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La defensa insobornable de los más débiles

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Septiembre 2022 / 105


La obra del exfiscal jefe anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo (Málaga, 1935),  que ha dejado escrita en tres volúmenes (1.486 páginas), constituye el referente jurídico más relevante de la lucha por los derechos humanos en este país durante las últimas seis décadas. Se trata de una documentación excepcional cuyo valor no deriva solo de la profundidad de su análisis jurídico, que recoge el pensamiento de juristas como Kelsen, Dworkin y Bobbio, sino por el compromiso personal del autor.

Desde 1962, cuando fue nombrado abogado fiscal en la Audiencia Provincial de Barcelona, la trayectoria profesional de Jiménez Villarejo ha sido un ejemplo de compromiso en la defensa de los derechos de los ciudadanos y de persecución de los abusos de los poderes económicos. 
Estos textos versan, entre otros temas, de las dificultades para acabar con la tortura, las inconsecuencias de la Unión Europea en materia de emigración, la denuncia de los abusos bancarios,   los delitos fiscales y la larga lista de casos de corrupción en los que tuvo que intervenir. Mención especial merece la querella presentada en 1984 junto con el fiscal José María Mena contra Jordi Pujol, entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, y otros consejeros por la quiebra de Banca Catalana. Villarejo y Mena, que bajo el franquismo habían militado en el PSUC (partido comunista en Cataluña) y la organización clandestina Justicia Democrática defendiendo los derechos de Cataluña, fueron objeto de numerosos agravios a raíz de la querella.

Contra la tortura
La querella no prosperó. Ocho magistrados votaron a favor de procesar a Pujol, pero la mayoría se opuso. Los hechos denunciados tras la investigación de los fiscales, fundamentada en la labor de los inspectores del Banco de España, nunca han podido ser desmentidos, como ha precisado el periodista Pere Ríos, en Banca Catalana: caso abierto, la investigación más rigurosa y completa sobre el escándalo.

Avance: los derechos sociales, económicos y culturales precisan de un Estado de derecho fuerte


A lo largo de toda su vida, Jiménez Villarejo ha tenido un insobornable compromiso de lucha contra de la tortura, que constituía una práctica generalizada y el principal instrumento de sostén del franquismo. Durante los años de la dictadura el fiscal exhortaba a los jueces para que pidieran a los sindicalistas detenidos que se levantaran la camisa para verificar las huellas de las palizas recibidas en comisaría. En 2005, ya con muchos años de democracia, recordó: “la práctica de la tortura en España, según el informe de Amnistía  Internacional, es una realidad incontestable, según resulta de las 95 sentencias analizadas”. Y acto seguido hizo una prolija relación de los hechos probados.

Delitos económicos
Jiménez Villarejo es un convencido europeísta, pero esto no le ha impedido denunciar en reiteradas ocasiones las contradicciones de la Unión Europea en materia de inmigración. Así, advirtió de que el proyecto de Constitución Europea “no abordaba el tratamiento de la inmigración en el marco de la ciudadanía europea”, sino “como una política de seguridad”. Anteriormente había censurado la ley de extranjería española de 2003 por considerar que se trataba de “una ley contra grupos de personas que son esencialmente inmigrantes extracomunitarios pobres, que buscan sobrevivir en nuestro país con riesgo incluso  de su propia vida”.
En el terreno de los delitos económicos o de cuello blanco, tan extendidos en nuestro país, la labor de este fiscal ha sido fundamental. Fue él quien descubrió en 2001 el uso de los paraísos fiscales por parte de las entidades financieras para capitalizarse sin pagar impuestos, a través de las participaciones preferentes desde las Islas Caimán. Con total impunidad, bancos y cajas captaron 15.000 millones de euros de los ahorradores, y el Estado perdió entre 3.000 y 6.000 millones de ingresos fiscales. Las participaciones preferentes, que carecían de regulación legal, causaron pérdidas de más de 14.500 millones de euros a clientes particulares. 
Estamos ante una obra esencial para conocer las luchas y dificultades que han marcado la historia de nuestro país para avanzar hacia una sociedad democrática.