España amenazada // Seguimos sin saber cómo fue el rescate
UNA VISIÓN PERSONAL DE LA CRISIS: El ministro Luis de Guindos justifica su gestión de la crisis financiera.
Lo primero que hay que decir del libro España amenazada, de Luis de Guindos, es que está bien escrito. Se lee bien y con rapidez. Se nota la colaboración de una buena periodista como es Concha Martín del Pozo. Los ciudadanos de este país tenemos mucha curiosidad por conocer qué ocurrió en aquel fatídico año 2012. El autor fue un testigo excepcional de acontecimientos que tendrían serias repercusiones para la economía y sobre todo para la vida de millones de ciudadanos. Su versión de los acontecimientos merecía un interés especial.
España amenazada Luis de Guindos Península, 2016 192 páginas Precio: 17,95 € |
De Guindos asegura que en el verano de 2007 ya se inquietó “con lo que podía ser el comienzo de una crisis financiera a escala planetaria”. Y que cuando advirtió de sus sospechas a su amigo Rodrigo Rato, entonces máximo ejecutivo del FMI, éste le comentó que sus asesores “no eran alarmistas”. La intuición de De Guindos, sin embargo, no le valió para ver venir la crisis de Lehman Brothers, el banco que dirigió en España y Portugal hasta su hundimiento en septiembre de 2008.
Es de agradecer que reitere su convicción de que la creación de Bankia y su salida a Bolsa fue un error como la historia demostró después. Pero habría sido de gran ayuda que lo hubiera dicho públicamente cuando se produjeron los hechos.
El libro explica muy bien la gestión del Gobierno durante aquel período con muy pocas novedades para los lectores. Los ciudadanos queremos saber qué ocurrió en las reuniones del 4 y 6 de mayo con los banqueros Botín, González, Rato y Fainé en las que se decidió el futuro de la banca española. La triste verdad es que la información de dos reuniones intensas de varias horas de duración cada una se despacha en tres páginas. La única novedad es que fue el ministro el que en última instancia exigió a Rato que presentase la dimisión al consejo al día siguiente.
Otro punto fundamental sobre el que hay mucho interés fue la negociación del rescate y las 32 condiciones exigidas por el Eurogrupo recogidas en el Memorando de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés). Sobre este aspecto la información es francamente decepcionante. La referencia a las preferentes es mínima: “El tratamiento a los preferentistas también nos costó modularlo. Aunque finalmente se establecieron quitas, pusimos en marcha en paralelo un sistema de arbitraje de forma que a estos pequeños ahorradores, a quienes nunca se les debió colocar este producto complejo, recuperaron en su mayoría lo invertido”. Olvida decir que las quitas llegaron al 70% y que el arbitraje excluyó a 125.000 familias. Una historia pro domo sua que apenas aporta nada nuevo a lo conocido.