cual a los arquitectos de la austeridad y a los portavoces del Estado liberal. Esta es quizá la parte más perturbadora del libro: suelen encajar a la perfección.
Es importante leer a Zizek, y también no tomárselo demasiado al pie de la letra.