Guía para entender el seísmo político de los indignados
Tres libros recientes dan pistas sobre el maremoto que vive la izquierda española.
Como la ebullición del 15-M no se transformó inmediatamente en la toma del Palacio de Invierno ni en la construcción de El Partido, la mayoría de expertos oficiales convirtieron en deporte nacional minusvalorar e incluso ridiculizar el movimiento. Sin embargo, su impacto tiene proporciones sísmicas, sobre todo entre los jóvenes, y basta con mirar con luces largas: nada volverá a ser igual. Ni en la derecha ni en la izquierda.
Curso urgente de política para gente decente
Juan Carlos Monedero
Seix Barral, 2013
246 páginas, 15 €
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El flanco izquierdo de la indignación se entiende mejor con tres libros recientes, que pueden ayudar a los observadores boquiabiertos —tras las elecciones europeas— interesados en formarse un juicio propio.
Monedero, politólogo con mucha mili a cuestas en Madrid, Alemania y América Latina, firma un libro incisivo, bien escrito y que aspira a politizar a muchos indignados y llevarlos a la acción. La premisa es que manda el capital y la política oficial se ha reducido “a meras cuestiones técnicas para transformar los votos en gobiernos”.La irrupción de Podemos ya anticipaba en buena medida el éxito de Curso urgente de política para gente decente, que suma siete ediciones desde octubre. Su autor, Juan Carlos Monedero, es uno de los ideólogos de Podemos y el libro se concibió como una “subversiva caja de herramientas” que permita conectar la indignación con una hoja de ruta de una izquierda que ya no exige una parte más grande de la tarta, sino reinventar el pastel y amasarlo de nuevo: un libro cuyo epílogo lógico era precisamente el nacimiento de Podemos.
El libro es un ingenioso repaso por los clásicos de la izquierda –de Marx a Polanyi— con una mirada heterodoxa y abierta, aunque en alguna ocasión cae en el maniqueísmo, como cuando asocia a la derecha con “el egoísmo, el miedo, la cobardía, la envidia, la arrogancia, la soberbia” y la izquierda a sus contrarios y a la “gente decente”. Pero sobre todo tiene la habilidad de conectar este recorrido teórico con la realidad práctica de hoy en las plazas llenas de jóvenes hambrientos de política.
FUTURO Pablo Iglesias y Alberto Garzón tienen papeletas para emular al griego Tsipras
Esta conexión con tanto joven con hambre de otra política la ha conseguido como nadie Pablo Iglesias, politólogo discípulo de Monedero con un talento mediático que va mucho más allá de aparecer en tertulias: habla de fútbol, de Juego de Tronos, de cine, de música y de lo que se tercie, siempre con palabras que todo el mundo entiende.
Iglesias tiene varios libros publicados, pero ¡Abajo el régimen!, una conversación con el rapero Nega, de Los Chikos del Maíz, es especialmente útil para entender este tsunami político que no va a ser flor de un día: es ágil, espontáneo y directo –como en cualquier debate—, pero con la argumentación por escrito y bien editada.
La obsesión por utilizar un lenguaje comprensible que le ayude a conectar llega al extremo de renunciar al vocablo neoliberalismo, quizá el término que más veces está en la boca de los izquierdistas tradicionales: “El término neoliberalismo es nefasto porque no está en el vocabulario ordinario de la gente”, subraya.
¡Abajo el régimen!
Pablo Iglesias y Nega LCDM
Icaria, 2013
119 páginas 9 €
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Iglesias tiene posiciones que suelen etiquetarse de duras –de izquierda alternativa de matriz marxista—, pero combinado con un gran pragmatismo que le lleva a no hacer ascos a nada que sea popular, ya sea la patria o la religión, para no regalárselo a la derecha. Y tiene los pies mucho más pegados al suelo que la mayoría de izquierdistas, como cuando analiza el auge de Syriza en Grecia: “La gente no votó a Syriza porque sea de izquierda (...), sino porque lo vieron como una alternativa de país”.
La Tercera República
Alberto Garzón Espinosa
Península, 2014
230 páginas 15,90 €
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Garzón es economista –heterodoxo— muy solvente y su propuesta política, que expone con brillantez, tiene mucho en común con la de Monedero e Iglesias, aunque se muestra quizá menos flexible, como cuando expone los reparos a las primarias abiertas por miedo al peligro de desnaturalización de los principios del partido. Son reparos de lógica aplastante desde el punto de vista académico, pero remar con el viento en contra es mucho más difícil que hacerlo con el viento a favor, sobre todo si al final se va al mismo sitio.
Los politólogos de Podemos lo han entendido perfectamente y, además, ellos no tienen que escribir pensando en cómo se lo tomará Cayo Lara.