La telaraña financiera // Más allá de la crisis financiera
FINANZAS: Un riguroso estudio sobre el impacto territorial de la crisis.
La telaraña financiera Ricardo Méndez RiL editores, 2018 421 páginas Precio: 27 € |
La crisis financiera ha tenido un impacto muy desigual en los distintos territorios. Esta perspectiva geográfica de la crisis es la aportación más significativa del profesor Ricardo Méndez en su rigurosa investigación en La telaraña financiera. Se trata de un libro riguroso y necesario para entender las secuelas de la financiarización de la economía que ha tenido lugar en las últimas cuatro décadas. De acuerdo con este enfoque que disecciona el componente espacial de la globalización financiera, el autor afirma: “La extraordinaria movilidad del capital financiero, lejos de homogeneizar el espacio, contribuye a su mayor segmentación, aprovechando al máximo la diferente rentabilidad y conectividad de los territorios”.
La investigación del profesor Méndez resulta especialmente valiosa al poner de manifiesto los efectos negativos de determinados fenómenos como el crecimiento de los paraísos fiscales. En su opinión los paraísos fiscales son “el paradigma de esa opacidad financiera que sirvió como caldo de cultivo propicio a todo tipo de maniobras especulativas sin control que están en la raíz de las últimas crisis financieras y, en particular, de la Gran Recesión de 2008”.
El autor desmitifica los supuestos avances en la lucha contra estos refugios fiscales, que anuncian los organismos internacionales aportando numerosos datos que revelan el incesante crecimiento de los capitales ocultos fuera del control fiscal. A su juicio “la persistencia de numerosos paraísos fiscales en el mapa del mundo actual contribuye a la construcción de un sistema mundial más injusto, incierto e ingobernable”. Y no vislumbra un cambio sustancial, sino que se enfrentan la lógica de la globalización financiera y a los intereses de los actores que la han hecho posible.
Aunque el libro centra su investigación en los efectos perversos de la crisis, advierte de que “la crisis en la que estamos no solo es financiera”. “Es una crisis”, apostilla, “más profunda de carácter ecosocial que se agravará a medida que se violenten los límites de la naturaleza y se agrande la brecha de la desigualdad”. En cualquier caso, considera que la regulación del sistema financiero global es condición necesaria pero no suficiente para el cambio. El libro propone un decálogo de medidas alternativas entre las que destaca la necesidad de actuar contra la dimensión gigantesca de los grandes bancos; limitar el poder de la banca en la creación de dinero ficticio; favorecer una mayor presencia de la banca pública; establecer un mayor regulación del monopolio de las agencias de rating, los actores de la llamada banca en la sombra y sus principales actores como los hedge funds o fondos de alto riesgo y, sobre todo, “un decidido ataque a la existencia de paraísos o refugios fiscales”.